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BILBO

El multicultural arroz reúne a miles de bocas en Bilbo

Los Arroces del Mundo no se pasan. La fiesta que comenzaron hace quince años a organizar la Coordinadora de Grupos de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala volvió ayer a ser un éxito, congregando en la plaza del Corazón de María y sus aledaños a miles de personas en torno a un alimento tan multicultural como es el ingrediente básico de todos los platos que se degustaron. Vecinas y vecinos ocuparon las calles por unas horas con mucha música y danza.

No es el único Arroces del Mundo que se celebra en Euskal Herria pero el que se organiza en este centro histórico de Bilbo es sin duda uno de los más singulares, principalmente por las propias características de unos barrios en boca de todos pero donde se echa en falta más apoyo institucional. Reivindicaciones hay muchas, aunque ayer los colectivos de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala se centraron en defender la interculturalidad y la diversidad que se da en sus calles a diario, lo que genera una «riqueza» que ya quisieran otros.

Edición tras edición son muchas las personas que se suman a la fiesta con la que se quiere hacer frente a todos los prejuicios que aún perviven sobre la interculturalidad. Insistieron en que la convivencia entre distintas culturas es posible y muy enriquecedora. Para muestra un botón, grupos de africanos cerca de chavales de la cercana ikastola y unos metros más allá comparseros de Pinpilinpauxa.

Todos cocinaron el arroz como lo saben hacer en sus casas, otros trataron de experimentar y algunos se limitaron a esperar a que llegase la hora de sentarse a la mesa para degustar lo preparado por el guisandero de turno, que en todo grupo o familia los hay. El arroz es un alimento común a las distintas culturas y, a partir de él, cada uno trató de preparar el plato más sabroso.

«El arroz como plato común a todas las culturas y en su diversidad de preparaciones, mezclas, colores y sabores... es un símbolo muy apropiado para representar la universalidad y la diversidad que se da en nuestros barrios y a la vez visualizar la riqueza que aporta la interrelación entre las diversas personas y culturas», defienden desde 2004 sus organizadores.

Otro de los objetivos de la jornada festiva fue recuperar las calles para las personas, reclamar su uso como espacio de encuentro, creación y reivindicación. Lo hicieron desde que comenzaron a preparar el espacio donde iban a cocinar, instalando mesas y sillas, aunque el momento clave fue cuando mientras unos se afanaban en sacar provecho a sus artes culinarias, los más se sumaban a una kalejira festivo-reivindicativa, animada por grupos de percusión que empujaron a más de uno y una a bailar a su son. La fiestas ya se había desatado.

Jurado lo hubo para otorgar la mención al mejor arroz del mundo, aunque no era el objetivo de muchos, jornada de camaradería y de sumar amigos, ya que más de 3.500 personas, de más de 60 nacionalidades distintas ocuparon la plaza Corazón de María y su entorno.

Para quienes quisieron sumarse pero no pudieron cocinar su arroz, gracias al trabajo voluntario de varios cocineros se sirvieron más de 200 raciones. Tras la comida, en la sobremesa, llegaron las actuaciones musicales y de danza, diversas como las miles de personas que participaron.

En Gasteiz, como preludio del Día Internacional de las Personas Refugiadas, CEAR Euskadi organizó ayer en los barrios de Coronación y Casco Viejo comidas multiculturales.