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Ritacuba Blanco, muerte de un glaciar

Ritacuba Blanco es un claro ejemplo de las consecuencias que está provocando el cambio climático en los glaciares de todo el mundo. Quienes viven cerca del pico colombiano están experimentando en directo la desaparición paulatina de la montaña que conocen desde niños.

El glaciar se derrite día a día. (Luis ACOSTA | AFP)

Hace apenas unos meses, el pico de la montaña colombiana Ritacuba Blanco estaba cubierto por una capa ininterrumpida de hielo blanco y nieve, tal como lo había estado desde que se tiene uso de razón. Pero con el país sudamericano afectado por los efectos de calentamiento del fenómeno climático de El Niño desde finales del año pasado, de repente aparecieron grandes grietas en el glaciar que cubre el pico.

Los expertos dicen que el glaciar se está derritiendo a velocidades vertiginosas, y el cambio climático intensifica los efectos de El Niño, que aparece cada dos a siete años y dura entre nueve y 12 meses.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU ha dicho que las temperaturas récord desde junio de 2023 fueron causadas en parte por ese fenómeno, «pero los gases de efecto invernadero que atrapan el calor son inequívocamente el principal culpable».

«El fenómeno de El Niño es quizás lo peor que le puede pasar a nuestros nevados o glaciares», afirma Jorge Luis Ceballos, glaciólogo del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). «No hay nubes y, por tanto, no hay nevadas», añade.

De los 14 glaciares tropicales que existían en Colombia a principios del siglo XX, únicamente quedan seis, y están retrocediendo rápidamente.

Ritacuba Blanco, en el Parque Nacional Sierra Nevada del Cocuy, a unos 250 kilómetros (150 millas) al noreste de Bogotá, es la que corre mayor riesgo. «A finales del año pasado, las paredes aquí tenían unos seis metros de altura… hoy tienen un metro», se lamenta el guía de glaciares Edwin Prada durante una reciente ascensión a la cima.

Última oportunidad para los turistas

Según los datos registrados más recientes, en 2022, unos 12,8 kilómetros cuadrados (4,9 millas cuadradas) de Ritacuba Blanco estaban cubiertos de hielo y nieve, la cifra más baja jamás medida por el Ideam. Más recientemente, «la nieve se derritió por falta de precipitaciones y el hielo quedó expuesto a la radiación solar, lo que aceleró el deshielo», afirma Ceballos.

Humberto Estepa, residente de Güicán, un pueblo cercano a Ritacuba Blanco, dice que tiembla cada vez que pone un pie en el glaciar. Nunca el deshielo había sido «tan notable como ahora», reconoce.

En Asia (el continente más afectado el año pasado por temperaturas globales récord, según un informe reciente de la OMM) los picos helados del Himalaya también están desapareciendo, amenazando la seguridad hídrica a largo plazo.

Según la OMM, el calentamiento de los océanos y el rápido derretimiento de los glaciares y las capas de hielo llevaron el año pasado el nivel del mar a su punto más alto desde que comenzaron los registros satelitales en 1993.

El Niño provocó grandes incendios en Colombia este año, con más de 17.000 hectáreas de bosque ardiendo. También ha secado lagos y recientemente la capital, Bogotá, se ha visto obligada a tomar la medida sin precedentes de racionar el agua municipal cuando los embalses alcanzaron niveles récord.

Luisa Cepeda, médica de 39 años, llevó a su hija a ver el moribundo glaciar Ritacuba Blanco al atardecer. «Quería verlo… antes de que desaparezca. Es triste ver lo fracturado que está».