Zigoitia: decide el paracaidista
PNV y PSE han firmado un acuerdo general de apoyarse mutuamente para alcanzar la Alcaldía allí donde alguno de los dos sea la lista más votada o, si otro partido es el primero en el pueblo, secundar a quien de los dos decida presentarse.
PNV y PSE han firmado un acuerdo general de apoyarse mutuamente para alcanzar la Alcaldía allí donde alguno de los dos sea la lista más votada o, si otro partido es el primero en el pueblo, secundar a quien de los dos decida presentarse. Ese pacto de las respectivas direcciones se aplica luego en cascada y no importa, por ejemplo, que en Soraluze haya vuelto a ganar EH Bildu después de que hace cuatro años le arrebataran la Alcaldía, o que en Pasaia la candidatura independentista haya vencido con creces a la de la anterior alcaldesa del PSE que junto con los jeltzales ha perdido un chorretón de votos desde 2015. La ley es así.
Pero aunque es cierto que accede a la Alcaldía quien suma la mayoría absoluta de los concejales de la corporación, hay veces en las que, atendiendo a la singularidad local, los propios protagonistas debieran cortarse un poco. Ejemplo de ello es Zigotia, municipio alavés que agrupa a 18 pueblos que entre todos suman 1.729 habitantes según el Eustat. En estas últimas elecciones EH Bildu obtuvo 396 votos, el 44,05%, subiendo 74 papeletas desde 2005. El PNV logró 321 votos, el 35,71%. Ambos partidos empataron a 4 escaños. Quien desempatará será el PSE, partido que presentó una candidatura sin ningún vecino de la localidad. La cabeza de lista fue una mujer octogenaria, esposa de un histórico diputado alavés en Cortes. Al saberse elegida, parece que por sorpresa, renunció al cargo. Lo mismo ha hecho el segundo, acostumbrado a ir de relleno ya que en 2015 se presentó para edil de Muxika en Bizkaia. Es el tercero de la lista el que finalmente ha cogido el acta de concejal. Se trata de Pedro Pablo Hervias, radicado en Gasteiz, donde preside un club de natación. En 2015 optó al ayuntamiento de Asparrena. Es por tanto un paracaidista, como en ocasiones suele decir Andoni Ortuzar, el que va a decidir quién será alcalde, sin saber nada del pueblo ni de sus problemas y ni querer conocerlos.
Es la consecuencia de hacer las cosas de arriba a abajo, pensando en acumular para la sigla, cuando lo que está en juego son las cosas simples de cada pueblo.