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ARQUITECTURA

Fábrica de sueños


El nuevo hotel Alila Yangshuo, realizado por los arquitectos de Vector Architects, se encuentra en un valle muy cerrado, cerca del río Li en la ciudad turística de Yangshuo, en el sur de China. Enclavado en un paisaje de gran potencia, el hotel se apropia de una antigua industria azucarera construida en la década de 1960, que ha sido cuidadosamente conservada. De modo que la enorme armadura industrial utilizada para cargar caña de azúcar en el antiguo proceso industrial sigue hoy dominando el conjunto. De esta forma, el pasado y el presente conviven en una armonía discreta, garantizando que el patrimonio histórico quede preservado, al mismo tiempo que actúa como una fuente de inspiración y de referencias para el proyecto de los nuevos espacios y edificios del hotel.

Los nuevos edificios de las suites y una villa formada por alojamientos a modo de apartamentos rodean las antiguas naves del complejo azucarero y el resto de la estructuras industriales auxiliares, que ahora ocupan la parte central del complejo hotelero. Una plaza hundida organizada en torno a un estanque reflectante acentúa aún más la importancia y el significado de la antigua estructura.

Por otro lado, los nuevos edificios pugnan entre mostrar su contemporaneidad y tratar de crear un significado coherente que resuene con el pasado. En ese sentido, el diseño de las nuevas piezas se ha apropiado de los materiales antiguos, pero aplicando métodos de construcción más actuales, haciendo de alguna manera un guiño a la vieja materialidad y textura de los edificios existentes, pero en un claro contraste con los muros de mampostería del viejo complejo. Los bloques de hormigón fabricados artesanalmente a pie de obra, gracias a su disposición en celosía, aportan más ligereza y transparencia a la fachada de los nuevos volúmenes, sin perturbar la relación entre la arquitectura y el paisaje del lugar. Además esta piel calada proporciona condiciones óptimas de iluminación y ventilación natural dentro de los pasillos y espacios comunes del hotel.

Desde un punto de vista volumétrico, el perfil de los nuevos edificios replica la sencillez de las naves industriales tradicionales, evitando distracciones innecesarias o formas que pudieran competir con la geometría racional del complejo industrial. Las cubiertas inclinadas siguen, por lo tanto, la misma proporción que las de los edificios originales, creando un conjunto coherente, que aúna pasado y presente. Únicamente el deterioro de las fachadas antiguas, originado por el paso del tiempo, las diferencia del lógico resplandor de la nueva materialidad. Una distancia que gracias al inevitable paso del tiempo se irá reduciendo, siempre y cuando los nuevos edificios envejezcan igual de bien que los primitivos, creando una delicada coexistencia entre lo que es viejo y lo que es nuevo.

Espacios entrelazados. Funcionalmente el proyecto se articula en torno a un gran jardín donde los huéspedes pueden pasear y disfrutar del exuberante paisaje que rodea el hotel. Las estructuras industriales de la fábrica y los nuevos elementos se suceden para crear un recorrido compuesto por espacios con diferentes cualidades que se van entrelazando. El edificio tiene dos sistemas de circulación paralelos: un corredor totalmente funcional que sirve como acceso directo a las suites y otro más contemplativo, que funciona como una pasarela que conecta tres terrazas cubiertas en relación directa con el paisaje. Paseando por los espacios abiertos del hotel, los huéspedes pueden explorar diferentes sensaciones y condiciones de iluminación. Se pueden encontrar con espacios abiertos y bien iluminados, y otros más oscuros, espacios construidos o zonas naturales que quedan enmarcados por la arquitectura.

La fuerza topográfica del entorno, un estrecho valle rodeado de geografías rocosas en forma de crestas y pronunciados cañones, donde el río Li serpentea hacia el sur, contrasta con la marcada horizontalidad de la arquitectura. Una horizontalidad que únicamente queda rota por el hall del nuevo hotel, un vacío vertical que articula todos los niveles de las suites de la pieza nueva. Un hall que se convierte en espacio de reunión de los huéspedes al amanecer y que les proporciona las mejores vistas del entorno tras haber dormido en el complejo de la antigua fábrica azucarera.