04 DéC. 2020 - 00:00h Cueva de Basaura: circuito por los barrancos de la Poza y Zestegi Acceso a la cueva de Basaura. Jesus Mari Alquezar Viajamos en esta ocasión al valle de las Améscoas para completar una ruta poco conocida con diversos alicientes, una cueva y dos barrancos, escondidos en un bosque encinar único en las estribaciones orientales de la sierra de Lokiz. El punto de encuentro lo sitúan los excursionistas en la parte alta de la localidad de Barindano. Junto a la iglesia de San Millan nace una pista a la izda, hacia el fondo del barranco cercano. Una vez allí, los mendizales encontrarán marcas amarillas como referencia y una gran y singular encina, que los conducen por la quebrada para cruzarla por un puente donde el camino gira al E y sigue en la hondonada hasta alcanzar nueva pista. La siguiente referencia es un paso canadiense y la senda a la derecha se acerca a los farallones rocosos bajos de la sierra. Algunos círculos naranjas ayudan a mantener la vía correctamente. Barranco de La Poza Surcando las paredes, los montañeros se topan con una pista cementada que finaliza en una estación de bombeo en el salto manantial de Itxako. Continuarán por la pista de tierra que se interna en el inconfundible barranco de La Poza (considerado uno de los mas interesantes de Nafarroa) y que se hace senda. Pocos metros después, una bifurcación a la dcha, saliéndose de la vía principal, penetra en la montaña hasta divisar la circular y sorprendente boca de la cueva de Basaura o Basaula. Se recomienda la visita de los primeros metros con linternas, dado que la oscuridad es total, hasta alcanzar la chimenea sima que penetra en las entrañas de la tierra, ejercicio para los espeleólogos especialistas. En el corto paseo, los excursionistas observaran estalagmitas rezumantes y hasta pequeños murciélagos revoloteando en el interior de la cavidad. Tras la visita y las fotos de rigor, volverán los deportistas hasta el inicio del cauce. Se encuentran los visitantes en un espectacular encinar de tipo carrasca, con flora Atlántico-Cantábrica en transición al Mediterráneo destacando el ejemplar protegido de «la roca». A partir de allí, por indefinido pero claro sendero, inician los montañeros la exigente subida «muro» por una despejada torrentera de piedra suelta, que se abre paso en el bosque entre los espectaculares riscos y paredes que escoltan y embellecen el escenario. Tras este espectacular y disfrutado recorrido deportivo se alcanza la cabecera del barranco, ya en los altos de la sierra. Después los mendizales declinarán los pasos a la dcha, saltarán una ataka para siguiendo el borde del cortado alcanzar un tradicional mirador (ref. Señal) que ofrece un dilatado panorama de este diferente relieve. Vuelta hacia San Cosme Tras el merecido descanso, volverán los excursionistas por el mismo camino, superarán la entrada del barranco y seguirán hasta el lugar donde comienza la vuelta hacia San Cosme. Este es el momento más delicado de la travesía. Hay que abandonar el borde e inclinándose a la dcha, sin senda clara, llegar hasta una pista, (señal San Cosme) que, siguiéndola en descenso, cruzarán otra cementada y rauda y veloz pierde altura. Están los deportistas en el amable barranco de Zestegi. En la última parte del itinerario los excursionistas se encontrarán en el camino las bandas blanquiverdes del SL NA-281 Barindano-Argonga, que se siguen y que, tras cruzar el rio Uliarra por el puente de Elarrieta -en cuya parte alta guarda celosamente pozas de baño (Las calderas) y estrechos con sugerentes formaciones-, dando rodeos entre campos agrícolas finaliza en la iglesia de Barindano Barrio.