GAIAK
Entrevue
Aitor Cañibano y Jon Careaga
Guitarrista y cantante de Travellin’ Brothers

«En el momento que creas que lo sabes todo, musicalmente estás muerto»

La banda de Leioa celebra sus veinte años de carrera con la edición de un maxi single que incluye dos temas nuevos, con los que resumen el espíritu de un grupo que, más allá de las modas de cada momento, siempre ha seguido su camino, evolucionando y aprendiendo de los mejores.

Miembros de Travellin' Brothers. (Alex R. Cruz)

¿Cómo se les ocurre la idea de juntar a tantos y tantas buenas artistas para celebrar este aniversario tan especial?

Aitor Cañibano: Queríamos hacer algo especial y contar con gente que ha sido importante para la banda en estos veinte años, y ha sido muy fácil, porque todos han dicho que sí… y eso que se han quedado varios fuera por problemas de agenda y por espacio. Nosotros también hemos sido siempre una banda muy colaborativa, y toda la gente que está en estos dos temas ha compartido escenario con nosotros en algún momento o han sido parte de nuestra carrera.

El resumen de todo esto es que nos sentimos súper agradecidos por estas amistades y muy valorados como banda entre nuestros compañeros de gremio, y eso, para mí, es lo más grande de la música. Somos gente muy humilde, hacemos lo que nos gusta y llegamos hasta donde llegamos pero, si de algo podemos presumir, es de tener grandes amigos por todo el mundo. 

Jon Careaga: Si quitas el momento del escenario, en la música todo lo demás son vivencias personales. Nosotros siempre hemos sido como una gran familia y cuando encontramos a alguien que nos gusta, ya lo adoptamos para siempre (risas).

A.C.: La historia de las coristas resume ese carácter familiar. Inés [Inés Goñi de Mississippi Queen] empezó a hacernos coros y, cuando se quedó embarazada, hablamos con Noa [Noa Egiguren de Noa & The Hell Drinkers], que también era amiga, para sustituirla, pero cuando Inés volvió se quedaron ambas, porque nos daba una pena enorme dejar fuera a cualquiera de las dos y, de hecho, ya son parte de la familia.

«Somos gente muy humilde, hacemos lo que nos gusta y llegamos hasta donde llegamos pero, si de algo podemos presumir, es de tener grandes amigos por todo el mundo» 

‘Si tuviera un día’ es el primer tema en castellano de Travellin’ Brothers en 20 años de carrera y, además, está cantado por tres referentes como Quique González, Fito Cabrales y David Ruiz, de la M.O.D.A. ¿Ha costado dar este paso?

J.C.: Ha costado, en primer lugar, porque es el tema de Unax y porque al principio, cuando escribía, lo hacía como hablando desde la voz de Eneko, pero adaptándolo para que lo cantaran Fito, David y Quique. Lo que yo saco de esta experiencia es que se pueden escribir canciones en castellano, y me he dado cuenta que lo difícil es componer solo un tema, porque cuando estás haciendo un disco entero hay muchas cosas o ideas que van encajando a lo largo de ese proceso creativo, mientras que aquí solo tienes una bala en la que volcar esa creatividad.

A.C.: También es verdad que hemos dado muchas vueltas a esta canción, porque la hemos probado en todos los estilos: más soulera, más bluesera… porque queríamos que sonara a los invitados, pero sin perder la esencia de Travellin’ Brothers.

J.C.: Yo tenía mucho miedo de que no les gustara, pero creo que les ha flipado la letra y han hecho suya la canción.

Por otra parte, también han grabado ‘Always there (20th anniversary)’, donde han participado multitud de artistas estatales e internacionales. ¿Ha sido difícil hacer cuadrar tantas colaboraciones?

A.C.: Este ha sido más sencillo, porque es un tema que ya salió en el disco ‘Magnolia’ y que siempre ha tenido una muy buena respuesta entre la gente, con un mensaje potente, y que a nosotros nos gusta mucho tocarlo en directo. Musicalmente no ha costado, pero la logística ha sido muy complicada, porque cada uno lo grababa desde su país y después había que encajarlo todo; pero todo el mundo ha puesto toda su voluntad para montar una canción que también ha quedado muy chula.

