18 JAN. 2024 - 06:00h Entrevue Mihail Goldfingers y Txefo K-Billy Saxofonista y batería de The Cherry Boppers «En la música, las canciones son las que mandan» ‘The Cherry Boppers meet Patricia Reckless’ (Brixton records) es el título del nuevo trabajo de la banda de Santutxu, que celebra sus veinte años de carrera con esta colaboración junto a la artista bilbaina. Este sábado, 20 de enero, lo presentan en directo en Baserria Antzokia de Derio. The Cherry Boppers. (Juan DOPICO) Sergio Iglesias ¿Cómo se cruzan los caminos de The Cherry Boppers y Patricia Reckless? Mihail Goldfingers: Teníamos ganas de hacer algo vocal, aunque ya habíamos hecho antes algunas colaboraciones con cantantes, teniendo siempre claro que somos una banda instrumental y esa es nuestra esencia. La voz es una herramienta extra que te permite tener un directo más poderoso, porque comunicas por otros canales, y hace que todo sea más redondo. Aunque como músicos, con el tema instrumental ya íbamos servidos, para el público general, que sea algo vocal es un aliciente más para acercarse a la banda; y por eso, hablando en el local salió el nombre de Patricia, que vino a través de Raimund [Dietzen, teclista], y que también había coincidido con Xixo [Xixi Yantani, percusionista] en las jams… Txefo K-Billy: De hecho, los primeros pasos que Patricia dio cantando en público fue en esas jams, y ha sido algo curioso porque muchos años después de todas estas primeras experiencias, ella debuta en disco con The Cherry Boppers. ¿Quién se ha tenido que adaptar a quién a la hora de hacer estos temas nuevos? M.G.: Un poco todos, aunque sí que es verdad que nosotros ya teníamos una manera de componer y una trayectoria de 20 años, y eso ha podido marcar la línea de trabajo, porque eran temas que ya estaban ahí, y que se han ido terminando junto a ella, encajando las letras y adaptándolo al estilo de ambos. T.K.: Lo que hacíamos tampoco le pillaba lejos porque, al final, su estilo también es la música negra. Por eso la adaptación ha sido bastante natural, ella se ha adaptado a esos temas que ya teníamos, y nosotros nos hemos adaptado a sus armonías, o al tono de las canciones. «La voz es una herramienta extra que te permite tener un directo más poderoso, porque comunicas por otros canales» Lo que vemos es que The Cherry Boppers siguen ampliando su abanico estilístico, dentro del espectro de la música negra… T.K.: Al principio, el grupo iba a ir por otros derroteros más jazzeros, pero nos dimos cuenta de que a la gente que entraba en el grupo le gustaba el funk, el soul, el rap… muchos palos diferentes de la música negra, así que no podíamos desaprovechar todo ese bagaje que teníamos como músicos. Y, en este disco, hay seis temas que no chirrían entre ellos y que se complementan a la perfección unos con otros, aunque haya canciones con estilos muy puros o muy definidos, que hace años, seguramente, no habríamos hecho: funk, acid jazz… pero bueno, si nos gustan todos esos estilos, ¿por qué no hacerlo? También hay temas como ‘Attack’ que no se podrían imaginar como una pieza instrumental. ¿Se trataba también de aprovechar la oportunidad de tener una cantante como Patricia Reckless? M.G.: Ella es la que nos lleva más al soul; y sí que hay canciones como ‘Attack’ o ‘Shake your soul’ que no tendrían mucho sentido sin voz. Creo que nuestra música ha ganado en interés, porque no hay ningún momento en el disco en el que decaiga la cosa. T.K.: Ninguna de las canciones está hecha para hacerse sin voz, y si lo hiciéramos así, lo haríamos de otra manera, porque cuando compones para un grupo con cantante también estás pensando en dónde entra la voz, dónde va la letra… Hablando de las letras, ¿quién se ha encargado de la parte lírica y de qué hablan estos temas? M.G.: La mayoría de las letras las hacía yo, y luego se las pasaba a Micky H (Natural Brothers), que me ha ayudado en la traducción al inglés, para que no metiéramos muchas gambas (risas). Y hablan un poco de todo: una que cuenta una noche de fiesta, otra para relativizar el tema de la muerte, otra más sexual… no son temas nada abstractos, son cosas con las que cualquiera puede identificarse; al final, tenemos un componente festivo y de baile en la