Pedro Mari Usandizaga Añorga | Ondarroa

La novela del siglo

Los personajes son los siguientes, El rey, la amante del rey, el comisario de policía y un célebre empresario. El comisario consigue una grabación robada de la amante del rey y los reúnen a ella y al empresario. La amante de su boquita larga todo lo que le piden: mientras el monarca la utilizó como testaferro para camuflar su bienes... cambiaba esos bienes a su nombre para burlar a la Hacienda, que tenía dinero en Suiza y otros asuntos de chanchullos financieros. El rey era Juan Carlos, el nombre de la amante Corinna, el comisario de policía Villarejo, y el empresario Juan Villalonga. El presidente Torra conoció la novela a través de leer en dos periódicos digitales, comenzó su cruzada antimonárquica y Pablo Iglesias, político empezó su campaña republicana.

Sigo la historia, el rey cambiaba a sus fincas el nombre por el de doña Corinna sin que ella lo supiera ni firmaba ningún papel. El rey le pedía su devolución y parece ser que no le devolvía porque eso sería blanqueo. Y esa señora se lo confiesa a un policía al que acaba de conocer, sin miedo a estar confesando un delito y sin miedo a que le caiga una inspección fiscal. Y le da datos de cuentas en Suiza, en lugar de informar a Hacienda o a la Justicia. Doña Corinna confesó que cometió varios delitos fiscales y delito de encubrimiento. El policía Villarejo guarda documentación en su archivo y lo suelta tres años. Parece ser que es un cuento, que la Corinna de las grabaciones no es la Corinna que fue la amiga del rey Juan Carlos, que es el CNI la institución atacada en las maniobras señaladas, que no hubo intento de robo en el apartamento de Corinna, que la historia es un montaje de Villarejo, monstruo inventado por el Estado.

Tengo un «cacao mental»...

Salud y República.

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