Actuación de Offspring. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Morgan Wade, en el escenario. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Los viejos rockeros nunca mueren. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Un poco de «lluvia» para refrescar el ambiente. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) La foto de rigor antes de que comience el festival. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) La banda Hiss Golden Messenger. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Un manguerazo para hacer frente al calor abrasador. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) El público, dándolo todo. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Actuación de Dirty Honey. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Cualquier momento es bueno para besarse. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Los británicos Toy Dolls, durante su actuación. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Todo baño de agua es bienvenido. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Otro momento de la actuación de Hiss Golden Messenger. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) Azkena es también lugar de reencuentros. (Jaizki FONTANEDA | FOKU) 17 JUIN 2022 - 06:23h Gotas de sudor para un charco de rock en la primera jornada del Azkena Rock Festival Vuelve el Azkena Rock Festival y, en cierto modo, vuelve la vida a Gasteiz. Tras dos pandémicos años desoladores, el corazón de las guitarras volvió a latir en la alquitranada explanada de Mendizabala. Izkander Fernández En dos años han pasado tantas cosas que da vértigo recordarlas. Se acabó el mundo tal y como lo conocíamos. Perdimos a mucha gente querida. Nuestra unidad como seres humanos primarios se vio reducida a un simple figurativismo en el que lo que importaba no era protegernos entre nosotras sino, simplemente, tener razón. Tener opinión. O creer tenerla, para imponerla.Una de las cosas que no ha pasado en estos dos años, a medias, ha sido el Azkena Rock Festival. El año pasado hubo un amago de celebración de la nada en la que formaciones de calidad y buena voluntad trataban de defender una idea suicida que buscaba dar vida a la franquicia Azkena. Sentados, nefastamente ordenados y bajo techo, el ARF de toda la vida dejó de serlo para convertirse en un producto apesadumbrado que se negaba sus propios principios basados en la libertad del aire libre, la ilusión de carteles diseñados a golpe de seguidor y la extraña mística entre fan del universo guitarrero y una explanada sin aparente encanto.Pero ayer, hace apenas unas horas, a escasos minutos de que empezara el sexto partido de las eliminatorias por el título de la NBA entre Golden State Warriors y Boston Celtics, el Azkena Rock Festival con el que tanto soñamos en el pasado y tanto deseamos en el presente ha vuelto. Las guitarras han retornado a su hogar. Nuestras almas han vuelto a su particular Valhalla.Terrible calorApertura de puertas a las seis, primera banda, los californianos Dirty Honey, a las seis y cuarto. Estaba claro que no iba a salir bien. Y no ha salido bien. Pese a todo, el cuarteto de Los Angeles, deudor de un lenguaje hard rockero clásico de amor por el brillo y el legado de dioses del tamaño de Led Zeppelin y Aerosmith, se las ha arreglado para combatir el terrible calor que azotaba Mendizabala. Dirty Honey irrumpió en los hogares de los fans ávidos de guitarras chirriantes y videoclips bien producidos en 2019. Tenerlos en pleno 2022 en Gasteiz es un lujo mal aprovechado. Los de LA merecían mejor suerte, mejor horario, más público. Y sin embargo, a medio gas, cumplieron con lo que se les pedía. Darle fuego al napalm que se respiraba en el calor infernal del recinto azkenero.Si se puede hablar de triunfadores en una noche sin perdedores, esos llegaron antes de caer la oscuridad. Morgan Wade, Hiss Golden Messenger y Morgan, a secas, firmaron lo importante de una noche en la que, en cierto modo, brilló Offspring, arrolló Fu Manchu y divirtió Toy Dolls. Nueva reina del countryCalor y sol de agresión extrema para el segundo escenario tras Dirty Honey en el principal. Ese en el que Morgan Wade, la nueva reina del country rock estadounidense, título que prácticamente se expide cada trimestre, mostrase su cristalina voz rebozada en almíbar acompañada de una banda solvente que casi en ningún momento gozó de un sonido capaz. Wade es dulce, quizá demasiado, y acogedora. Transmite esperanza, paz y amor. Y el mundo, nuestro mundo, está muy necesitado de todo ello. Acto seguido en el escenario principal MC Taylor y sus Hiss Golden Messenger han decidido que lo suyo era mimetizarse con el ambiente y batirse el cobre en un concierto de fango, sudor alcoholizado y directos guiños sureños. Los de Durham, Carolina del Norte, se han apartado de la americana con destellos indie que los llevó a lo alto de lo mejor del año 2016 con “Heart like a leeve”, para revolcarse en un lodazal repleto de referencias a Allman Brothers y Grateful Dead. Una suerte. Morgan, sin apellido, hizo su show de siempre en el escenario dos. Soul de carretera, épica de corazón caliente y vibraciones sinceras con presencia de músicos de nuestra tierra en sus filas. Grandes éxitosDe los hipotéticos grandes de la noche, sorprendió Offspring con un repertorio que no arriesgó absolutamente nada, no lo necesita, pero que sin embargo pareció conectar con el gran público que acudió a Mendizabala. El concierto de Dexter Holland, Needles y compañía cumplió con su formato de grandes éxitos y pese a que hicieran hincapié en hacernos vivir «la mejor noche de rock n’ roll de la historia», ni están, ni se les espera ni, en realidad, se les ha esperado nunca. La recta final la selló Fu Manchu con su rock de alto octanaje con un ojo puesto en la carretera y otro en un desierto al que se acercaron porque la época lo exigía. Fu Manchu llevan toda una vida peleando dentro de aquello que se llamó stoner rock, rindiendo culto al riff rígido y al martilleo como camino comunicativo. En el escenario secundario de Mendizabala derrocharon energía y escatimaron en todo lo demás sin que su espectáculo fuese en realidad demasiado enérgico. La jornada la cerró Toy Dolls, se rumorea que ese puesto era para Offspring pero que los de Huntington Beach se negaron a actuar tan tarde. Los británicos hicieron lo que saben: impregnar de punk y humor la todavía sofocante noche gasteiztarra. Hoy será un día glorioso para los amantes de los sonidos noventeros. Life Of Agony, Social Distortion, Afghan Whigs, Jerry Cantrell y Drive-By Truckers protagonizarán una preciosa jornada en la que Soziedad Alkoholika, Delirium Tremens y Nukore pondrán nuestras guitarras sobre la mesa. Las primeras canastas y el alborozo del público ya resuenan en el TD Garden de Boston. Si hay campeón de la NBA o no, lo sabremos en dos horas y media.