Iker BIZKARGUENAGA
BILBO

Muskiz (254) cerrado y Gasteiz (392) abierto por una decisión «técnica»

0401_incidencia
0401_incidencia

Con 101 nuevos contagios detectados en las últimas 24 horas, Gasteiz va a iniciar la Semana Santa con una incidencia acumulada de 392,20 casos por cien mil habitantes, a las puertas por tanto de llegar a la línea roja fijada por el LABI para la aplicación de nuevas restricciones, entre ellas, el cierre del municipio. Un listón que es probable que supere pronto si mantiene la tendencia de los últimos días.

Si no ocurriera tal cosa sería una noticia formidable, pues supondría que ha atajado de forma brusca la imparable subida de los contagios, pero no tendría más repercusiones porque, ocurra lo que ocurra, la capital alavesa va a quedar al margen de las nuevas medidas al menos hasta el 7 de abril. Lo mismo ocurre con municipios como Arrasate o Zumarraga, que, de hecho, han rebasado los 400 casos y siguen abiertos y con las mismas limitaciones que Aretxabaleta, que tiene una incidencia de 56 casos y ha encadenado seis días sin positivos.

En el lado opuesto, Muskiz lleva cerrado perimetralmente desde el lunes, a pesar de que ese día su incidencia era de 267 casos y ayer de 254, y es posible que permanezca confinado hasta el 7 de abril sin que en todo ese tiempo supere los 400 casos que marcan el límite. Este hecho, que desde el punto de vista de la gestión epidemiológica no tiene explicación racional posible, es la consecuencia de la decisión de no actualizar en diez días la lista de municipios afectados por las restricciones.

«Fundamentalmente técnica»

Una decisión comunicada el viernes pasado por Iñigo Urkullu, que el portavoz del Gobierno de Lakua consideró ayer que es «fundamentalmente técnica, no política». Durante una comparecencia, Bingen Zupiria argumentó que los responsables del LABI decidieron implantar esas restricciones en casos de incidencia acumulada elevada y que a eso se atiene el Ejecutivo.

Lo que ocurre es que si bien esas medidas, propuestas el jueves por el «LABI técnico», sí pueden responder a criterios de respuesta a epidemiológica, la decisión de mantener sin cambios la lista durante todas las vacaciones escapa a esos parámetros y solo puede responder a criterios políticos. Pese a ello, el portavoz del Gobierno insistió en que las medidas no se han tomado mirando a las vacaciones «porque –aseguró– no está en juego la Semana Santa, sino la forma de vida de los ciudadanos durante los próximos meses».

Lo cierto es que el sentimiento de agravio es patente en Muskiz, donde ayer se llevó a cabo una concentración para denunciar esta situación que, además, ha sido llevada a los tribunales.

Un grupo de vecinos y vecinas, con el apoyo del Ayuntamiento, han presentado en el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) una petición de «medidas cautelarísimas» para que «en la mayor brevedad posible» se revoque la decisión de mantener a ese municipio en la zona roja. En concreto, han presentado un recurso contencioso-administrativo «para la protección de los derechos fundamentales de las personas» contra la resolución de la directora de Salud Pública y Adicciones del sábado, 27 de marzo, que desarrollaba el decreto del lehendakari e incluía a Muskiz entre las localidades afectadas.

El Consistorio ya había remitido a Lakua un requerimiento previo a la vía contencioso-administrativa para que se actualicen los datos de afección de covid y que la localidad deje de estar entre los municipios cerrados perimetralmente. En el texto se destaca que la incidencia en Muskiz, tras haber bajado de 427 a 213 casos entre el viernes y el martes, es similar a la de otros municipios donde no hay medidas restrictivas, por lo que, señala, «se produce un agravio comparativo». Además, destaca el «perjuicio de imposible o difícil reparación» que supone aplicar a Muskiz las medidas establecidas para los municipios con alta incidencia del covid-19.

Siendo esto así, y lógico el enfado que hay en Muskiz, tanto o más inexplicable resulta en el intento de atajar la transmisión del virus no aplicar esas medidas donde la incidencia sí que es muy alta y va al alza. En Gasteiz, Arrasate o Zumarraga no tienen motivos para pensar que en su caso la moneda ha salido cara.