Koldo Iriarte Obanos

Consejero Gimeno, es usted «muy de derechas»

Qué fácil y barato es castigar a la educación pública, y qué difícil es incomodar a la privada-concertada.

A priori, «muy de derechas» debería ser un calificativo no aplicable a un representante del Partido «Socialista» de Navarra, y máximo dirigente del Departamento de Educación, pero ya se sabía que era cuestión de tiempo y que sólo había que esperar al inicio del curso escolar para que se le cayera la careta de «progre».

Ya ha decidido que los centros concertados (hasta hace cuatro días se les llamaba privados), que segregan por sexo en Navarra, merecen que se les otorgue una «máxima flexibilización» en cuanto al cumplimiento de la Ley Educativa Nacional (LOMLOE) y de la Ley Foral 11/1998.

Pues bien, como padre de un niño que va a la escuela pública y vive en Nuevo Artika, tengo que plasmar toda mi indignación en este escrito, pues a nuestros hijos, este año, les han suprimido el servicio de transporte escolar por transportados debido a, según palabras de responsables del Departamento, que «no se cumplen los requisitos exigidos según recoge la Normativa vigente».  

En su día, aún sin tener un colegio en nuestro municipio, apostamos por la educación pública y elegimos el Colegio de Antsoain, por ser el más cercano al que podíamos optar y porque había Servicio Transporte Escolar que se prestaba «de manera provisional» y “fuera de normativa» mientras se solucionaba el problema del colegio público «de referencia» para las familias de Artika.


Hasta 2019 no se nos adjudicó un colegio de referencia, y fue el de Berriozar, pero para muchas familias esa adjudicación llegaba demasiado tarde, pues a algunos alumnos les quedaban pocos cursos para terminar primaria. ¿Teníamos que cambiarlos de colegio, con todo el trastorno que ello conlleva, en el último curso?

Ya me gustaría a mí que hubiera mostrado usted esa condescendencia para con nuestros hijos y familias cuando este pasado verano intentamos, por todos los medios, que el Departamento de Educación no suprimiera el Servicio de Transporte, dado lo injusto de la medida, pero se agarraron al cumplimiento de una Normativa del Departamento que había que cumplir a «rajatabla».

Pero claro, el nuestro era un problema de educación pública. «Ya están otra vez estos de la pública pidiendo». Qué pereza... ¿no, señor Gimeno? Otra cosica es cuando vienen los de la privada-concertada a «no transigir» con medidas que atentan contra su formación religiosa y moral. Ahí sí, ahí nos reunimos, les atendemos, negociamos y flexibilizamos lo que haga falta.
Qué fácil y barato es castigar a la educación pública, y qué difícil es incomodar a la privada-concertada.

¡Que sigan los conciertos económicos a los centros privados-concertados que a nosotros, los de la pública, nos toca astillar 160 euros por hijo y mes por transporte y comedor!

Para terminar, diré que siempre he pensado que las «conductas de derechas» se evidencian cuando se es superexigente con los menos favorecidos y contemporizador con los más favorecidos. Este es el caso, sin ninguna duda, del consejero Gimeno y su partido PSN.

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