Iker BIZKARGUENAGA
LIBRA, NUEVA DIVISA DIGITAL

FACEBOOK ACUñA UNA MONEDA PARA TENERNOS EN SU BOLSILLO

Hace tiempo que Facebook dejó de ser sólo una red social. Es un actor global con más poder que muchos estados y a través de sus diversos apéndices influye, orienta y controla buena parte de nuestras vidas. Ahora, con su proyecto de moneda digital, da un salto cualitativo.

Los últimos años han sido convulsos en Menlo Park. Las sucesivas brechas en la seguridad de Facebook, la colusión con Cambridge Analytica para tratar datos personales con intereses espurios y los interrogatorios a Mark Zuckerberg en el Congreso y el Senado de Estados Unidos, por citar sólo algunos de los titulares más destacados, han conducido a la red social más importante del planeta a sus momentos de popularidad más bajos desde que fue fundada en 2004. Ha habido incluso quien se ha atrevido a hablar de declive. Nada más lejos de la realidad.

Facebook sigue siendo un agente poderoso en la configuración de la sociedad en estos albores del siglo XXI, con una capacidad de generar relato superior a la de cualquier otra herramienta diseñada por el ser humano, y gracias a aplicaciones subordinadas como Whatsapp e Instagram convive con nosotros y nos acompaña a cualquier lado.

La red mantiene además su vocación expansiva. Ejemplo de ello es su nuevo proyecto, un secreto a voces que fue desvelado la semana pasada: una moneda digital. Se llamará libra y entrará en circulación en 2020.

Criptomoneda basada en Blockchain

Libra será una criptomoneda, una divisa de código abierto basada en Blockchain o cadena de bloques. Se trata de un sistema de seguridad formado por bloques alojados en una base de datos compartida, cuya fortaleza reside en que el enlace está descentralizado y que para robar información habría que infectar uno a uno todos los ordenadores encadenados, algo que es sumamente difícil y que la hace casi inexpugnable. Por esta razón, y porque permite hacer gestiones sin intermediarios, este sistema se utiliza como base para el funcionamiento de criptomonedas como Bitcoin, Litecoin, Ethereum, Dogecoin y Ripple, y para intercambiar todo tipo de archivos (hipotecas, títulos de propiedad o facturas).

La nueva moneda va a tener, además, su propio monedero digital, que se llamará Calibra, un servicio que formará parte del grupo de aplicaciones de Facebook, aunque también estará disponible como aplicación independiente. Calibra estará separado del negocio ordinario de la red, y será el responsable de poner la moneda en circulación.

Para desarrollar este sistema, Facebook se ha aliado con casi una treintena de grandes compañías de todo el mundo, que han formado una asociación con sede en Suiza. Entre los miembros fundadores hay firmas como Mastercard, Visa, Paypal, eBay, Lyft, Uber, Vodafone y Spotify, que darán consistencia al proyecto, aunque con los de Zuckerberg al timón, al menos por ahora.

Esta asociación será la única con potestad para acuñar y destruir monedas, y sólo se crearán nuevas cuando revendedores autorizados se las compren a ella con activos físicos que las respalden. En el caso opuesto, sólo se podrán quemar las divisas cuando algún revendedor las venda a la asociación. Además, será este conglomerado de empresas el encargado de tratar que libra sea aceptada como forma de pago. Los usuarios podrán intercambiarla a través de Whatsapp y Messenger, así como con una «app» que estará disponible cuando la divisa entre en funcionamiento. Su principal atractivo será la ausencia de comisiones, lo que permitirá enviar y recibir dinero de forma instantánea a cualquier parte a coste muy bajo.

De todos modos, los promotores de la moneda no quieren que su uso se limite a la contratación de sus servicios, sino que también pretenden atraer a establecimientos y tiendas de todo tipo. En resumen, quieren que la gente utilice su moneda para pagar los gastos cotidianos, los del día a día. «Esperamos ofrecer servicios adicionales para personas y empresas, como pagar facturas con solo presionar un botón, comprar un café con el escaneo de un código o utilizar el transporte público sin necesidad de llevar dinero en efectivo», han explicado responsables de Facebook, que esperan que socios como Uber y Spotify también tomen a libra como alternativa como ya hacen con PayPal.

Si logran que su uso prolifere a gran escala provocarán una pequeña (o no tan pequeña) revolución en el comercio mundial, pues la generalización de un método de pago sin control público tendría un impacto impredecible en todo el sistema monetario.

Pérdida de control público

En esta tesitura, algunos expertos han mostrado su temor a que la nueva moneda provoque un debilitamiento de los poderes públicos estatales y supraestatales frente a los gigantes de internet y las multinacionales.

También han expresado sus reservas responsables institucionales como el gobernador del Banco Central de Inglaterra, Mark Carney, y el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, que han exigido salvaguardas para evitar que crezca una moneda sin control público. Según Carney, si esta moneda es un éxito, «se convertirá en sistemática y tendrá que estar sometida a las mejores normas de regulación», por lo que prometió que seguirá «atentamente» su evolución. Le Maire, por su parte, no se opuso a que Facebook cree un instrumento para sus transacciones, pero advirtió de que libra «no puede y no debe convertirse en una moneda soberana, con todos los atributos de una moneda», como la capacidad de emitir deuda y servir como moneda de reserva.

En el Estado español, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Sebastián Albella, confirmó el viernes que Facebook ha contactado con supervisores de todo el mundo para explicarles su plan, y que la CNMV se reunió con miembros de la red en mayo. Opinó que es un proyecto «interesante al que hay que prestar atención».

Con todo, antes de que libra entre en circulación la asociación debe garantizar el funcionamiento del sistema y su seguridad. Además, tendrá que hallar bancos dispuestos a almacenar el dinero que la respalde, y los reguladores financieros deberán darle su visto bueno. Y es que, más allá de las reticencias, a diferencia de bitcoin, libra no pretende romper el vínculo con el sistema tradicional. «No tiene como vocación poner en duda las monedas nacionales», porque su valor está garantizado por las reservas en divisas que tienen Facebook y sus socios, explicó la economista Nathalie Janson a AFP.

En términos generales, pese a que ambas tienen elementos en común, libra, al contrario que bitcoin, está ideada para mantener un valor estable. Para ello, cuenta con el respaldo de divisas internacionales como el dólar, el euro o el yen, y cada vez que alguien compre una moneda, ese dinero se depositará en una cuenta bancaria, de modo que cada libra estará respaldada por un activo real. De esta forma, cualquiera que esté interesado en convertir libras en dólares o euros podrá hacerlo al tipo de cambio de esa divisa.

Otra cuestión que ha sido expuesta en los últimos días es el de la privacidad de las personas que usen esta moneda. Facebook se ha comprometido a no compartir información de cuentas y datos financieros de Calibra sin el consentimiento expreso del usuario. De este modo, la información financiera de las personas que usen la divisa no se utilizará para mejorar la segmentación publicitaria en otros productos, como Instagram. Lo que si hará Calibra, según la red social, será usar datos de Facebook para «cumplir con la ley, asegurar las cuentas de los clientes, mitigar el riesgo y prevenir la actividad criminal».

Probablemente, esta promesa es la que más escepticismo ha creado en sus potenciales clientes, ya que en materia de privacidad los precedentes no permiten una confianza incondicional, sino todo lo contrario.