Una visita a la consulta de Mikel Sánchez en Gasteiz dio, por fin, con el origen de esas molestias que han venido lastrando el rendimiento deportivo de Aimar Olaizola en las últimas semanas. Ni las constantes visitas al masajista, probar incluso con la quiropráctica y ni siquiera una resonancia magnética habían sido capaces de acabar o dar con el motivo de esa molestia que tensionaba la zona del cuello del pelotari, hasta el punto de que llegaron a pensar que todo podría deberse a un problema bucal. Pero el prestigioso traumatólogo gasteiztarra confirmó ayer, como el propio deportista intuía, que se trata de una tendinitis en su hombro derecho que le obligará a parar durante un par o tres semanas y Asegarce confirmó ayer mismo que Mikel Urrutikoetxea será su sustituto, al menos este domingo ante Irujo-Barriola en Bilbo.

La lesión no es, para nada, nueva, sino que viene arrastrándola desde el pasado Campeonato del Cuatro y Medio y el tratamiento que recibirá consiste en descansar y en unos ejercicios de rehabilitación que llevará a cabo en Gasteiz -empieza el lunes- bajo la supervisión de Itsaso Sánchez, quien ya lo trató cuando sufrió la grave lesión de rodilla. También seguirá tomando sesiones de masaje.

Al contrario que en las dos semanas anteriores, en las que dejó de acudir a la elección de material para tratarse la zona, Olaizola sí acudió ayer a Bilbo para apartar las pelotas con las que jugarán el domingo, donde ya adelantó sus dudas en torno a la posibilidad participación. El de Goizueta explicó que ya son muchas las semanas en las que está jugando sin poder apenas entrenar y desveló que el pasado sábado en Logroño jugó mermado desde el cuarto tanto.

Seguro de recuperar el juego

En esa misma comparecencia pública, el pelotari de Asegarce calificó de casi nulas sus opciones de pasar a semifinales por los malos resultados cosechados hasta la fecha y porque cree evidente que el Campeonato ha pillado en momento de juego especialmente bajo tanto a él y como a su compañero Beroiz.

No obstante, mostró su voluntad de dar todo lo que llevan dentro cada vez que salgan a la cancha y lanzó un mensaje de tranquilidad a aquellos que ya lo dan por acabado. «Sin duda es complicado jugar así, pero por mi parte ya tengo experiencia. Cuando ganas, que ya me pasó estar tres años y pico en los que yo mismo estaba extrañado por tanto tiempo, todo son halagos, y por un mes y medio que haya bajado el nivel, por estar en una mala racha, parece que muchos me quieren enterrar. Además, yo me conozco muy bien estoy seguro que, no sé cuándo, pero el juego me volverá. Yo he visto que el resto de pelotaris y en todos los deportes todo el mundo tiene altibajos. En mi caso, hace un mes y pico he jugado una final, la gente te sube enseguida y te baja a la misma velocidad, pero ya sé cómo son las cosas y estoy tranquilo», señaló.

Mikel Beroiz, que entrenó el miércoles y ayer no quiso tocar demasiada pelota, también acudirá bajo mínimos a un partido en el que se juegan su última oportunidad de seguir vivos.

En la pareja de Aspe Juan Martínez de Irujo tampoco está en plenitud de condiciones, ya que sigue estando bastante justo de manos y sin poder entrenar todo lo que le gustaría a lo que esta semana se le ha sumado un fuerte resfriado. Por su parte, a Abel Barriola el callo parece habérsele cerrado bien y llega en buenas condiciones.