Hacia un mundo nuevo desde una vieja nación

La cumbre del G7 ha puesto patas arriba Biarritz, que se halla a punto de quedar enclaustrada en un dispositivo de seguridad insólito y desmedido, y está generando importantes afecciones en las localidades vecinas, víctimas de la onda expansiva de esta exhibición de ampulosidad global. Cuando faltan varios días para que comience la reunión, el transporte público, el tráfico rodado y la actividad comercial ya se están viendo afectados de forma notoria, para engorro de habitantes y visitantes, a los que además les causa desasosiego la militarización de la zona y enojo la certeza de que mientras dure el sanedrín van a ser ciudadanos de segunda. Una categoría que, por cierto, ni siquiera se les concede a los migrantes que en este tiempo permanecerán bloqueados en Irun. Y es que los derechos humanos también van a pagar la factura del convite.

Puede decirse que en la costa labortana se van a reproducir, a pequeña escala, los efectos de la política que los siete países que dan nombre al grupo aplican en todo el planeta, y con ello van a seguir armando de razones a quienes plantean que otro mundo es posible y necesario. Esto es lo que se va a defender a apenas unos kilómetros del Hôtel du Palais: una alternativa al modelo depredador que está conduciendo a la humanidad a una crisis social, económica, medioambiental y climática sin parangón. Irun y Hendaia serán escenario de un interesante contraste de ideas en un momento trascendental para el movimiento altermundista, que tendrá gran eco internacional y ante el que la sociedad vasca tiene la oportunidad de presentarse no sólo como una nación con identidad propia, sino como un pueblo depositario de un puñado de experiencias capaces de enriquecer el debate. Ese es el reto.

La camarilla encabezada por Donald Trump abandonará la cumbre persuadida de que se ha reunido en el sur de Francia para reforzar su imperio. No verá, desde su jaula de oro, que gente muy diversa se ha reunido en Euskal Herria para demolerlo; que han levantado en este viejo país el campamento base para construir un mundo nuevo.

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