Joseba ITURRIA
EIBAR
Euskal Herriko Itzulia

La regularidad da a Ion Izagirre el triunfo en su vuelta tras tres podios

Ion Izagirre ganó ayer la Euskal Herriko Itzulia tras marcharse con su compañero Fuglsang, Adam Yates y los UAE Pogacar y Dan Martin a 66 kilómetros de meta en la subida a Azurki y descolgar al líder Buchmann. Adam Yates se llevó la etapa en Eibar y el guipuzcoano es el primer vasco en conseguir la general desde que lo logró Iban Mayo en 2003.

La Euskal Herriko Itzulia tuvo el final soñado para los organizadores y los aficionados porque la última etapa resultó espectacular como todas las anteriores y Astana se desquitó de la lección táctica que le dio el Bora en la jornada reina de Arrate al descolgar al líder Emanuel Buchmann en la subida a Azurki a 66 de meta y conseguir ganar la general con Ion Izagirre.

El de Ormaiztegi consiguió a los 30 años la primera victoria en su carrera, en la que ha mostrado una mayor regularidad tras ser tercero en 2015, 2017 y 2018. En 2016 no participó por una enfermedad y en esta edición ha acabado en las seis etapas entre los ocho primeros y esa regularidad que caracteriza su carrera le ha dado el triunfo en una prueba espectacular disputada a un ritmo infernal desde el primer al último día.

La de ayer es su tercera victoria de la temporada tras ganar la general de la Volta a la Comunitat Valenciana y la última etapa de la París Niza y su segunda vuelta en el World Tour tras imponerse en el Tour de Polonia en 2015. En su palmarés también hay etapas en Tour y Giro, pero ninguna la celebró como la de ayer, visiblemente emocionado, porque ganó la Itzulia en una edición que se presentaba como su gran oportunidad y que se le complicó con los 54 segundos de ventaja con los que salió Buchmann de Arrate tras la lección magistral del Bora.

Una táctica clara

Astana y Ion Izagirre salieron con la idea de romper la carrera y desquitarse de la derrota del viernes y lo lograron con una estrategia clara que se basaba en poner a todo el equipo a bloque desde el inicio de Kalbario, donde empezaba el encadenamiento de puertos. Por eso no metió ningún corredor en una fuga de 18 ciclistas en la que entraron Gari Bravo y Alex Aranburu.

La etapa, de 2.915 metros de desnivel en solo 118 kilómetros, era propicia para atacar desde lejos y Astana puso un ritmo muy alto desde la ascensión de Kalbario a 83 de meta que dejó a Buchmann sin compañeros en el puerto más duro, el de Azurki. Allí atacó Fuglsang a 66 de meta y, como el líder no respondía, Ion Izagirre se fue con él y pronto se les unieron Adam Yates y los UAE Pogacar y Dan Martin para formar un quinteto en el que a todos, situados entre los diez primeros puestos de la general, les interesaba colaborar.

En el descenso de Azurki, el líder llegó a acercarse a quince segundos, pero no pudo enlazar y decidió esperar a un grupo en el que venían a un minuto sus compañeros Konrad y Schachmann, sin que su ayuda y la de Carlos Verona (Movistar) le permitiera mantener su maillot. Pero lo defendió con dignidad y acabó tercero en la general, aunque no pudo subir al podio.

En el desvío previo a la línea de meta el alemán siguió a la moto de televisión y llegó a doce segundos de los corredores que iban con él. En un principio se tomó como bueno el tiempo de meta y Fuglsang subió al podio con Ion Izagirre y Dan Martin, pero la reclamación del Bora fue aceptada. Le descontaron al alemán esos doce segundos y acabó tercero, aunque de no mediar ese incidente pudo subir otro puesto porque quedó a dos del irlandés e iba por delante de los ciclistas que frenaron y dieron tiempo a su grupo. Se lo merecía porque su amor propio llegó a acercarle al quinteto en el último puerto de Asensio.

A falta de tres kilómetros atacó Adam Yates y ganó en Eibar, que junto al maillot de la montaña le permitió desquitarse de la decepción que supuso perder la general en el pinchazo del sterrato. Pese a todo fue quinto.

Mikel Landa, que tuvo la mala suerte de pinchar cuando se desató la batalla en Azurki, acabó séptimo en la general por delante de Mikel Nieve, otro ejemplo de regularidad. Víctor de la Parte fue 16º y Mikel Bizkarra 25º, primero de la Liga de los que no están en el World Tour. Por eso tiene valor que Euskadi Murias acabara décimo por equipos y Gari Bravo ganara la combatividad. Aunque se llegó a anunciar su abandono, Markel Irizar, tocado por su caída, y Loic Chetout llegaron a Eibar fuera de control junto a otros trece corredores en una etapa en la que hubo otras veinte bajas. Recibieron los aplausos de la afición vasca hasta el último metro de una Itzulia muy especial por ser la última del oñatiarra y la primera del de Baiona. Que solo acabaran clasificados 96 de los 161 participantes es el mejor reflejo de la dureza de esta edición y del gran mérito de Ion Izagirre.

 

«Después de tres terceros puestos es increíble ganar»

El vencedor final Ion Izagirre (Astana) se mostró emocionado tras atravesar la línea de meta en Eibar y manifestó que «después de tres veces tercero en el podio» le resultaba «impresionante e increíble» ganar la Euskal Herriko Itzulia.

«Ha sido una semana muy dura, pero el trabajo del equipo ha sido de ‘chapeau’ y así hemos podido acabar de la mejor forma posible», explicó el guipuzcoano para añadir que «ganar siempre es bonito, pero en casa mucho más».

Izagirre, de 30 años y ganador este año de la Vuelta a la Comunitat Valenciana y de una etapa de la París Niza, admitió haber pasado apuros, pero la presencia de su compañero danés Jakob Fuglsang resultó crucial. «En Azurki no iba sobrado, la verdad, pero Jakob cogió el peso de la fuga y creo que gracias a él hemos podido lograr la victoria. Hemos demostrado tener un bloque fuerte», subrayó.

Mientras, el ganador de la última etapa, el británico Adam Yates (Mitchelton), lamentó el hecho de haber perdido 1:10 en la segunda jornada camino de Gorraiz, hecho «decisivo para no haber podido luchar por la general», aunque precisó que «nunca se puede saber lo que hubiera podido pasar». «En aquel momento tuve que cambiar el objetivo con el que había venido y luchar por las etapas», añadió.

Su objetivo del año será el Tour, donde espera tener «un poco más de suerte que el año pasado. Llegué bien, pero las cosas luego se torcieron. Tuve varias caídas y no pudo estar al nivel deseado».

Pablo Lastras, director deportivo del Movistar, se felicitó de que Mikel Landa, aun sin haber brillado demasiado, «ha cogido un buen punto para el Giro», aún lamentando que en la última jornada el alavés sufriera «una avería cuando estaba en el puerto (Azurki, el punto clave de la carrera) con los mejores». Vio el ataque final de Landa para ganar un par de puestos en la general como «una victoria moral» del líder de su equipo.GARA