Han sido las decisiones arbitrales y no la calidad futbolística las que han marcado diferencias en un encuentro que se preveía relativamente cómodo para Estados Unidos, pero que se ha encontrado con una España que va creciendo a pasos agigantados en el panorama internacional.

Un penalti discutible –es cierto que ha habido contacto sobre Lavelle, pero su posterior caída no es acorde a este– en el minuto 71 y que ha necesitado del VAR para que lo confirmase la colegiada húngara Katalin Kulcsar ha sido lo único que ha desnivelado un partido que iba camino de la prórroga.

De hecho, el inicio del duelo ha sido vertiginoso. En apenas nueve minutos, ambas escuadras ya habían marcado. Primero las norteamericanas, gracias a un penalti transformado por Rapinoe y originado por el mal cálculo de Leila –muy exigida por Heath en su parcela– en un balón largo y el posterior pisotón de Mapi León dentro del área a la extremo. Se ha sumado así el envite número 49º consecutivo en el que anotaban.

Las de Jill Ellis han materializado casi en su primera llegada ese comienzo trepidante que les caracteriza y parecían poner para sus intereses muy cuesta abajo la eliminatoria. Sin embargo, la tenacidad de Lucía García ha equilibrado la contienda. La futbolista nacida en Barakaldo ha presionado arriba una mala salida estadounidense para robar y asistir a Hermoso, que ha colocado el balón en la escuadra. Ha roto, de paso, una racha de nueve encuentros seguidos sin encajar de las norteamericanas.

El empate ha motivado a una España que ha seguido sufriendo por bandas y que se ha visto superada en medio campo con alguna que otra arrancada de Lavelle, bien solucionada por las rápidas ayudas y colocación de la legazpiarra Irene Paredes y la citada Mapi León. Ante la falta de profundidad, Estados Unidos ha probado con disparos desde fuera del área, pero sin precisión.

A la media hora, Nahikari García ha entrado en el verde para reemplazar a una Vicky Losada que ha sufrido un fuerte golpe en la zona cercana al ojo derecho, lo que le ha impedido desenvolverse con normalidad en los minutos siguientes. La de Urnieta se ha colocado en punta, retrasando Hermoso su posición.

Parecía que tras el descanso Estados Unidos podría imponer su mayor poderío físico y España acusar el desgaste de la primera mitad. Para nada. Las dirigidas por Vilda, sorprendentemente, han dispuesto de más esférico y han controlado mucho mejor a las de Jill Ellis, que no han encontrado su estilo eléctrico y vertical.

Sin ocasiones claras ni por uno ni por otro bando, el partido iba camino de alargarse en el tiempo e incluso llegar a los penaltis, pero ha acabado decidiéndose precisamente desde los once metros, no sin cierta rigurosidad.