¿Os acordáis de la guerra química a la que estuvo sometida la juventud en occidente y especialmente todavía más acentuada en Euskal Herria? Lo explica perfectamente Justo Arriola en su libro "A los pies del caballo". También queda patente en el libro de Álvaro Heras-Gröh, "La atracción del abismo". Y es que, después de ser testigo directo de como ejecutaron a una generación entera en Euskal Herria, y leer esos dos libros que menciono, la conclusión no puede ser otra que la heroína fue una auténtica pandemia inducida. Recuerdo que la sociedad, en aquel entonces más despierta que ahora, enseguida detectó la mano negra que había detrás. Enseguida se sospechó que determinados poderes fácticos estaban implicados en aquel atentado a la juventud, y quedo confirmado con el paso de los años casos como Intxaurrondo, declaraciones de exnarcos y otras muchas pruebas que se pueden leer en esos libros con información bien contrastada. Lamentablemente, se ha pasado página muy rápido, y existe otra especie de pandemia que es la de borrar la historia que no le interesa al status quo de cada ciclo histórico. Esa historia puede ser de hace 100, 40 o 5 años, da igual, el relato histórico es ficción o está recortado y la realidad, o parte de ella, es censurada y borrada, condenándonos a repetir los errores una y otra vez. Recientemente en el 2020 volvimos a ser víctimas de nuevos atentados contra el pueblo desarmado. En este caso, ese manejo del relato que nos mantiene desinformados, engañados, y sometidos a una realidad ficticia, hizo que un porcentaje casi total de las sociedades occidentales se tragasen el cuento de una pandemia de un nuevo virus muy letal, el «coronavirus». Lógicamente, el pueblo llano no entendemos de biología ni de otros estudios, más que de temas corrientes o de temas que hemos estudiado por nuestro oficio o carrera, por propia curiosidad e interés o por hobby. Y claro, normalmente las personas no se dedican a estudiar en su tiempo libre biología ni virología. Por lo cual, nadie sabíamos que el coronavirus en realidad eran los coronavirus, que la infección de un catarro común está causada por un coronavirus. ¿Sabes qué es un virus? ¿Crees que está vivo? ¿Come? ¿Bebe? ¿Tiene alas? ¿Vuela en enjambres? ¿Antes del 2020 nunca te habías preocupado en ni siquiera plantearte esas preguntas, pero en este caso viste necesario buscar una explicación a una experiencia única que jamás habíamos vivido? ¿Intentaste buscar respuestas a tus dudas y preguntas? ¿O simplemente te dejaste llevar por la versión oficial y no te cuestionaste nada? ¿Y si no te cuestionaste nada por qué lo hiciste? ¿No quisiste estar bien informado de un hecho único e histórico que estabas viviendo y que te tenía atemorizado hasta el punto de aceptar todas las medidas y todo lo que implicaban sin rechistar? ¿Por qué esta vez aceptaste la versión oficial, no reflexionaste nada y no te hiciste preguntas? ¿Por qué esta vez no? ¿Nos han asimilado y domado tanto? Sigo sin entender qué pasó, no con el dichoso virus, que paso con la sociedad en general que de un día para otro, se creyó a pies juntillas todo lo que les dijeron, aceptaron todo tipo de medidas, algunas realmente disparatadas, otras de verdadero recorte de libertades, y no solo aceptaron sin rechistar, sino que la gran mayoría paso a ignorar o a ridiculizar a quien se planteaba y hacía preguntas y pedía un debate científico y un debate social, e incluso un porcentaje poco desdeñable se convirtieron en lo que se llegó a llamar policías de balcón, haciendo un trabajo que no era el suyo, el de cipayo y chivato contra quien se saltaba las normas impuestas a golpe de versión oficial incuestionable. Y lo más alucinante para mí fue ver como gente y sobre todo políticos de entornos contra la ley mordaza por ejemplo y críticos con la policía e incluso colectivos que sufrían y sufren el acoso policial por su militancia política y social, no levantaban la voz cuando nos aplicaban la ley mordaza por desobedecer y no llevar la dichosa e inservible mascarilla. O miraban para otro lado en el mejor de los casos, pues incluso gente de colectivos reprimidos habitualmente llegaban a llamar a los cuerpos represivos para que nos sancionaran. ¿Sabes que es una vacuna? ¿Sabes que la mal llamada vacuna contra el Covid-19 no es una vacuna «al uso»? ¿Sabes que son fármacos que modifican el ADN y el ARN? Y además, ¿sabes que este tipo de fármaco todavía estaba en fase de experimentación, no había pasado satisfactoriamente los protocolos establecidos? ¿Sabías que no eran seguros todavía para seres humanos? (Y lo siguen sin ser) ¿Sabías que ni siquiera eran aptos para experimentar con seres humanos voluntarios como última fase para ser aprobados como seguros? ¿Sabías que no eran seguros y podía haber consecuencias gravísimas para la salud incluida la muerte? ¿Sabías que la única forma «legal» para poder sacar al mercado esos fármacos era por motivos excepcionales como la emergencia sanitaria causada por una pandemia de un virus muy letal? En conclusión, ¿sabías que eras un sujeto de experimentación farmacológica, es decir, la sociedad entera era sujeto de un experimento con todos esos gravísimos riesgos? ¿Te hubieras sometido a ese experimento voluntariamente si hubieras sabido que eran falsas vacunas y eran fármacos experimentales muy peligrosos? Daria para un libro hacerse estas y muchas otras preguntas y reflexiones. Solo quiero terminar este escrito dirigiéndome a EH Bildu, coalición política a la que yo votaba, y vote incluso después del secuestro colectivo más largo de la historia. Y a los que no volveré votar, ni a ellos, ni a nadie nunca más en el resto de mi existencia. Vuestros amigos del PSOE, quienes todavía no se han dignado a reconocer, condenar ni pedir perdón por el terrorismo de estado, el GAL. Ni siquiera hay una declaración oficial de reconocimiento de las víctimas producidas por el estado, incluidas las que comentaba al principio, la verdadera pandemia, la de la heroína y la guerra sucia, decidles que no, que no deroguen ahora la ley mordaza, que os terminó gustando, que la quiten solo para vuestro entorno, en el cual siempre me he encontrado, por otra parte. Que la quiten para todo aquel ser humano y colectivos que son más susceptibles de la represión policial. Pero dejad bien claro que queréis que la dejen única y exclusivamente para quien quiso informarse e informar, quiso debatir y plantear un debate científico y social y quiso alertar del peligro de un experimento farmacológico que hoy sigue causando daños a la salud de miles de personas y muertes, aunque se siga ocultando y tergiversando con la mentirosa versión oficial.