Bilbao Basket viaja a Lugo sin Ludde Hakanson para encontrarse al Breogán de Veljko Mrsic
El «combo guard» sueco padece una rotura de fibras, un mal que ahonda el momento de bajón de los hombres de negro al encadenar dos derrotas. Alex Mumbrú demanda «un paso adelante» y Jonathan Rousselle afirma que el equipo bilbaino debe «espabilar».
Después de ceder ante San Pablo Burgos y Joventut, Surne Bilbao Basket visita este sábado a las 20.45 el Pazo Provincial dos Deportes de Lugo para vérselas con el Breogán, un duelo en principio destinado a ser entre dos equipos que debieran luchar por salvar la categoría pero que en este momento cruza a dos equipos con ansias de meterse en el Top 8 de la Liga ACB. Eso sí, a día de hoy ambos equipos se hallan fuera de los puestos de play-off: novenos los lucenses con un balance de 11-10, los hombres de negro ocupan la undécima paza con un bakance de 10-11.
Los vizcainos han visto en las últimas semanas truncada su racha de siete victorias seguidas, la segunda mejor en la historia del club en la Liga ACB, una inercia que se quebró en la derrota en doble prórroga en la cancha de San Pablo Burgos y que frente al Joventut de Badalona, pese a la reacción final, no se pudo corregir. Pero la peor noticia de la semana ha sido que los de Mumbrú han perdido por lesión a Ludde Hakanson, aquejado de una rotura de fibras.
Según el parte médico facilitado por la entidad bilbaina, el «combo guard» sueco padece una rotura «del glúteo menor en su inserción en trocanter afectando a la unión miotendinosa intramuscular con líquido en la aponeurosis superficial». El pronóstico del tiempo de baja de Hakanson será «según evolución», si bien es previsible que permanezca varias semanas fuera del equipo, aunque el entrenador bilbaino, Alex Mumbrú, en su habitual rueda de prensa semanal, ha mostrado su confianza en que se recupere «antes de un mes».
Huelga decir que Hakanson, que vino tocado de las «Ventanas FIBA», era uno de los jugadores más destacados de este Bilbao Basket, y que ante su ausencia, otros deberán dar un paso adelante. Esa es la idea que ha trasladado Mumbrú antes de viajar a Lugo.
«Sin Ludde ni Bigote –fichado por el Le Havre francésm de la Tercera División gala por decisión del propio jugador– se caen 24 puntos en ataque, hay que dar un paso adelante», ha resumido el entrenador badalonés.
«Son jugadores que generan y anotan, y se nos cae esa vía. Tenemos que estar duros en defensa y todo el mundo debe dar un pasito adelante y tomar más responsabilidad para poder suplir esa falta de puntos», ha subrayó el técnico catalán.
Con este doble contratiempo, la pregunta sobre la posibilidad de buscar un refuerzo vuelve a cobrar importancia en el seno bilbaino. En ese sentido, Mumbrú ha puesto varias condiciones a ese hipotético refuerzo. «Un jugador que cuadre, no solo deportivamente sino también económicamente y que sea capaz de integrarse al grupo», nada menos.
El técnico bilbaino, no obstante, asume este contratiempo como «gajes del oficio» y ha mostrado su plena confianza «en los que sí están» después de una «buena semana de trabajo» que les ha permitido «poco a poco coger el ritmo» que les faltó la pasada jornada.
Todo hará falta para vencer en una pista «caliente y difícil», como ha definido el propio Mumbrú, y ante una afición algo resentida con Bilbao Basket, no sin razón, ya que el pasado 5 de diciembre el partido de Miribilla –con una amplia presencia lucense en las gradas– entre estos dos equipos se tuvo que suspender por una avería en uno de los relojes de posesión.
El cuadro bilbaino estuvo a punto de perder ese partido sin poder jugarlo, aunque al final todo quedó en una multa y un partido recuperado el 16 de ese mismo mes de diciembre y que los hombres de negro ganaron por 81-73 sin aficionados del Breogán en las gradas.
Centrado únicamente en el equipo galaico, Mumbrú ha definido al Breogán como «un buen equipo. La gente se centra en (Dzanan) Musa, pero tienen a Kalinoski, Hayes, Quintela, Cruz, Mahalbasic... Son un equipo compensado que en casa se hacen mas fuertes. Una de las claves será que no se rompa el partido y seamos capaces de aguantar los 40 minutos».
Cabe reconocer que el cuadro lucense ha sabido adaptarse al cambio de entrenador, luego del juego de manos de la agencia Beobasket de Misko Raznatovic para pasar a Paco Olmos a Burgos y reubicar a Veljko Mrsic en el banquillo del Breogán.
Hay que recordar que Mrsic ya entrenó en su día a Bilbao Basket. En la fatídica campaña 2017/18, llegó en precipitada sustitución de Carles Durán y al final aquel año se cerró con el descenso de los hombres de negro a la Liga LEB Oro. De hecho, aquella fue la çultima campaña vestido de corto de Alex Mumbrú, que al año siguiente comenzó su andadura en los banquillos, consiguiendo ascender a Bilbao Basket a la Liga ACB y consolidar al equipo en la élite y a él mismo como entrenador en los años posteriores.
«Tenemos que mirar arriba y abajo»
Jonathan Rousselle llegó más tarde a la disciplina bilbaina, ya después del ascenso de la campaña 2018/19. Y aunque su caminar entre los hombres de negro siempre haya ido a trompicones –dificultades de adaptación primero, lesiones después–, es uno de los capitanes de la plantilla y una de las voces más respetadas.
En ese sentido, el armador galo, en la comparecencia de prensa que ofreció el jueves, volvió a hablar pausado pero claro. «Tenemos que saber quiénes somos, que si no jugamos a tope, con todo el mundo centrado al 200%, no tenemos opción ante ningún equipo de esta Liga porque solo hay buenos equipos. Hay que espabilar y, sobre todo, ser conscientes de quiénes somos y cuál es nuestra identidad».
«No podemos permitirnos pensar que estamos más o menos bien en la clasificación, que jugamos más o menos bien y que tenemos talento. No. Tenemos que demostrar que nos jugamos la vida en cada partido y demostrar que queremos más que el otro equipo. Sin eso no tenemos ninguna opción», ahondó Rousselle.
En ese sentido, recordó que, tras esas dos derrotas y aún a un solo triunfo del play-off, ya solo tres victorias sobre el descenso, «desde luego, el primer objetivo es la salvación».
«Tenemos que ser conscientes de lo que hay arriba pero también de lo que hay abajo», incidió de cara al partido de Lugo, una cancha en la que coincidiría con Mumbrú al considerarla «caliente y difícill».
«Lugo es una cancha caliente y difícil de ganar. Lo vemos en los resultados, no muchos equipos han ganado allí y es un reto muy importante para nosotros», comentó sobre un equipo en el que los hombres a frenar tiene claro que serán «(Dzanan) Musa, (Rasid) Mahalbasic y (Trae) Bell-Haynes».
Destacó del Breogán «su confianza y su manera de jugar. Lo tiene muy claro y sabemos lo que nos vamos a encontrar», al tiempo que avisaba, a acuenta de las ausencias en la plantilla de los hombres de negro que «no podemos pensar en que no está. Lo que hay que hacer es seguir adelante».