12 FéV. 2021 - 12:21h El Pobal y sus alrededores, un paseo por los vestigios de la minería Siiglos de actividad minera a cielo abierto transformaron el paisaje de Meatzaldea. Montañas horadadas, lagunas artificiales, vías de ferrocarril, ferrerías, restos de hornos de calcinación y poblados abandonados dan testimonio, en el noroeste de Bizkaia, de la cultura del hierro. Imagen del exterior de El Pobal. (Marisol Ramirez) Agustin Goikoetxea Aunque la época dorada de la minería fue entre 1876 y 1914, ya en tiempos de los romanos se Aexplotaban yacimientos a cielo abierto en los Montes de Triano y Galdames. Cualquier ruta tiene una parada obligada en La Arboleda, un asentamiento que surgió en 1877 y que conserva construcciones originales por las que ha sido declarado conjunto monumental, donde la oferta hostelera no falta y es obligada la parada del visitante. Desde este núcleo minero, ubicado en la parte alta de Trapagaran, al que se puede acceder en el funicular de Larreineta, el visitante se dirigirá al centro de interpretación de Peñas Negras a través de una pista forestal que comunica La Arboleda y Muskiz. Ese equipamento de información y sensibilización ambiental se encuentra ubicado en un lugar privilegiado, a caballo entre los valles de Oiola y Muskiz, desde donde se pueden emprender diferentes rutas. Desde allí nos encaminaremos hacia la ferrería de El Pobal, en Muskiz, que hace algo más de dos años celebró su 15 aniversario a través de la exposición ‘Burdinoletan zehar. Bizkaia, territorio ferrón’. En ella se transformó el mineral de hierro extraído en las explotaciones de Galdames y Triano en metal hasta la invención de los altos hornos. Siguiendo la estela de las balizas vamos ganando altura pero sin grandes pendientes durante dos kilómetros hasta quedarnos solo con los testigos de color naranja como referencia hasta alcanzar una pequeña cima, La Rasa, desde donde hay unas bonitas vistas de Muskiz y de la costa, para luego enfilar hacia el Pico Ventana, que está enfrente. Este punto, que divide los municipios de Galdames y Abanto, es un magnífico balcón frente al alto de Mello, en el límite con Cantabria. En ese pico, como en el anterior, se aprecian aún restos de antiguas trincheras. A la izquierda podemos ver, en primer término, el barrio de Las Cortes (Abanto), Montellano (Galdames) y al fondo Sopuerta. A partir de ahí toca descender por los senderos entre vestigios mineros hasta alcanzar después de transitar por Las Cortes, la Vía Verde de Galdames, donde hay un desvío señalizado hasta la ferrería. Esta vía fue la que ocupó el ferrocarril minero de Sestao a Galdames construido por la compañía inglesa The Bilbao River and Cantabrian Railway Company Limited. Las Cortes es un núcleo de gran valor histórico, situado en un lugar estratégico que domina el valle del río Barbadun. A unos 200 metros de la vía, nos toparemos con el puente románico de El Pobal, de dos ojos, antes de encontrarnos a la izquierda con la única ferrería en funcionamiento de Bizkaia de las más de cien que llegaron a funcionar en 1833. En Sorginleku Esta instalación hidráulica, que tuvo entre sus propietarios al marqués de Villarías, está situada en un paraje llamado Sorginleku, atravesado por el arroyo Lamiozingoerreka y debe su nombre a la presencia en sus cercanías de pobos, álamos blancos. Junto a ella, además del puente, la casa torre del linaje de los Quadra. El edificio de la ferrería fue levantado en el siglo XVI por los Salazar y fue modificado a finales del XVII, adquiriendo un aspecto similar al actual. Tras su cierre en 1965, fue reinaugurado como museo en 2004. En él se puede visitar el molino, la casapalacio utilizada como sala de exposiciones, el taller, dos hornos, las cuadras y, por último, la presa y el puente del siglo XVII.En el entorno del Barbabun se encuentra también la ferrería y el molino de la Olla, cubiertas casi completamente por vegetación. Tras un pequeño paseo queda la oportunidad de visitar el molino de Valdibian. De regreso en El Pobal, está la opción de volver en Bizkaibus hasta Muskiz o Bilbo.