En los años noventa, los investigadores Christopher Chabris y Daniel Simons llevaron a cabo un curioso experimento para mostrar lo que denominaron ‘ceguera atencional’ del ser humano. Para ello, disfrazaron a un chico de gorila y demostraron cómo éste podía pasearse por delante de una escena, incluso gesticulando, mientras quienes la observaban estaban tan concentrados en contar los pases de pelota de varios jugadores con camiseta blanca entre otros con camisea negra, que la mitad de quienes miraban no se percataron de que por allí aparecía el susodicho gorila. Sucede como con el Athletic, que durante esta apretada batalla por salir del pozo de la clasificación hemos estado tan enfocados en sacar puntos de tres en tres por lo civil o por militar que a la primera que equipo y afición se han sentido en cierta manera aliviados nos hemos dado de bruces con una realidad que deja no pocas dudas. Y es que el juego de los leones, por lo demostrado, no está para muchas más aspiraciones.

Hace días nos referíamos en estas mismas páginas a que este Athletic iba a tener que decidirse, no este curso que casi se puede dar ya por amortizado con no pasar mayores apuros, sino para la próxima campaña, entre ser feliz o desahogarse, o al menos un difícil punto intermedio. El encuentro en Mestalla sembró incertidumbre en el entorno rojiblanco y frente al Espanyol, por mucho que se quiera vestir el empate con tintes casi épicos, dejó a la parroquia tan indiferente como ante una tortilla de patata envasada. El Athletic de Garitano ha ofrecido todo su repertorio futbolístico, ha firmado contadas actuaciones dignas de levantar vítores y el resto de las veces ha sacado los puntos a puro huevo, que diría aquel.

Tras la igualada ante los ‘pericos’, el técnico alabó a los suyos por su entrega, compromiso y determinación para ir a por la remontada. ¿Qué sería el Athletic sin esos argumentos mínimos que exigirles? Nada. Alabar la predisposición y carácter de los jugadores no esconde esas carencias que se le adivinan a este plantel. «El equipo ha acabado vacío» o «lo hemos intentando hasta el final». Nada nuevo bajo el sol de un Athletic con lagunas para generar un fútbol ofensivo que sorprenda al rival, sacar un mínimo rendimiento a tanto bombardeo al área o aumentar su capacidad anotadora.

Puede que el fútbol cada vez menos alegre y feliz de la llamada mejor Liga del mundo haya delegado en la mayoría de equipos en un juego cicatero, trabado, de ajustados marcadores, resultadista, donde el próximo rival de los leones, el Atlético, es su mayor exponente. Con un 1-0 basta. Y todos tan contentos. Y si eso, de fútbol entendido como disfrute, ya otro día. La Liga se ha igualado para mal, el ser feliz ha dejado paso al desahogo, ganar no es lo más importante, sino lo único importante. Al menos, en descargo del Athletic, los leones le ponen emoción, ganen, empaten o pierdan.

No se trata de exigir a este Athletic que juegue como el Betis y encima gane cada domingo; o que lo haga como el Getafe o el Alavés y venza cada domingo. Garitano es el que mejor sabe qué fútbol proponer con estos mimbres, y los Rafa Alkorta, Ayarza y compañía qué fútbol se quiere que proponga el Athletic la próxima temporada con estos u otros mimbres. Ellos son los que deben hilar filo para evitar cualquier ‘ceguera atencional’ y que el resultadismo disfrazado de gorila nos impida ser un poco más felices. Aunque sea solo un poco.

Joseba Etxeberria dirigirá al Bilbao Athletic

El exleón Joseba Etxeberria será el próximo entrenador del Bilbao Athletic, a partir de la próxima temporada. No es oficial, pero la decisión por parte de Rafa Alkorta y su equipo es firme y comunicada. En 2017 el de Elgoibar salió de Lezama donde dirigió a un juvenil y luego pasó a formar parte del staff de Ernesto Valverde en el primer equipo, para despedirse al frente del Basconia. El Amorebieta y el Tenerife han sido sus últimos destinos. Siguen sonando nombres en el futuro organigrama de Lezama: Oskar Alkorta coordinará la etapa alevín-infantil, y se dan fijos otros como Diego Gil, Igor Pelayo, Patrick Guerra, Joseba Lertxundi...J.V.