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Ekoien, desde el valle de Etxauri

El camino regala panorámicas agradables.

Para ascender a Ekoien, también denominada Villanueva, elegimos el pueblo situado en la posición más privilegiada de entre los del valle. Hablamos de Arraitza. Su plaza central posee a la izquierda un verde frontón y una zona verde delimitada por dos ejes peatonales, donde aparcamos el coche.

Por su eje derecho iniciamos la ascensión (por su eje izquierdo finalizaremos el descenso), pasando por Santiagoenea y Arrigorria kalea. El camino intuido (a derecha, al frente y a derecha) nos llevará a la ermita de Arrigorria, unos 15' más tarde, no sin antes ofrecer bellas postales del valle, donde el valle y la sierra son portada y telón de fondo. Al poco, tomamos el camino ascendente de la izquierda en dos ocasiones, siendo en la tercera cuando tomaremos la senda diestra.

A partir de ahora, la senda se adentra en la espesura del bosque, en donde encinas, quejigos y robles pubescentes son los dueños de este monte previo, y en donde el sotobosque en esta húmeda primavera reclama su espacio. Es por ello por lo que las vistas quedan reducidas a breves pero bellas instantáneas.

«Senda de los cazadores»

La senda, que rodea Zulozar (cota satélite de Ekoien), alcanza un discreto collado, cuestión que percibimos al encontrar un camino. Desde aquí por la izquierda, iniciamos una breve ida y vuelta por nuestra particular “senda de los cazadores”. Aquí únicamente el GPS te dirá cuál es la cima, ya que en al menos tres ocasiones, tantos hitos derruidos, simulan el punto culminante (50´).

Retrocediendo al discreto collado, nos dirigiremos ahora al frente ascendiente en dirección S, donde la menor espesura ofrece vistas a nuestras espaldas. El sendero avanza y asciende de manera cómoda donde destacamos dos momentos. El primero, en un claro con vistas a la sierra de Ekoien y a su parque eólico (de entre todos, de los más discretos), y el segundo, las mismas vistas al salir del bosquete tras una “ventana vegetal”. Continuando el ascenso por el cordal norte de Ekoien, observaremos una construcción descuidada de cazadores y avanzaremos por la diestra en dos ocasiones para superar resaltes, alcanzando un camino ancho ascendente en curva. Trazado de GR.

Entramos así en un nuevo paisaje protagonizado por repoblaciones de pinos con pistas ligadas, vigilados en todo momento desde arriba por molinos gigantes. Así, llegamos a una de las pistas principales y, por su derecha, a otra más ancha. Por ella y girando a derecha, veremos cómo un camino atrevido parte al cordal cimero, en dirección a una discreta antena, junto a la cual un elevado vértice geodésico indica la cúspide. Nos encontramos en Ekoien (924m).

Sus vistas hacia el S se pierden hasta el Ebro; sus vistas hacia Oriente se prolongan por todo el Perdón. Dispuestos a pisar todas las cimas, retrocedemos a la última pista y, en sentido opuesto, avanzamos subiendo y descendiendo por aquellas y aquellos caminos tacha-cumbres, empezando por el cercano San Esteban.

Avanzaremos por las distintas pistas y atajos que encontramos, y con alguna bajada un tanto vertiginosa, hasta llegar a la base de la que parece la última cota, Kalaberagain, que nos dispondremos a subir. El criterio es pista, senda y camino, siempre junto a la valla, que delimita una señalada propiedad privada.

El descenso

Iniciamos el descenso por el final ascendido y, girando a derecha, buscamos los últimos molinos para abandonarlos a la derecha, y así despedir este paisaje tan humanizado, junto a la ermita de Santa Agueda, a la que llegamos coronando la loma de Ertxubia (798m).

Continuando el vector director, dejando la ermita detrás, el sendero ofrece inmejorables vistas de Iruñerria y el “frontón” de Etxauri, a la vez que poco a poco gira a la izquierda, llegando a un camino más evidente. Por él y por la derecha, descendemos unos metros hasta ver cómo una senda parte a la izquierda. Esta senda aborda la zona de cultivos por la izquierda y, tras una serie de revueltas, alcanza un paso arbolado que comunica con otra zona de cultivos. Es allí donde veremos cómo una nueva senda se interna en el arbolado, con la nueva zona de matorrales y alcanzando una nueva zona de cultivos, que debemos atravesar hasta el otro extremo.

De esa forma llegamos a un nuevo sendero que por momentos gana en presencia y que recibe nuevas incorporaciones por la izquierda, a la vez que descubre algunas otras construcciones. Llegamos a las primeras casas de Arraitza y, por la izquierda, un poco más asfaltado, alcanzamos la plaza principal del pueblo.