«Nació de forma accidental» por la ausencia de un parlamentario en el momento de la votación y su «pretensión» es establecer la oficialidad del euskara en todo el herrialde, algo que requiere reformar el Amejoramiento mediante un «acuerdo con el Estado», ha dicho Ana Beltrán, del PP.

Y por tanto ha considerado que mantenerla es «es perder el tiempo», por lo que el PP no participará en este órgano, como tampoco UPN, ya que «es una pérdida de tiempo y una falta de respeto», según ha precisado el regionalista Javier Esparza.

Esparza ha añadido además que este asunto demuestra que «las fuerzas nacionalistas siguen con sus obsesiones» al intentar «imponer» el euskara en toda Nafarroa eliminando una zonificación que refleja «la realidad sociolingüística» de un territorio en el que «no es lo mismo Leitza que Fustiñana».

Por el contrario, el cuatripartito que sustenta al Gobierno se ha mostrado partidario de estudiar la situación del euskara en Nafarroa y ver si es necesaria alguna modificación que concite el consenso necesario.

En este sentido el portavoz de Geroa Bai, Koldo Martínez, ha afirmado que hay «razones sobradas para seguir adelante» y «hacer un esfuerzo».

Por EH Bildu, Adolfo Araiz ha señalado que la coalición abertzale conoce el Amejorameinto y es «consciente» de que en esta comisión «se trata de analizar el marco jurídico» para explorar «sus posibilidades» y «establecer una zonificación con un nivel de oficialidad superior al actual».

Fanny Carrillo ha sostenido que en opinión de Podemos hay que evitar «enfrentamientos» por el euskara porque una lengua deber servir «para unir y comunicar», y en este sentido ha subrayado que «una lengua que se pierde es una comunicación que se pierde».

Para María Chivite, sin embargo, no es necesario modifica la normativa vigente en la materia «ni mucho menos la oficialidad del euskera en toda Navarra», por eso el PSN acudirá a la comisión «para dar voz a la mayoría social».

Marisa de Simón, de I-E, ha considerado por último que la comisión debe estudiar las condiciones de cada zona en atención a su realidad sociolingüística y sus necesidades para decidir si se plantea o no alguna modificación «basada en la libertad y en la realidad».