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El presidente de EEUU llega a Inglaterra, primera escala de su ajetreado viaje a Europa

Joe Biden ha llegado a Inglaterra en la primera escala de su primer viaje internacional, que le llevará a reunirse con los aliados occidentales, antes de entrevistarse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Suiza.

Llegaga de Biden y su esposa a la base militar de Mildenhall, en Inglaterra. (Brendan SMIALOWSKI/AFP)

El avión presidencial Air Force One ha aterrizado en la base área de la Royal Air Force en Mildenhall y este jueves tendrá ya un cara a cara con el primer ministro británico, Boris Johnson, antes de participar, a partir del viernes, en la cumbre del G7, que durará tres días.

Algunos de los temas en la mesa de negociaciones del G7 (EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, Alemania, Italia, Canadá y Japón) serán la recuperación de la pandemia, la lucha contra la crisis climática o la hegemonía de China y los ciberataques lanzados desde Rusia.

Antes de partir hacia Europa, Biden adelantó que presentará en su gira europea una estrategia de vacunación global para poner fin a la pandemia de la covid-19.

El mandatario estadounidense estará hasta el domingo en Gran Bretaña, donde también tiene previsto mantener un encuentro ese día con la reina Isabel II en el castillo de Windsor.

Más tarde, en la capital belga, tiene programado acudir a la cumbre de la OTAN del próximo 14 de junio y a otra entre Estados Unidos y la Unión Europea al día siguiente.

El mensaje principal de Biden será, como el mismo describió en un editorial en el diario ‘The Washington Post’ el fin de semana, que EEUU renueva su compromiso con los aliados y socios, y que quiere demostrar la capacidad de las democracias para afrontar los retos.

Este encuentro llega después de cuatro años de liderazgo de Donald Trump (2017-2021), en los que el ahora expresidente alabó el Brexit, no paró de criticar a la OTAN, a la que tachó de obsoleta, puso en duda el compromiso de EEUU con la defensa colectiva y reclamó de forma bronca a los aliados europeos que aumentaran su gasto en Defensa.

Todo esto se producirá antes de reunirse con Putin en su primer cara a cara en Ginebra el próximo día 16.

Estados Unidos ha dicho que busca una relación «predecible con Rusia» y que pretende rebajar la temperatura en una relación, marcada por desacuerdos sobre la soberanía de Ucrania, y la ola de ciberataques supuestamente lanzados desde territorio ruso.

Los ciberataques, un tema clave

Si hay un asunto que preocupa a Biden y del que quiere hablar en el G7 es de los ciberataques lanzados desde Rusia, que han tenido como blanco reciente EEUU.

En mayo, la principal red de oleoductos estadounidense, operada por la empresa Colonial, fue objetivo de un pirateo informático, que supuso una suspensión de sus actividades durante varios días, que fue seguido en junio de un ataque similar contra JBS, una de las mayores empresas de procesamiento de carne en el país.

En ambos casos las autoridades estadounidenses han acusado a ciberdelicuentes que actuaban desde territorio ruso, a diferencia del pirateo informático de diciembre pasado contra varias agencias del Gobierno y grandes compañías a través del programa SolarWinds, del que Washington sí responsabilizó al Gobierno de Moscú.

Ya lo adelantó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a comienzos de esta semana antes de que el presidente emprendiera el viaje: Biden quiere que la cumbre del G7 sea el comienzo de un «plan de acción» frente a los ciberataques.

EEUU ha pedido también que el tema esté sobre la mesa en la cumbre de la OTAN en Bruselas la próxima semana, a la que mandatario estadounidense asistirá, antes de abordar este asunto con Putin en Suiza.

Primeros encuentros con otros dirigentes

Este será el viaje de las primeras veces para Biden desde que llegó a la Presidencia de EEUU en enero, ya que tendrá la oportunidad de verse de manera presencial por primera vez con la mayoría de líderes con los que se va a reunir.

