Enric Vivanco Fontquerni

Panóptico

Los cambios culturales son mucho más lentos que los políticos, la introducción del consumo tecnológico voluntario e impuesto a través de los artefactos preparados para su consumo, hace que los humanos no estén capacitados para una utilización adecuada a sus necesidades, al salir al mercado en un periodo muy corto para su asimilación correcta, con el agravante de los cambios constantes de supuestas mejoras que en absoluto lo son, han convertido a los humanos en dependientes de artefactos inútiles que tienen la virtud de hacer malgastar el tiempo de la vida en banalidades que impiden el pensamiento complejo y gradual. La privacidad con estos artilugios ha fallecido. El espionaje de vecinos, organismos oficiales, empresas, supermercados, calles, bancos, amantes, familia, y censos incluidos, hace que la sociedad de la transparencia como señala Byung Chul Han, que lo digital no es cardiográfica, es pornográfica. Al vivir en una sociedad de la transparencia se trasforma en un infierno de lo igual y como enseña Freud el yo niega lo que el inconsciente afirma y apetece sin límites, el ello permanece en gran medida oculto al yo, que genera un desgarro que atraviesa el alma humana y no permite al yo estar de acuerdo consigo mismo. La transparencia es una coacción sistemática que se apodera de todos los sucesos sociales y los somete a un profundo cambio. Tiene en cambio la virtud de mostrar las bajas pasiones de los medios de información y la reacción de los políticos inmovilistas y de sus supuestos triunfos propagandísticos de lo estéril, que como siempre ignoran la fuerza de los humanos dispuestos a caminar hacia la decencia.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni

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