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Elkarrizketa
David Pérez Sañudo
Director de ‘Azken erromantikoak’

«La idea de reivindicar también lo ‘maketo’ me parece muy poderosa»

David Pérez Sañudo es uno de esos cineastas que, ya en su primera película (‘Ane’, premio Irizar en 2020), demostró que tiene una manera de contar muy propia. Regresa a New Directors con ‘Azken erromantikoak’, basada en la novela de Txani Rodríguez, mientras prepara su nuevo proyecto.

David Pérez Sañudo, en Donostia, en un parón de su nuevo proyecto. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Si en ‘Los últimos románticos’ (premio Euskadi de Literatura en 2021), Txani Rodríguez situaba la historia de su protagonista en Laudio, en ‘Azken erromantikoak’ (estrenada el lunes en Zinemaldia) la historia, los personajes y hasta el contexto se han expandido: rodada en Gasteiz, Laudio, Lisboa y Sevilla, la segunda película de David Pérez Sañudo sitúa la historia en un pueblo industrial indefinido de Euskal Herria, marcado por una fábrica de papel en crisis.

Como en la novela, un día Irune (una Miren Gaztañaga impactante y arriesgada) nota que le ha salido un bulto en el pecho. Es una especie de terremoto en su solitaria vida, que transcurría paralizada por la nostalgia. Pero Irune es muy divertida por dentro... muy ‘destroyer’ y muy decidida. Rodada en euskara, con guion coescrito nuevamente con Marina Parés, y una banda sonora  espectacular firmada por Beatriz López-Nogales, esta comedia dramática nos hizo sufrir, reír, llorar... y bailar.

‘Ane’ y ‘Azken erromantikoak’ tienen puntos en común. Son historias de mujeres en un contexto conflictivo: una, con la construcción del TAV; la otra, con las papeleras y la destrucción del monte. ¿Se ha planteado hacer una especie de crónica de la Euskal Herria en crisis?

Hay algo que se desprende ya de la propia novela que tiene que ver con ese universo postindustrial que comparten lugares como la Margen Izquierda, Laudio, Gernika o Eibar. Hay algo muy interesante en esos lugares que un día fueron muy prósperos, incluso dentro de lo metalizado y de lo gris, y que hoy en día se han tenido que reconvertir en otro tipo de municipios. A mí es algo que me interesa mucho, porque también el concepto romántico es muy complejo. Y lo romántico tiene que ver con la idealización: la idealización del otro, de la persona de la que uno se ha enamorado, pero también con la mitificación de un territorio que no volverá a ser el mismo. Y me gusta pensar en un lugar sin presente, en el que solo hay un pasado al que intentar recuperar sin éxito, y quizá una idea de futuro poco probable.

No es que tenga una visión negativa de Euskal Herria, pero sí tengo la sensación de que hay una tendencia, quizá demasiado frecuente en el cine vasco y también en la literatura a veces, de contar nuestras bondades o contar a través de elementos a reivindicar. Si el cine tiene algo de herramienta política o de acto político, también hay aspectos que señalar, porque, si uno mira muy de cerca espacios sociales, hay personas al límite y a la deriva, y lugares donde las aceras están más nuevas y otras donde están más viejas. La idea del deterioro me parece fascinante.

La decisión de rodar en euskara es también importante.

Para mí hay algo que tiene que ver con los espacios bilingües, que me parecen muy naturales y que creo que en el cine todavía no terminan de encajar. Nuestra realidad es bilingüe. La película es mayoritariamente en euskara, pero tiene una pequeña parte en castellano que para nosotros también era muy importante, porque representa la figura del migrante, en este caso una andaluza. Es algo que mi propia identidad está muy presente. También la idea de reivindicar lo ‘maketo’ me parece muy poderosa, para quitar complejos o huir de identidades demasiado estrictas, porque yo creo que la naturalidad que se vive hoy en día es otra.

Como lectora, dudaba de cómo podrían reflejar a la protagonista. Es muy ‘hacia adentro’. ¿Ha sido uno de los mayores retos?

La escritura ha sido un reto, precisamente por eso, porque ¿cómo pasar a gramática audiovisual todo lo que tiene que ver con el mundo interior, el pensamiento y la reflexión de un personaje que es parco en palabras, pero que es tremendamente irónico y divertido cuando lees sus pensamientos?

Está ahora con su nuevo proyecto: una gran producción histórica, sobre el  asesino en serie Sacamantecas del siglo XIX. ¿Hay cambio de registro?

No me dejan hablar mucho de ello, pero sí te diré que supone un salto presupuestario importante, aunque es una película autoral. Yo creo que iremos dando alguna pista a lo largo del otoño.