música, por lo que tampoco queremos meternos en temáticas demasiado profundas. T.K.: Son letras fáciles de entender, de bailar… algo muy digerible. También hay que destacar que hemos querido que las letras aparezcan en el disco porque, ya que nunca habíamos hecho seis canciones con voz, estaba bien ponerlo para que la gente vea que sabemos hacerlo (risas). ¿Creen que la cultura musical influye en que guste más o menos la música instrumental? ¿Cómo ven, en ese sentido, el panorama por aquí? T.K.: Llevamos toda la vida con esa pelea de difundir la música negra en Euskal Herria, y sinceramente, yo no veo más bandas que hagan lo que hacemos nosotros. Quizá hay que darse cuenta de que el rollo instrumental, a veces, está más enfocado a músicos que a espectadores. Pero no entiendo que ahora que la gente tiene todo al alcance de la mano con Internet, haya chavales a los que le mola el reggaeton, el trap o incluso el rap, que no conozcan a James Brown. Lo que no se puede negar es que la actitud y la atención de la gente en los conciertos que estamos haciendo ahora, cambia cuando Patricia sale a escena. ¿Habíais probado estos nuevos temas antes de entrar en el estudio? M.G.: El disco está grabado hace más tiempo, aunque por diferentes circunstancias, la publicación se retrasó. Pero antes de grabar, Patricia ya se había subido con nosotros al escenario y, desde el primer momento, vimos que entre todos había buen feeling, y en los conciertos eso se nota todavía más, y como te decía Txefo, vemos que la gente también está respondiendo muy bien a estos nuevos temas. Como primer single, han elegido ‘Scandal time’, que llega acompañado de un videoclip realizado por El Monstruito. ¿Por qué han escogido este tema como carta de presentación del nuevo trabajo? M.G.: Creíamos que, a lo mejor, era la canción ideal para presentar el disco, porque es directa y fresca, y tiene mucho gancho… «No entiendo que ahora que tenemos todo al alcance con Internet, haya chavales a los que le mola el reggaeton, el trap o incluso el rap, que no conozcan a James Brown» T.K.: Sí, es una canción sencilla, no hay cosas raras y puede entrar bien. La verdad es que también estamos muy a gusto con el trabajo que ha hecho la gente de El Monstruito con el videoclip… ¡pero es que ya era hora de hacer algo con Mentxu y compañía! ¿Cómo han vivido todos los cambios que se han producido en la música en estos veinte años que llevan de carrera? T.K.: Nosotros hemos estado centrados en lo nuestro, sin preocuparnos demasiado por lo que pasa alrededor, haciendo siempre nuestro camino, y ha pasado el tiempo casi sin darnos cuenta; si echas la vista atrás es la hostia ver todos los músicos que han pasado por la banda, todos los conciertos que hemos hecho, la gente que hemos conocido… ¿Ha sido importante para la banda mantener siempre una independencia para trabajar sin ningún tipo de presión y a su ritmo? M.G.: El ADN de The Cherry Boppers es vintage y así es también nuestra forma de trabajar, de componer, de funcionar en el local… seguimos siendo un poco ‘retros’; eso es lo que nos gusta, porque aunque no sea algo de masas, hacemos lo que queremos, y eso nos salva un poco de la vorágine de las nuevas tecnologías, redes sociales, y todas estas locuras. T.K.: Lo más importante son las canciones, y si cojo nuestra discografía ahora mismo estoy orgulloso de todas las que hemos hecho. Eso es algo muy grande, porque nuestro reto es hacer buenos temas. Y en ese sentido, siempre hemos hecho lo que nos ha dado la gana en cada momento, aunque a veces fueran auténticas ‘marcianadas’ (risas), pero es que, al final, en la música, las canciones son las que mandan. ¿Es fundamental también esa experiencia a la hora de trabajar juntos? T.K.: Cuando nos juntamos en el local, normalmente salen las cosas casi sin hablarlo. No sabemos por qué, pero cuando hay que ponerse a componer algo nuevo, todo el mundo se pone de acuerdo en buscar una fórmula que sea válida para el grupo, a pesar de esa variedad que hay en el sonido y en los gustos de cada uno. M.G.: Yo supongo que todo eso es el resultado de todos los años que llevamos trabajando juntos, y en esos momentos de creación es donde confluye todo ese bagaje que tenemos.