Año tras año veo con inmensa tristeza y decepción el poco interés que desde el ayuntamiento se pone tanto en la ubicación como en la ambientación de Olentzero y Mari Domingi. Su ubicación habitual, detrás de la Casa de la Cultura, pasa desapercibida para la mayoría de los y las ciudadanas con una pobre señalización, tanto en cartelería como en iluminación y con una sensación de ocultamiento que da que pensar. Este año la ubicación ha mejorado, pero la falta de señalización y de iluminación navideña en los árboles del Paseo de la Senda, confunde a la gente, ya que una vez que sales del Parque de Florida, da la impresión de que no haya nada más que ver, el Belén y punto, por cierto, maravilloso. La otra situación indignante es la ambientación, una caseta de mercado navideño, dos figuras y su ayudante para entregar los regalos el burro Napo, por si no sabíais su nombre. No podría instalarse un caserío o al menos su fachada, con su burro, cuatro gallinas, un perro, los animales del caserío clásicos, que es donde vive, una meta de paja para darle mayor contenido y una txondorra o pila de leña cubierta de tierra o helechos, para hacer carbón, que es su profesión y lo que da sentido a Olentzero, un carbonero que baja del monte a entregar regalos a los niños. No creo que sea demasiado pedir que se le diese el mismo trato que al Belén monumental, ya que hay ubicaciones dentro del Parque de la Florida, por ejemplo, enfrente de la antigua gasolinera de Goya e incluso en su lateral, en los jardines de la Catedral, para instalar la ambientación antes mencionada con su señalización e iluminación adecuadas y que muchos niños y niñas que esperan con ilusión a Olentzero y Mari Domingi, no te hagan todos los años la misma pregunta, ¿esto es todo? ¿Ya se ha acabado? Por todo ello, le pediría al Sr. Alcalde más sensibilidad e implicación en este tema, ya que como euskaldun y en teoría, defensor de las tradiciones vascas, todavía no lo ha demostrado. Atentamente.