(Alex R. CRUZ)

20 años como banda no se cumplen todos los días. ¿Esperaban cuando empezaron conseguir todo lo que han conseguido en este tiempo?

A.C.: Nadie lo podía esperar, y menos aún haciendo este estilo, pero nosotros ya no podemos cambiar, primero porque no queremos y segundo porque no sabemos hacer otra cosa, así que vamos a seguir por este camino, aunque el mundo vaya en otra dirección.

La verdad es que con una veinteava parte de lo que hemos hecho ya estaríamos dando botes de alegría. Lo que pasa es que, cuando las cosas van saliendo, quieres un poco más y vas a por ello, y como siempre hemos tenido un gran afán de superación, así es como ha ido saliendo todo. Por eso, ahora mismo tenemos un nivel altísimo, tanto compositivo como interpretativo, como grupo, y hemos evolucionado mucho, siempre partiendo desde la humildad de saber que hacemos un estilo minoritario y de que un músico no deja de aprender nunca. En el momento que creas que lo sabes todo, musicalmente estás muerto.

Supongo que, en estas dos décadas, también habrán tenido que hacer cantidad de sacrificios, ¿no?

J.C.: Desde el principio ya tocábamos por todas partes, siempre sembrando lo que hemos ido recogiendo con el tiempo, y regularmente volvemos a las mismas ciudades, cada vez a locales más grandes. Y cuando tienes críos pequeños es más complicado salir, pero es que, dentro del concepto de familia del que hablábamos antes, nuestras parejas e hijos también son parte del grupo, e incluso cuando hemos ido a lugares remotos han venido con nosotros cuando ha sido posible. Pero es que yo creo que todos hemos sido educados en que hay un tiempo para currar como mulas, otro para la fiesta, y otro para agradecer a nuestra gente.

«Nosotros ya no podemos cambiar, porque no queremos ni sabemos hacer otra cosa, así que vamos a seguir por este camino, aunque el mundo vaya en otra dirección»

¿Qué cambios han notado en este tiempo?

A.C.: Empezamos en la era ‘pre Internet’ y, para que tu disco tuviera una cierta trascendencia, tenías que sacar el disco con una discográfica, tenías que repartir los discos en persona, hablar con las salas, llamar a un teléfono fijo… y si nos retrotraemos a cuando empezamos, nosotros éramos de los de rebobinar la cinta con el boli bic para que no se gastaran las pilas, y no aprendíamos el solo de BB King pasando el video de YouTube a cámara lenta, teníamos la cinta quemada (risas). Hasta que no llevábamos diez años tocando, 600 conciertos y cinco discos, no tuvimos una agencia de contratación, y ahora, la gente que empieza quiere tener manager y tocar en todos los festis.

J.C.: La gente de esta generación tiene facilidad para acceder a la música, pero les faltan tablas, se ponen delante de una cámara en su casa, pero luego eso hay que defenderlo en el escenario; muchas veces se quieren quemar etapas muy rápido. A mí me gusta tocar donde sea, porque todos los bolos tienen su importancia, y más en nuestro estilo; a nosotros puede venir gente a vernos que no nos conocen de nada y nos los ganamos porque, hoy en día, ya sabemos lo que hay que hacer y porque es una música que no deja indiferente a nadie.

Por eso te digo que no es lo mismo hacer cosas delante de las cámaras que ante diferentes tipos de públicos; nosotros hemos tocado ante niños, ante presos, en China, en Estados Unidos, en toda Europa… y en todas partes han acabado disfrutando y bailando, porque sabemos transmitir al público lo bien que nosotros lo pasamos en el escenario.

¿Y cuál es el mejor momento que recuerdan en una carrera tan larga?

A.C.: Es imposible, porque hay muchos momentos buenos y porque hasta los malos han sido fundamentales para nuestra carrera, por eso yo te diría que lo mejor de estos veinte años son las vivencias y la gente que hemos conocido por el camino…

J.C.: Pues sí, porque hemos podido tocar con Bob Corritore, Henry Gray, Alex Schultz, hemos estado de fiesta con los Flying Tornados…

A.C.: Es que nosotros, antes de ser músicos hemos sido fans, y hemos estado viendo tocar a los que ahora son nuestros amigos, flipando en primera fila, y eso es algo increíble.