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BilbaoArte expone hasta el 5 de julio la muestra conjunta «Habitar las rosas y otras cosas»

Anaïs Boudot reflexiona sobre la naturaleza dotando a sus obras de un aire onírico. Mientras, su compañero Borja Gómez, trabaja sus pinturas y dibujos en los límites de lo visual y lo táctil.

La Sala Urazurrutia de la Fundación BilbaoArte acoge hasta el 5 de julio la exposición “Habitar las rosas y otras cosas”, con la obra de los artistas residentes durante 2018 Anaïs Boudot y Borja Gómez. La muestra, producida por el propio centro, recoge una selección de pinturas, dibujos y fotografía analógica además de un catálogo poético a libre disposición del público.

La obra que presenta Anaïs Boudot se encuentra en el campo de la fotografía de naturaleza: la espuma de mar, la huella de la erosión del agua, las superficies rocosas, la corteza de los árboles... son algunos de los elementos que trabaja de manera analógica y en blanco y negro.

La artista francesa revela sus fotografías sobre soportes delicados a la par que rotundos, a medio camino entre lo racional y lo expresivo. Utiliza materiales naturales como cristal, madera y piedra. Su formación como creadora audiovisual influye en cómo toma sus imágenes, en las que destaca el movimiento congelado, como si fuesen fotogramas.

Boudot estudió Bellas Artes en Metz y fotografía en la Escuela Superior de Fotografía de Arles. En 2016 fue seleccionada para formar parte de l’Academie de France en Madrid, donde realizó un proyecto místico por Castilla tras los pasos de Santa Teresa de Jesús.

Del Estado francés a Sestao

Borja Gómez es graduado en Arte por la UPV/EHU, donde obtuvo el Premio Extraordinario de Fin de Carrera en 2015. En 2017 completó un Máster en Pintura y participó en el programa de residencias de La Cour des Arts en Saint-Rémy-de-Provence. Durante 2018 fue artista residente en la Fundación BilbaoArte y fue seleccionado para el programa de exposiciones de 2019 del centro.

El joven artista trabaja sus pinturas y dibujos en los límites de lo visual y lo táctil. A través del gesto, el color y la materialidad de la propia pintura van surgiendo las formas y elementos que las componen. En esta ocasión el artista mostrará las obras realizadas a lo largo del último año en su taller, «un lugar de introspección donde conviven el fracaso, el encuentro y el amor, y donde todas las cosas son susceptibles de ser o no ser», explica el artista.

La obra del sestaotarra sugiere mundos íntimos y oníricos en un tipo de pintura cercana e introspectiva que invita a una observación pausada y contemplativa. Además, cuenta con textos poéticos para acompañar cada una de sus obras, escritos por la artista getxoztarra Eztizen La Cruz.