Enric Vivanco Fontquerni

Tabarnia

Todos los estados a lo largo de la historia han tenido un núcleo de pensadores que iluminados por lo divino y por lo humano postulan proyectos, para que los rebeldes entren en pánico por sus ideas tan perversas. En el think-tank, que todo estado que se precie tiene en la actualidad, que su traducción literal, es tanque de ideas, en este caso no es necesario pasar a la segunda palabra, ya que con la primera neutraliza a la segunda. Con frecuencia el fruto que madura en estas fábricas suele ser venenoso para el resto de los mortales, en cambio en esta ocasión han tenido una idea genial, que no es otra que Tabarnia. Tener la oportunidad de concentrar a toda la población menor de edad política ya que se consideran incapaces de poderse gobernar por ellos mismos, porque necesitan el permiso de Madrid para poder pensar cualquier cosa o poner en práctica cualquier idea nueva, es sacudirse de una tajada el lastre de los inmovilistas gandules en el pensamiento y en la acción, ya que si no es con la ayuda de sus tutores serían incapaces de implementar esta magnífica idea. Así que emplazo para que pongan en curso este nuevo Estado, que tiene un futuro radiante, y con una carga de sabiduría inmensa. La única duda que genera es que a la hora de la verdad, ¿cuántos se apuntarían para construir algo? Son los humanos los que erigen junto a la naturaleza sus proyectos, pero para ello hace falta voluntad y sentirse capaces de cimentar algo, cosa que de momento está por ver.

Atentamente,

Enric Vivanco Fontquerni

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