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La mayoría de los jóvenes cree que los dispositivos digitales roban tiempo a su vida real

Algunos de los datos expuestos en la presentación de la tercera edición de ‘The Future Game’ ponen de relieve la compleja relación que mantiene la juventud con el mundo digital, con unos dispositivos que tienen riesgos y beneficios de los que, en todo caso, los jóvenes son plenamente conscientes.

La Sala BBK ha acogido la presentación de la tercera edición de ‘The Future Game’. (Monika DEL VALLE | FOKU)

La tercera edición de ‘The Future Game’, iniciativa promovida por BBK Kuna, la cooperativa DOT y Badalab, ha servido para poner de manifiesto el modo en que el espacio digital condiciona la vida de los jóvenes, un sector que es plenamente consciente de ese impacto y que convive con él con sus luces y sus sombras.

La Sala BBK de Bilbo ha acogido este jueves la presentación del experimento, focalizado este año en el área digital, y donde se han difundido también los resultados de una macroencuesta de la que se desprende la relación a veces paradójica que mantiene la juventud con estos dispositivos. Braulio Gómez, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Deusto y director del Deustobarómetro, ha explicado al respecto que el 85% de los jóvenes encuestados afirman que les resultaría imposible mantener su teléfono móvil en modo avión durante un periodo extendido de tiempo, y que tres de cada cuatro (76%), sostiene que su vida sería peor si desapareciera internet.

Son datos llamativos, pero no sorprendentes y que probablemente podrían suscribir otros grupos etarios, que contrastan, sin embargo, con otras respuestas aportadas al sondeo. Y es que la mayoría de los encuestados, el 54%, considera que el tiempo que dedica a los dispositivos digitales es un tiempo robado a su vida real, y un porcentaje aún mayor, el 60%, dice sentir a diario fatiga física o mental o cierto grado de ansiedad relacionada con su vida digital.

También son muchos (69%) los que desearían borrar su pasado digital, y una mayoría apuesta por una mayor regulación de ese ámbito, donde aprecian un mayor riesgo que en el mundo físico de que suplanten su identidad, de que le insulten o de que le roben.

Algo más que herramientas

A simple vista, algunos de esos resultados pueden parecer contradictorios, pero no hacen más que constatar la compleja relación que mantienen los y las jóvenes con unos artilugios que «no son simples herramientas, son algo más», tal como ha expuesto una de las participantes en la mesa redonda que ha acompañado a la presentación.

En ella han tomado la palabra algunos de los doce jóvenes, entre 18 y 26 años, que han sido puestos a prueba durante 21 días con una serie de retos que les ha servido para entender las implicaciones de vivir en un mundo completamente digitalizado e imaginar el futuro de las interacciones entre el ser humano y la tecnología. Un futuro que ha sido constantemente evocado en la hora y media que ha durado el acto y que en varios aspectos linda con el presente.

En esas tres semanas, estas doce personas han tenido opción de reflexionar sobre la influencia que tienen en ellos los contenidos de las redes sociales, ansiedad que les produce el síndrome FOMO (Fear of missing out - miedo a perderse las cosas), el impacto de los algoritmos en sus opiniones, la soledad que experimentaron durante la pandemia o su sensación de alivio al vivir 24 horas sin dispositivos electrónicos.

Un sosiego que varios de los intervinientes admitieron haber sentido, pero que no ha provocado que, una vez acabado el reto, hayan vuelto a estar tanto tiempo sin conectarse. «Si me siento mejor, ¿por qué no lo hago?» ha lanzado una de las jóvenes que han participado en la mesa redonda, que ha sido una trituradora de estereotipos y toda una gozada para quienes la han seguido en directo. Ha sido una conversación sincera entre personas instruidas, formadas y conocedoras de los riesgos y de los muchos beneficios que aportan los dispositivos digitales.

«Los jóvenes tienen plena consciencia de lo que tienen entre manos», ha resumido Gómez el resultado de la encuesta, y los que han intervenido en la cita de Bilbo han refrendado completamente esta apreciación.