Agustín Goikoetxea @goikodeustu
BILBO

Jorge Aldekoa exonera a «Ugarteko» de la carga que mató a Iñigo Cabacas

Jorge Aldekoa, responsable de la comisaria de Deustu en 2012 y actual jefe de la Ertzaintza, ha tratado hoy de exonerar al jefe de operaciones, que era el agente 3316 –conocido popularmente como «Ugarteko»– y ordenó al oficial 3389 que corresponde a la identidad de Juan José de Pablo «entrar con todo» en el callejón de María Díaz de Haro, de la carga que acabó con la vida de Iñigo Cabacas. «Tomó la decisión con la información que tenía, y no sabía que las pelotas mataban», ha dicho al final de la tensa toma de declaración.

Tercera sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)
Tercera sesión del juicio por la muerte de Iñigo Cabacas. (Luis JAUREGIALTZO/FOKU)

El momento álgido de la tercera sesión del juicio que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia de Bizkaia contra seis policías autonómicos por la muerte de Iñigo Cabacas, se ha producido en la toma de declaración de Aldekoa por parte del abogado que defiende a Juan José de Pablo, oficial jubilado al que se trata de hacer responsable de aquella intervención. El actual jefe de la Ertzaintza era por entonces máximo responsable policial en Bilbo, dirigiendo todo el operativo desde del estadio de San Mamés.

En la comisaría de Deustu, dentro de la escala de mando, se encontraba el ertzaina con número profesional 3316, señalado públicamente como «Ugarteko», aunque hoy Aldekoa ha insistido en que es la denominación que recibe esa sede policial. Fue él –que responde a la identidad de Iñaki Larrea– quien ordenó «entrar con todo» en el callejón donde hirieron mortalmente a Iñigo Cabacas. El comisario jefe del dispositivo, con número profesional 3325, aparece identificado como Raúl Alberto Otaola.

«Cada uno es jefe»

A pesar de ello, Aldekoa ha repetido hoy durante su declaración –a preguntas del letrado Iñaki Irizar, que defiende al oficial Juan José de Pablo– que fue ese policía ahora imputado el responsable único de la actuación aquella noche del 5 de abril de 2012, no sus superiores. «Cada uno es jefe cuando es jefe», ha zanjado el jefe de la Ertzaintza, con número profesional 1026.

«El responsable es quien está allí, si es mando es mando, y si no es mando, el ertzaina es responsable de sus actos», ha defendido poco antes.

Le ha atribuido esa capacidad y también que la aplicase, a pesar de que en una conversación el oficial jubilado que ha sido acusado le transmitió a «Ugarteko» que no se producían incidentes en los alrededores de la herriko taberna de Indautxu, a donde les ordenaron acudir y posteriormente cargar. Aldekoa ha manifestado que, por sus 36 años en el cuerpo policial, De Pablo podía asumir dar él esa orden.

«No tiene que haber órdenes contradictorias», ha defendido ante las insistentes preguntas del letrado del mando acusado. En caso de discrepancias entre los distintos mandos, ha dicho que el responsable último era ese agente 3389 y no «Ugarteko». «No fui informado de esto», ha manifestado al ser interpelado sobre la información que tenía él en San Mamés como jefe de la unidad.

Irizar ha preguntado por qué no se envió a agentes de paisano al lugar para evaluar la situación previamente, a lo que Aldekoa ha dicho que no lo consideraron pertinente viendo experiencias en que los «askatus», nombre que reciben los policías que ejercen esa labores, se habían visto envueltos en situaciones muy difíciles. Tampoco le ha parecido obligado que se desplazasen unidades de la Brigada Móvil, ubicadas en el estadio de San Mamés, al estimar que los agentes de Seguridad Ciudadana estaban capacitados para actuar con el material antidisturbios que fuera necesario.

Al final de la declaración, la letrada de la acusación particular, Jone Goirizelaia, le ha interpelado a Aldekoa sobre si corrobora las manifestaciones efectuadas por el actual director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, cuando se refiere a si la actuación fue correcta o no. «El que estaba allí no sabía que no estaba el herido allí cuando estaban entrando y, lo más importante, el que decidió entrar allí no sabía que las pelotas mataban y yo sí lo sé. Entonces, no puedo juzgar por él. Él tomó la decisión en las circunstancias en las que la tomó y con la información que tenía. Ahora nosotros tenemos otra», ha contestado.