7K - zazpika astekaria
Elecciones presidenciales en EEUU

Elección pandémica: Cada voto cuenta y todo puede pasar

EEUU vota en un momento crítico y con casi todo en contra del presidente: nueva ola de un coronavirus galopante que ya ha causado 230.000 muertos, desplome de una economía en depresión, empleo en mínimos, liderazgo internacional malherido. Un país polarizado, con un ambiente que se percibe como amenaza, con tensiones que pueden romper sus costuras internas. Votar a Biden parece la forma de quitarlo, pero no será fácil. Con Trump nunca se sabe.


This is America 2020, un país atormentado a 48 horas de las elecciones presidenciales. Que vive una pandemia descontrolada, con fallas estructurales y tensiones desparramadas, con sus instituciones y reglas en estado lamentable. Un país presidido por un fanfarrón para el que los hechos son opcionales, mentir una opción legítima, arengar las pasiones más bajas una táctica y el supremacismo blanco un aliado político respetable.

Visto desde Euskal Herria, Donald Trump parece una persona grosera, cruel y caótica a partes iguales. Pero para sus seguidores, que son legión, eso nunca ha sido un problema. Aceptan su personalidad tal cual es, confían en él, muchos lo ven como un guerrero valiente, que antepone ante todo a su país y que está llamado a renovar la promesa y el sueño americano.

Claro que Trump tenía una carta ganadora, se había ganado la confianza, e incluso el reconocimiento de algunos de sus críticos, en un tema vital: la economía. Prometió reconstruir el país «con manos estadounidenses y mano de obra estadounidense». Los números y la percepción social le avalaban. Hasta la llegada de la pandemia, en EEUU se crearon casi siete millones de puestos de trabajo, y otro medio millón de puestos de trabajo de fabricación. Los datos de desempleo de afroamericanos, asiáticos y latinos alcanzaron los niveles más bajos de la historia y en 65 años nunca hubo tan poco paro femenino.

Ironías de la vida, el coronavirus puede tumbar a Trump. Su gestión de la crisis sanitaria va a ser uno de los temas definitorios de estas elecciones, seguramente bastante más que el de la economía. Y sus credenciales son devastadoras. Pero, por otra parte, eso tienen las pandemias: la incertidumbre. Con Trump nunca puede darse nada por sentado. Su rival Biden puede obtener una victoria clara, pero Trump también puede ganar, quizá no en voto popular pero sí en los colegios electorales.

Más les valdría a los estadounidenses rezar o pedir un deseo para que las elecciones no sean cerradas, para que ambos candidatos no estén muy igualados y no haya un resultado concluyente, dudas sobre quién ha ganado. Ocurrió en 2000 y 2016, cuando el candidato que ganó en voto popular perdió las elecciones. Y Trump ya ha dado sobradas muestras de ser autoritario y tener poco respeto por las normas. E imaginar unas elecciones sin resultado claro, con los dos bandos proclamando la victoria, o hablando de tongo, con querellas en los tribunales, en un ambiente social tan tensionado, podría tener consecuencias imprevisibles.

Trump tiene en frente a Joe Biden, un candidato con medio siglo de cargos públicos a sus espaldas, que ni por historial ni por carácter tiene nada reseñable que sugiera que vaya a ser un presidente sólido y capaz. Es un candidato del que no se pueden esperar cambios notables, que él mismo se ve como «de transición», y que es difícil imaginárselo presentándose a la reelección a los 82 años. Pero tiene algo curioso y entrañable que juega a su favor, una imagen de cierta decencia que adquiere todo su relieve en contraposición a Trump. Y aunque solo sea por eso, muchas encuestas dicen que los votantes parecen dispuestos a rechazar de manera decisiva a Trump. Que hay una ansiedad y un entusiasmo social por quitárselo de en medio, de verlo desaparecer de la vida pública, que entre otras consecuencias ha disparado el voto por correo hasta cifras nunca antes vistas.

La mayoría sabe que quitar a Trump del cargo no curará por sí solo las heridas infligidas al sistema político y a la sociedad de EEUU durante los últimos cuatro años. Pero es el primer paso, absolutamente necesario. Eso significa votar por Joe Biden, aun cuando es casi imposible hacerse ilusiones con él, quien, no se olvide, eliminó las protecciones por bancarrota de los préstamos estudiantiles, ayudó a redactar el proyecto de ley que prohibía a los estados limitar las tasas de interés en la banca interestatal. La idea de que Biden es una especie de agente durmiente del socialismo que va a entregar el país “a la izquierda internacional” es una broma, como que es un radical tapado.

