19 AVR. 2020 PANORAMIKA La documentación como contenido IKER FIDALGO ALDAY La obra de arte siempre ha estado ligada a una presencia física. El objeto pictórico o escultórico han necesitado de su contemplación in situ para atender a una serie de códigos que constituyen el disfrute y el consumo de arte. La cuestión presencial sigue siendo el eje principal en el que se basan todos los dispositivos habituales. La exposición, el museo, el centro de arte, todos y cada uno de ellos suponen en última instancia la creación de un lugar bien físico o conceptual donde acoger y mostrar un espacio que visitar y a través del cual, caminar. En el año 1936, Walter Benjamin publicó un ensayo constantemente referenciado en el estrato teórico del arte contemporáneo. “La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica” introdujo términos aún hoy utilizados en la manera de referirnos a la creación artística actual. Entre otros muchos recorridos interesantes, el ensayo advierte de cómo las entonces nuevas tecnologías de reproducción masiva, entre las que entraba la fotografía, alterarían la noción de originalidad en la pieza de arte y entraríamos en un nuevo tiempo en el que la imagen es reproducida de manera industrial, perdiendo así su condición de creación única. Esto abriría las fronteras de la difusión y ayudaría a difundir determinados contenidos a públicos para los que antes no existía tal oportunidad. Las vanguardias del siglo XX ya introdujeron prácticas que poco o nada tenían que ver con la formalización de un concepto sobre un soporte, es decir, trascendían de lo matérico o lo pictórico para la creación artística. El surgimiento de la performance y el cuerpo como herramienta y lugar en el que sucede el hecho artístico, abrió un nuevo camino en el que la pieza dejaba de existir más allá de un momento concreto en un lugar específico. En este sentido, la documentación de lo sucedido mediante video o fotografía fue la estrategia para solventar dos escollos ante este tipo de prácticas. Por un lado, rescatar un registro de lo acontecido, de tal manera que pueda entrar en la lógica de la exposición. Por otro, la posibilidad de crear un producto que pueda hacer tangible algo que ya no existe y que permita ser parte de colecciones y fondos de instituciones o galerías. La documentación en el arte contemporáneo parece ser, en ocasiones, más relevante que la propia creación. La necesidad de documentar tiene que ver con un anhelo de capturar un instante para, en cierto modo, controlar y dominar la trasmisión de aquello que sucedió, como si se tratara de una versión oficial de lo que está condenado a ser recuerdo. Actualmente, y con la explosión de la sociedad de la información y las formas de captura y reproducción amateur, la vida es constantemente documentada y narrada. La experiencia de lo cotidiano es protagonista de miles de perfiles en redes sociales que sirven a la vez como espacio de exhibición y consumo. Los tiempos que nos están tocando vivir nos obligan a telematizar cualquier acercamiento a las propuestas culturales y, en este sentido, muchas instituciones están virando toda su energía a la creación de un programa en formato digital. Sin quererlo, hemos vuelto a abrir un lugar desde el que pensar la práctica artística, pues todo aquello a lo que podemos acceder está condicionado por la bidimensionalidad de la pantalla y nos invita a replantear el lenguaje de la exposición y el significado de la experiencia real. En esta línea, el Museo de Bellas Artes de Bilbo propone la visita virtual de “Beruete, Regoyos y el paisaje en las colecciones de los ingenieros José Entrecanales y Santiago Corral”. Estas dos colecciones constituidas entre 1940 y 1970 indagan en el paisaje y su desarrollo como ámbito pictórico de Aureliano de Beruete (Madrid, 1845-1912) y Darío de Regoyos (Asturias, 1857-Barcelona, 1913). Más de 70 piezas que comprenden un periodo de gran renovación y que el portal web de la pinacoteca bilbaina pone a nuestra disposición. Píldoras explicativas, vistas de la muestra y documentación de la presentación son algunos de los ingredientes que se ofrecen al público para acercarse desde el ámbito digital al contenido del museo.