Pello Guerra

La Pamplonesa celebra sus cien años con 60 bandas y miles de personas entonando el Riau-riau

El festival internacional con el que La Pamplonesa ha celebrado su centenario ha dejado este fin de semana en Iruñea momentos inolvidables, como el que tuvo lugar en la plaza de toros, donde 60 bandas integradas por 3.000 músicos y 10.000 espectadores entonaron un multitudinario ‘Vals de Astrain’ que llenó de ritmos sanfermineros la noche iruindarra.

Desde el pasado jueves, Iruñea ha sido el escenario en el que 60 bandas han llenado de música hasta el último rincón de la ciudad para festejar los cien años de La Pamplonesa. Se trataban de agrupaciones musicales procedentes principalmente de Nafarroa, pero también de los estados español y francés, y de lugares más alejados como Alemania, Puerto Rico, Canadá o Japón.

El acto central de este festival, conocido por sus siglas IFOB, tuvo lugar la tarde del sábado. Desde diferentes puntos de Iruñea, las 60 bandas participantes se fueron acercando a la plaza de toros de la ciudad, donde 10.000 personas ocupaban los tendidos de sombra y los más próximos al cemento de sol.

De una en una, fueron accediendo al albero iruindarra interpretando una pieza, mientras los speakers de la plaza se encargaban de ofrecer información sobre la correspondiente banda. De esa manera fueron entrando desde el callejón todas las formaciones, que, acto seguido, eran instaladas en los tendidos de solanera, ya que La Pamplonesa había conseguido reunir a 3.000 músicos con motivo de su centenario.

Las últimas bandas en acceder a la monumental fueron las más internacionales, donde destacaron los jóvenes japoneses, incansables a la hora de saludar y sonreír al numeroso público, y los alemanes, por su orden al ocupar las sillas ubicadas en la arena del albero para estos invitados especiales.

Dos horas y media después de iniciarse el festival, llegó el momento cumbre del evento. En primer lugar, desde el patio de caballos, accedió al coso la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Tras realizar unos primeros bailes, se colocaron formando un pasillo desde el callejón hasta el otro extremo de la plaza, donde actuaban las bandas participantes.

Pasadas las diez de la noche, hizo acto de presencia la gran protagonista: La Pamplonesa. Recibida con una potente ovación de todos los presentes, nada más terminar su pieza de entrada, su director, José Vicent Egea, agradeció las muestras de cariño de los espectadores y de todas las bandas participantes en el IFOB.

Y entonces llegó el momento estelar de la noche. Sesenta bandas se sumaron a La Pamplonesa para arrancarse con el “Vals de Astrain”, mientras miles de gargantas entonaban con emoción la letra de la famosa canción y la rubricaban con un enérgico “Riau-riau”. El éxito fue tan rotundo que se entonó una segunda vez para rubricar la noche mientras unos fuegos artificiales iluminaban el cielo iruindarra en una perfecta antesala de lo que llegará en unos días.

Así se recordó en los instantes finales del evento, cuando se deseó suerte a Jesús Garisoain, subdirector de La Pamplonesa, que el próximo 6 de julio prenderá la mecha del Txupinazo de unas fiestas que ya se palpan en Iruñea y todavía más después del IFOB. Porque ya falta muy poco para San Fermín.