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Mitxitxola, el mejor mirador de Jaizkibel

Mitxitxola se convierte en un mirador excepcional.

La larga sierra del Jaizkibel en su cordal cimero es un parapeto natural, una cortina que protege el corredor de Oarsoaldea de las nubes que llegan del océano. La travesía conocida de los torreones desde Pasai Donibane o Lezo hasta Hondarribia es una clásica montañera muy frecuentada a pesar de su humanización, especialmente en su cota superior, Allerru, desfigurada con abundantes antenas y otras infraestructuras.

Natural, redonda, despejada y amable

Sin embargo, en la parte occidental, un tanto olvidada se encuentra una modesta cima, Mitxitxola, natural, redonda, despejada y amable de verdes pastizales y diferentes y originales rocas con geoformas en su atalaya que merece la visita, y especialmente porque es el mirador más excepcional de la sierra, hacia todos los rumbos, y se la considera como vigilante de la costa.

Desde Mendia sugerimos una excursión circular cómoda y de disfrute con diferentes atractivos que además recupera una vieja ruta infrautilizada que merece recuperarse para el recreo excursionista para pisar ésta poca visitada cota cimera.

Nace esta excursión desde el aparcamiento disuasorio de «la chimene» en la entrada de Donibane, localidad peatonal. Los senderistas enfilarán hacia puntas por el precioso paseo marítimo, con bellas vistas sobre la bahía, superarán el fuerte Santa Isabel, y llegarán hasta la ensenada Alabortza –Cala Burtza-Kalaburzta– (remozado escenario de recreo) y encrucijada de caminos. En esta ocasión la propuesta es recuperar la ascensión más directa, tomando el ancho camino o pista directo al oriente primero cementado, para facilitar el fuerte desnivel, y luego de tierra y piedra suelta que se desarrolla en medio del valle que corre paralelo a la regata Kalaburtza y engullido en un bosque cerrado de coníferas.

Recorrido tranquilo, ganando rápidamente altura, que gira a la dcha y desemboca en la carretera del puerto de Jaizkibel, en la «gran curva». Allí mismo nace, a la izda un antiguo, precioso y bien conservado camino carretil, antzinako bidea, resto de calzada y antaño medio de comunicación de los caseríos existentes en la zona, actualmente desaparecidos en su mayoría.

Sukaldea, una formación con cavidad y visera

Este itinerario circunvala Mitxitxola por el oeste hasta llegar a los prados y justo debajo de la amable colina cimera. Totalmente herbosa, caminar sobre la alfombra es un placer inolvidable. La cima es un balcón que no tiene buzón, tiene un mojón recuerdo y una inscripción del nombre para indicar la cota superior, de donde brotan diferentes geoformas, algunas de ellas relevantes (un ojo) y especialmente la conocida como Sukaldea, una formación con cavidad y visera, que es la gemela de la catalogada Zapelarri. El nombre proviene porque en su baja cubierta los mariscadores y pescadores de la zona cocinaban para su degustación en este refugio las lapas, pescados de roca y percebes que recogían en la cercana costa. Es un refugio al que también acudían familias enteras a pasar el día. Cercana hay otra geoforma similar, donde se practica boulder.

Ahora el montañero descenderá hacia el E y a la dcha, en busca de las ruinas un viejo caserío, Londres, siguiendo las balizas rojiblancas del Talaia bidea. La historia de estas paredes es recordada y glosada con un mojón que con una poesía en euskera escribió Ikur en 1933 y que el club Itxasmendi colocó en los 18 caseríos de Jaizkibel, la mayoría desaparecidos.

Los siguientes pasos, salvando el encantador vallecito, son para llegar a la carretera del puerto, para seguirla a la dcha hasta la curva y penetrar directamente hasta la zona de recreo, con albergue infantil, de Arrokaundieta, en la cima del monte Arrobi, donde se encuentran las ruinas del estratégico fuerte de Lord John Hay (1838, 1ª guerra Carlista) cuya historia merece recordarse

Justo allí, regresando y a la dcha salvando una «ataka», nace un estrecho sendero desconocido que llega hasta la pista hormigonada (que es camino de Santiago, con marcas amarillas), que desciende rápidamente hasta Pasai Donibane. También puede retrocederse y tomarla en la bifurcación a la dcha. Después, sobre la bahía, el senderista girará la izda hacia el señalizado albergue de peregrinos, hasta la ermita de Santa Ana, otro prestigioso mirador de la bahía, para por unas empinadas escaleras descender al embarcadero de la motora a Pasai San Pedro.