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El festival solidario Hatortxu Rock celebrará su última edición en julio de 2025, en Lakuntza

Hatortxu Rock ha comunicado su decisión de cerrar un camino de 26 años de solidaridad con los represaliados vascos y sus familias y organizará sus dos últimas ediciones: el 28 de diciembre en Atarrabia, en su formato clásico, y se despedirá en Lakuntza, del 24 al 27 de julio de 2025.

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El festival solidario Hatortxu Rock celebrará sus dos últimas ediciones en los próximos meses. Según ha anunciado la organización del evento, «las profundas transformaciones sufridas en los hábitos de vida de la sociedad y los nuevos escenarios políticos hacen imprescindibles nuevas formas de solidaridad e implicación».

Así, al igual que lo hará este fin de semana la prueba Lasterbidean, Hatortxu Rock se marchará con un último festival que, prometen, será «histórico» y que se celebrará en Lakuntza del 24 al 27 de julio de 2025. Antes, este próximo invierno, volverán a Atarrabia para organizar un último festival en su formato clásico el 28 de diciembre. «Es la decisión más difícil que hemos tomado», ha señalado Aritz Colio, miembro de la organización, en NAIZ Irratia. «A pesar de que siempre hemos dicho que estaríamos contentas cuando llegase el final, las sensaciones a estas horas son contrapuestas», ha reconocido.

Las entradas ya están a la venta a través de este enlace mediante un bono unificado para la 29ª y la 30ª y última edición, al precio de 94 euros. El festival, en esta primera tanda, ha puesto a la venta tan solo 3.000 bonos. «Serán los dos últimos y serán para disfrutarlos. Haremos todo lo que está en nuestra mano para que sea lo más grande que hemos organizado», ha apuntado el miembro de la organización.

La organización ha tomado la decisión de poner punto y final al festival consciente de que «no todas las razones que lo motivaron han desaparecido». Hatortxu Rock comenzó a organizarse en 1999 «con el objetivo de responder desde la solidaridad a la realidad de las presas políticas, refugiadas y deportadas vascas y socializar su causa».

Desde aquella primera jornada en el frontón de Berriozar, Hatortxu Rock ha llevado a cabo en estos 26 años un total de 28 ediciones, a las que se sumarán estas dos últimas. A lo largo de estas dos décadas y media el festival solidario navarro ha pasado por localidades como Uharte, Berriobeiti, Zizur Nagusia y Atarrabia, donde se asentó hace casi tres lustros. Además, en el recuerdo colectivo quedaron la 10ª y la 20ª edición, acogidas por Lakuntza, que será la encargada de poner el broche de oro a este largo recorrido.

«Siempre hemos escapado a la palabra ‘celebrar’. No ‘celebrábamos’ festivales, ‘organizábamos’ festivales. Pero tenemos mucho que celebrar», apunta la nota del festival. «Por todo este camino, una vez conseguido el fin de la dispersión, uno de los principales objetivos del festival, pero conscientes de lo que queda por hacer en el camino a casa de las represaliadas, queremos ponerle fin de la mejor manera posible», insistiendo en que, además de seguir trabajando, ahora sí, «hay mucho que celebrar». 

«En estos 26 años la realidad ha cambiado mucho, el fin de la dispersión supuso un hito», ha señalado Colio, que ha insistido en la idea de que «Hatortxu se va, pero dará paso a nuevas herramientas».

Paso a «nuevas herramientas»

El festival solidario, organizado por un nutrido grupo de voluntarios que supera el centenar de personas trabajando durante meses, se reforzará en las próximas semanas y meses para hacer frente a este doble y último reto. «Si Hatortxu Rock ha cumplido sus objetivos durante tres largas décadas es porque ha sabido adaptarse a las circunstancias y necesidades del momento. Ha sido un festival que se ha caracterizado por la fuerza del auzolan, del trabajo comunitario, que se ha hecho popular dentro y fuera de nuestro país y que algunos han considerado ejemplar en cuanto a la organización de festivales musicales», además de que «ha recibido el agradecimiento más sincero de las cárceles y del exilio y de sus familias».

Y en esta recta final no será distinto, ya que necesitarán de un fuerte ejercicio de solidaridad para llevar a cabo el proyecto. En su formato clásico, el festival suele contar con unos 700 voluntarios. Sin embargo, si nos vamos a la vigésima edición, celebrada en Lakuntza y en un formato similar al que cerrará el camino de Hatortxu, la cifra se elevó hasta los 6.000. Esto también supondrá un reto al que desde la organización llaman a todo aquel que haya participado, de una forma u otra, en estas 30 ediciones. «Será una ocasión también para agradecer a todos aquellos que han pasado por el festival como voluntarios el trabajo realizado durante todos estos años», ha remarcado Colio.

Por todo este camino, una vez conseguido el fin de la dispersión tras 34 años de sufrimiento, uno de los principales objetivos del festival, pero «conscientes de lo que queda por hacer en el camino a casa de las represaliadas», aseguran que pondrán fin al proyecto «de la mejor manera posible» y «dando paso a nuevas formas de solidaridad con humildad y orgullo por el camino recorrido». Las noticias y los detalles sobre esto llegarán más adelante, pero el formato apunta al de la vigésima edición, que en 2017 reunió a más de 80 bandas durante cuatro días en la localidad de Sakana.

«Este país ha dejado patente desde hace tiempo su capacidad para organizar el apoyo a sus seres queridos de las formas más innovadoras. Somos conscientes de la indiscutible voluntad y capacidad de transitar por ese camino hasta la vuelta a casa de la última presa política vasca, refugiada y deportada», añaden en ese sentido.

De este modo, Hatortxu Rock tocará los últimos acordes «dando lo mejor de sí mismo, combinando la celebración y la reivindicación, como exigen las circunstancias. Una vez más, poniendo la música en el centro, uniendo a miles de personas en torno a la solidaridad».