El único con el que volverá a coincidir por segunda vez en persona será el primer ministro japonés, Yoshihide Suga, quien estuvo en la Casa Blanca a mediados de abril.

La siguiente parada del viaje de Biden será Bruselas, donde acudirá el 14 de junio a la cumbre de la OTAN para «reafirmar el compromiso de Estados Unidos» con esta.

Para preparar la cita de la OTAN la próxima semana, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, se reunió con Biden el pasado día 7 en la Casa Blanca.

En declaraciones a los periodistas, Stoltenberg enumeró las que serán las prioridades a tratar en la cumbre: los ciberataques, Rusia y sus «acciones agresivas en contra de sus vecinos» y China, por «la coacción a sus vecinos».

En los márgenes de la reunión de la OTAN, Biden mantendrá un encuentro bilateral con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan; una reunión que se produce tras la compra por parte de Ankara de sistemas de defensas rusos, lo que ha irritado a Washington.

Tras el foro de la OTAN, el presidente estadounidense tomará parte el 15 de junio en la primera cumbre EEUU-Unión Europea desde 2014, donde se tocarán algunos asuntos espinosos, como los aranceles al aluminio y al acero heredados de la era Trump y la disputa por los subsidios a Airbus, en detrimento a Boeing.

La seguridad del 5G, las tecnologías emergentes y su regulación será otros de los puntos que se abordarán.

Putin teme a Ucrania en la OTAN

Entretanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha expresado este miércoles sus sospechas de que Estados Unidos está apoyando el ingreso de Ucrania en la OTAN, al tiempo que llamó «inteligentes» a los ucranianos que se oponen a esa entrada.

«Hay limitaciones formales, pero no hay ninguna garantía de que Ucrania no ingrese en la OTAN», ha dicho Putin en declaraciones a la televisión pública rusa.

Putin ha destacado que ahora en Washington «dicen que no prometieron nada ni a Ucrania ni a los dirigentes ucranianos, incluido al presidente, Volodímir Zelenski. ¿Cómo lo sabemos? Uno puede imaginar que el plan de ingreso de Ucrania en la OTAN se está discutiendo. Al menos, nadie ha dicho que no», ha puntualizado.

Putin ha aludido al anuncio de la Casa Blanca, que negó las afirmaciones de Kiev sobre que el presidente de EEUU, Joen Biden, respaldó el lunes el ingreso de Ucrania en la Alianza en conversación telefónica con Zelenski. Vinculó dicha declaración con la cumbre que él y Biden celebrarán el próximo 16 de junio en Ginebra.

«Puede ser que ellos le dijeran: ‘Sabes que te has adelantado, es pronto para hablar de ello. Te has metido donde no te llaman, ya que ahora se acerca la reunión al más alto nivel entre los dos presidentes ¿Para qué nos molestas? ¿Nos estropeas la atmósfera de cara a la cumbre? ¿No pudiste estar callado unos días?’», ha señalado.

En este sentido, Zelenski ha insistido en las últimas semanas a EEUU para que ponga fecha al ingreso de su país en la Alianza Atlántica, especialmente después de que la concentración de tropas rusas cerca de la frontera en abril hiciera temer un estallido de un conflicto entre ambos países por el control del Donbass.

«Cómo mínimo, un 50% de los habitantes de Ucrania no quiere el ingreso de su país en la OTAN. Y esa es gente inteligente», ha mantenido Putin.

Además, ha criticado el proyecto de ley presentado por Zelenski sobre los pueblos autóctonos de Ucrania, que no incluye a los rusos, lo que Putin considera «un duro revés» para millones de personas que se consideran rusos en el país vecino.

Ha denunciado  que dividir a los ucranianos en categorías «apesta totalmente y recuerda a la teoría y práctica de la Alemania nazi» y se ha preguntado «qué hacer con los que tiene la sangre mezclada», en referencia a progenitores de diferente origen étnico, como es el caso del propio Zelenski, que tiene raíces judías.