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Recetas del tranvía aplicadas al bus

Ya sea por falta de medios o porque el tráfico no justifica crear una nueva infraestructura, muchas ciudades se han dedicado en los últimos años a adaptar al bus las recetas que dieron éxito al tranvía, inventando así el «Bus de Tránsito Rápido» (BRT, en inglés).

El concepto es sencillo: se trata de hacer suficientemente fiable una línea de bus como para que la persona usuaria no tenga que preocuparse de horarios ni de eventuales atascos en hora punta. Si todo marcha bien, el conductor de automóvil particular debería ser seducido para pasarse al transporte público.

En la práctica, este bus moderno se distingue, sobre todo, por tener su propio espacio, un carril reservado por el que circula con relativa rapidez y respetando sus horarios. Tres o cuatro veces menos caro que construir una línea de tranvía, también tiene prioridad en los semáforos. Sobre todo, no hay que estar esperándolo mucho tiempo. Y, como los tranvías, tendrá auténticas estaciones y no vulgares paradas, con todas las informaciones necesarias para el buen desarrollo del viaje.

«Puede suceder, al igual que con las nuevas líneas del TAV, que tenga una parte reservada y otra que no lo sea. No estamos obligados a desarrollar nuevas infraestructuras de cabo a rabo», observa el director de Keolis France, Frédéric Baverez.

Los ejemplos ya son numerosos por todo el mundo, donde a menudo se utilizan las siglas inglesas de BRT, por “Bus Rapid Transit” (BTR en castellano, por Bus de Tránsito Rápido; en francés se usa BHNS). El sistema de Curitiba (Brasil) y las «autopistas para autobús» de Bogotá (Colombia) son modelos de este género.

En el Estado francés, fue la nueva ciudad de Evry la primera que montó el BHNS, y lo hizo sin saberlo, trazando corredores para los buses desde su propia concepción. Le siguió a principios de la década de 1990 la línea del TVM (Trans-Val-de-Marne), concebida como un tranvía sin raíles, cerca de París.

Más recientemente, Nantes y Ruan han perfeccionado el modelo para complementar sus tranvías, seguidas por Nimes, Douai, Lorient, Lens, Le Mans o Metz, y ahora por Amiens en versión eléctrica.

Tanto en Metz como en Amiens han cuidado especialmente el aspecto del vehículo, inspirándose, una vez más, en el tranvía. «Es necesario que tenga una visibilidad particular» para distinguirlo de otros buses que circulan por la ciudad, subraya Baverez. [El fabricante vasco Irizar e-mobility firmó en 2017 con Amiens Métropole el mayor contrato de Europa, para el suministro de 43 autobuses articulados con sistema BRT].

Entre los numerosos proyectos en curso, se encuentran Baiona [que también ha elegido el trambus de Irizar] y Aix-en-Provence, que tienen previsto inaugurar un BRT eléctrico coincidiendo con la llegada del nuevo curso escolar, mientras que Pau pondrá en servicio una versión que funciona con el hidrógeno como combustible.