El cierre parcial del gobierno estadounidense por el enfrentamiento entre Donald Trump y el Congreso está afectando de manera importante a los Parques Naturales del país, que no pueden hacer frente a los gastos ni sueldos del personal implicado. Unos cerrados y otros abiertos, pero sin personal, está suponiendo toneladas de basura, retretes desbordantes y papel higiénico por todos lados, sin contar las talas ilegales de árboles milenarios, graffitis por doquier y todo lo que se os pueda ocurrir. Ante esto, montañeros, excursionistas, escaladores, se organizan en grupos para limpiar y mantener estos escenarios naturales, con el sempiterno dilema de lo que supone, por una parte suplantar a profesionales pagados con voluntarios, pero por otra el deterioro de un valioso medio natural, propiedad de todos. Otra consecuencia es el desastre económico para pequeñas empresas y actividades como guías de montaña, restaurantes, alojamientos, etc. que no serán reembolsados cuando el bloqueo político acabe, algo que en teoría debiera importar al establishment gubernamental sin distinción de filiaciones políticas, aunque ya sabemos que no es así. Phil Powers y Mark Butler, del American Alpine Club, apuntan que el Sistema Nacional de Parques recibe alrededor de medio millón de visitantes por día durante el invierno, con un gasto aproximado de 19 millones de dólares diarios y es que las pequeñas actividades económicas no son tan pequeñas vistas en conjunto.