Más cálculo que contenido en los presupuestos

Se suele considerar el debate presupuestario como el más importante del año, ya que fija los objetivos políticos de aquellos que ostentan la responsabilidad de gobierno. Esas metas pueden ser complementadas, si el Ejecutivo logra cerrar acuerdos con la oposición. En conjunto, los objetivos iniciales y los acuerdos posteriores dibujarán la trayectoria por la que el gobierno pretende encaminar al país. Desde esta perspectiva, resultó sorprendente que la coalición PNV-PSE rechazara la propuesta de acuerdo político global para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa de EH Bildu. Un acuerdo así hubiera dado coherencia a la dirección general a seguir.

Una vez troceado el debate, a tenor de las últimas informaciones, el abanico de acuerdos se ha abierto mucho. En Lakua, EH Bildu no presentará una enmienda a la totalidad a los presupuestos, lo que significa que se han acercado las posturas en las dos cuestiones que planteó la coalición soberanista: política de vivienda y un salario mínimo interprofesional propio. Con todo, no hay todavía nada cerrado y las negociaciones continuarán. No obstante, ese acercamiento marca una dirección. Por otro lado, en Gipuzkoa, la coalición PNV-PSE ha optado por cerrar un acuerdo con el PP. Los términos son bastante difusos y bien podría ser un cheque en blanco del PP para hacerse valer. Pero conviene no olvidar que esos cheques suelen terminar cobrándose, lo que coloca a la Diputación de Gipuzkoa en una trayectoria diferente a la dirección progresista del resto del país, Nafarroa incluida.

Otra cuestión que merece una reflexión son las declaraciones del consejero de Hacienda de Lakua, Noel D'Anjou, del PNV, y del vicelehendakari y consejero de Economía, Mikel Torres, del PSE. D’Anjou ha subrayado que ha sido EH Bildu el que «se ha acercado». Torres, por su parte, ha apuntado que EH Bildu «defraudaría a sus votantes» en caso de que no haya acuerdo. En ambos casos muestran más interés en apuntarse el tanto de los presupuestos que en debatir sobre el contenido, sobre los problemas del país y la dirección que se debe tomar. En este debate, el gobierno PNV-PSE deja entrever una obsesión por el corto plazo y escasa altura de miras.

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