Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Conmoción en Atxuri por la muerte de una niña de 9 años

Las circunstancias que rodearon la muerte de una niña de 9 años mantienen conmocionado al barrio bilbaino de Atxuri, que trata de entender qué sucedió en la noche del miércoles en la vivienda del nº 3 de la calle George Steer, donde una joven encontró inconscientes y abrazadas a su madre y a su hermana. La pequeña falleció y la mujer permanecía ingresada en el Hospital de Basurto, en estado grave. La Ertzaintza apunta a que se trata de un homicidio.

Ayer no había otro tema de conversación en el barrio bilbaino de Atxuri después de que en la noche del miércoles los destellos de las ambulancias y de vehículos policiales sobresaltaran a los residentes de la calle George Steer. En torno a las 22.00, una joven de 19 años halló a su hermana y a su madre abrazadas e inconscientes en una cama cuando regreso a su hogar.

De inmediato, alertó a SOS Deiak. Las primeras en llegar fueron las ambulancias, que trataron de reanimarlas, aunque los sanitarios no pudieron más que certificar el fallecimiento de la niña de 9 años. Mejor suerte corrió la madre, de 40 años, a quien los médicos consiguieron sacar de la parada cardiorrespitaria que sufría y estabilizarla antes de ser trasladada al Hospital de Basurto en estado grave.

Para entonces, agentes de la Ertzaintza habían comenzado con la investigación, recogiendo pruebas en la vivienda y tomando declaración a los familiares que se acercaron alarmados por las noticias que recibían; entre ellos, el padre de la niña. La Policía Científica estuvo hasta primera hora de la mañana acumulando evidencias mientras fuentes del Departamento de Seguridad comenzaban a considerar que, a pesar de que barajaban aún todas las hipótesis, todo apuntaba a que se trataba de «un crimen».

La sospecha de que se enfrentaban a un homicidio fue adquiriendo peso con el paso de las horas, a la espera de conocer el resultado de la autopsia que se practicó al cuerpo de la víctima en el Instituto Anatómico Forense de Bilbo y determinar las causas exactas del óbito. También estuvieron atentos al estado de la madre, por si pudiera aportar algún testimonio determinante para esclarecer el caso.

Desde el centro sanitario donde se encuentra ingresada no dieron a conocer parte médico alguno durante la jornada, ni otra información, alegando que «la investigación está sub júdice». Otras fuentes reconocieron que la mujer estaba en estado crítico, sin mayor precisión sobre su evolución.

La principal sospechosa es la progenitora, tal y como indicaron fuentes policiales, que mantienen la conjetura de que la mujer quitó la vida a la niña y luego trató de suicidarse pero no lo consiguió al aparecer su hija mayor, que avisó al 112. Más tarde, transcendió que agentes habían localizado una nota manuscrita cuyo contenido está relacionado con los hechos que condujeron a la muerte, que dejaría abierta la puerta a la implicación de una tercera persona por identificar.

Mientras la Policía autonómica proseguía con las pesquisas, en torno al número 3 de la calle George Steer se apostaron numerosos medios de comunicación buscando recabar testimonios de los y las vecinas, que confirmaron que la mujer residía con sus dos hijas y una nieta de corta edad. Lo cierto es que esas personas no ocultaban su consternación, sorprendidas.

Fuerte depresión

Una amiga desveló que la fallecida había sufrido hace unos años un grave accidente de tráfico que le había dejado secuelas, que le dificultaban la movilidad, viéndose obligada en algunas ocasiones a emplear una silla de ruedas. Además, padecía fuertes dolores que los medicamentos no lograban paliar, lo que le había sumido en una depresión.

«Lo ha pasado muy mal. La vida a veces es muy dura y hay personas que lo llevan peor», lamentó. A pesar de ello, destacó que la mujer ingresada en estado grave en Basurto «era una madre buenísima, quería muchísimo a sus dos hijas y a su nieta». «Siempre se ha desvivido por ellas», insistió.

Otra vecina, sorprendida por lo acontecido horas antes, manifestó que conocía a la madre de vista, al coincidir con ella en un parque cercano. En su opinión, por la relación que había tenido con ella, tenía la impresión de que la mujer padecía «una depresión bastante seria» y de las palabras que mantuvo sacó la conclusión de que tenía «pocas ganas de vivir».