Maite UBIRIA BEAUMONT
Baiona
SERIE FOTOGRÁFICA HECHA POR AFP A UN ACTOR CLAVE EN EL FIN DE ETA

JOëL SAGET, RETRATISTA DE LOS LÍDERES POLÍTICOS FRANCESES, Y TAMBIÉN DE JOSU URRUTIKOETXEA

La serie de retratos realizada por el «fotógrafo de los políticos», Joël Saget, al histórico militante de ETA Josu Urrutikoetxea, habla de un trabajo reposado en estudio, que busca los juegos de sombras y remite en cuanto a la técnica a otras series del retratista de la vida política y social francesa.

Fotógrafo de la agencia AFP, a la cual define como «una gran caja de resonancia que permite que unas fotografías lleguen a la prensa extranjera, principalmente de Gran Bretaña y Estados Unidos», Joël Saget es considerado el «retratista de los políticos» a raíz del encargo que recibiera en la campaña de 2017 de hacer las fotografías oficiales de los once candidatos a la Presidencia francesa.

Una mirada a esa galería, pero también a otros trabajos repertoriados en el making-off de Saget (https://making-of.afp.com/joel-saget), permite encontrar de inmediato similitudes, en el ambiente y la técnica, con las fotografías realizadas este pasado 2 de octubre al exdirigente de ETA Josu Urrutikoetxea.

Esas imágenes, que rompen moldes, han sido objeto, especialmente desde su aparición el pasado miércoles, 7 de octubre, en la portada de GARA, de comentarios, análisis y hasta algún «meme» en redes sociales.

Entrevistado por “L’Obs” en relación a su galería de retratos de presidenciables, Joël Saget daba ya en 2017 algunas claves de su trabajo en ese estudio parisino por el que desde entonces han pasado los primeros espadas de la política francesa pero también del mundo de la cultura o la esfera social.

Esta es la explicación del fotógrafo sobre el lugar del que nacen sus retratos: «Nuestra idea era completar un fondo de retratos tranquilos, lo que representa una evolución en la historia de AFP, para lo que instalamos un estudio en los locales de la agencia, en París, donde realizo la mayoría de mis retratos, ya que el objetivo es retornar en cierto modo a la vieja fotografía, la que exige un tiempo de pausa». Y Saget se detiene después en la razón técnica: «Generalmente necesito alrededor de tres cuartos de hora para conseguir algo que merezca la pena. Aprieto el disparador entre 150 y 200 veces, a sabiendas de que el mejor momento para conseguir una buena fotografía no es necesariamente cuando el modelo posa, sino que muchas veces llega antes o después, con un gesto personal, como volver a ponerse las gafas o a ajustarse una prenda de vestir».

cámaras y una imagen borrosa

«Los responsables de comunicación buscan controlar la imagen a cualquier precio, y de ahí que en el momento histórico en el que hay más fotógrafos y cámaras todo aparece más borroso», opina en esa entrevista el fotógrafo, hoy asentado en un estudio de París tras galopar antes a cielo abierto, desde Afganistán al Tour de France. Y añade que en la comunicación política «hoy se busca la asepsia para gustar al máximo de electores, lo que genera productos insípidos».

A la vista de las emociones provocadas por las fotografías como las que el miércoles ocuparon la portada de GARA, la explicación del autor sobre cómo encara las sesiones de trabajo con personajes que puedan plantear controversia puede servir para romper ciertos a priori y ganar en perspectiva.

«No voy a un encuentro con ideas preconcebidas. Cuando afronto una sesión, dejo mis ideas a un lado», confiesa Saget, aunque admite que en esta cuestión hay, por así decirlo, escuelas diferentes, y así «algunos fotógrafos intentan introducir sus ideas en la imagen, por ejemplo para denunciar a la persona que fotografían, algo que no comparto porque creo que es una actitud contraproducente», razona.

Y baja al ejemplo más habitual en clave interna francesa. «Hay quienes tienen la impresión de que ayudan a combatir al Frente Nacional si hacen fotografías en que sus miembros aparecen horribles, pero eso puede volverse contra uno mismo, ya que abre la puerta a la victimización frente a los medios de comunicación», explica, para exponer luego su opción personal: «Por lo que a mí respecta, yo considero ante todo que tengo ante mi objetivo a un ser humano».

«No reivindico imágenes objetivas»

Las imágenes de Urrutikoetxea tienen un halo cinematográfico que es marca de la casa. «No hago fotos de pasaporte, ni reivindico imágenes objetivas, y trabajar con las luces ayuda a revelar cosas de la persona fotografiada, lo que hace el retrato más intimista», detalla en la citada entrevista Saget.

«Ilumino el rostro de las personas a las que retrato con fuentes de luz continua, que me permiten hacer ajustes muy precisos. Es un poco como el dibujo: trabajas las sombras, añades un haz aquí y allá.. y para apropiarme mejor de la luz visiono mis fotos en la pantalla de blanco y negro, aunque las haya hecho en color», revela el fotógrafo que retrató a los candidatos al Elíseo en 2017 y que ahora ha inmortalizado a Josu Urrutikoetxea difundiendo, vía AFP, los que son los primeros retratos públicos del militante vasco desde hace casi dos décadas.