Y, sin embargo, hay presagios que hablan de una verdadera marea del voto favorable a Biden, o mejor dicho, de un maremoto contra Trump. Echarlo de la Casa Blanca se ha convertido en una obsesión para millones de estadounidenses. Pero no será fácil. Trump tiene una amplia y movilizada base social, conoce las artimañas, tiene dinero, recursos y talento a su alrededor y no se puede descartar nada.

En este contexto tan explosivo, 7K ha querido recavar la opinión de varios vascos que viven y trabajan en EEUU, algunos hijos de aquellos vascos que emigraron el siglo pasado, para conocer cómo perciben el ambiente, cuáles son sus preocupaciones y sus predicciones. Queríamos información de EEUU y de los diferentes EEUU, desde la del sheriff ermuarra del condado de Elko (Nevada), a la del abogado con sede en Washington D.C. Desde el escritor afincado en New York, hasta el pelotari del Jai Alai de Miami. Cada uno con su estilo y su conciencia, desde vivencias muy diferentes, todos dan pistas de lo que está en juego, de las amenazas y la tensión que destila el momento.

Esta es la elección más importante en los 155 años de historia de EEUU. Quizá es verdad que el presidente Trump es un peligro para la república y las instituciones de aquel país. Pero está por ver si podrán darle el bote con el voto, solo con el voto. Faltan 48 horas. Y todo, absolutamente todo, puede pasar.

 

 

Mark Bieter Garmendia: «Trump es un peligro que amenaza nuestra democracia»

Abogado con sede en Washington D.C., es el hijo de un católico alemán de Milwaukee, que se euskaldunizó e impulsó la cultura vasca, y de Eloise Garmendia, cuyos padres –Fermina Atxabal y Lorentzo Garmendia– emigraron, como tantos jóvenes de Euskal Herria, de Lekeitio y de Larrabetzu, y se casaron tras conocerse en Boise (Idaho).

Es hermano de Dave Bieter que durante cuatro legislaturas fue alcalde de Boise y el único alcalde euskaldun de EEUU. Mark Bieter escribió junto con su hermano John, el libro “Un legado que perdura”, donde nos cuenta la historia de los vascos en Idaho, con el afán de condensar toda esa memoria para lanzar la flecha más lejos. Este representante de una familia que se convirtió en referente y pilar de la diáspora vasca en EEUU responde por escrito, gustoso y sin tapujos, al cuestionario que le envió 7K.

¿Qué cree que está en juego en esta elección presidencial?

Creo que no es una exageración decir que la democracia está en juego en estas elecciones presidenciales. Donald Trump empezó casi como una broma, pero poco a poco se ha vuelto muy peligroso: amenaza con desafiar el resultado si pierde, alienta muy sutilmente a sus seguidores para que intimiden a los votantes de la oposición, y tiene otros muchos pronunciamientos casi dictatoriales que han creado una atmósfera muy tensa en todo EEUU.

¿Son estas las elecciones más importantes de la historia de EEUU?

No. En mi opinión, la elección más trascendente en la historia de EEUU fue en 1796. Fue la primera elección impugnada en nuestra muy corta historia, y George Washington podría fácilmente haberse declarado presidente de por vida, o al menos haber elegido al suyo. En cambio, se retiró y dejó que Jhon Adams y Thomas Jefferson hicieran campaña para reemplazarlo. Esa decisión de Washington puede que haya sido la más importante para tener la democracia que tenemos. Sin embargo, diría que esta elección de 2020 es la elección más transcendente de mi vida. Porque por primera vez desde 1796 tenemos un presidente que amenaza la tradición democrática que estableció Washington.

Existe mucha ansiedad sobre cómo podría ser interrumpido o quebrantado el proceso electoral, ya sea por la pandemia, por el servicio postal, por la interferencia extranjera… ¿Qué es lo que más le preocupa?

Me preocupan los interminables litigios y el desafío al votante que podría ocurrir. Ese ha sido el modus operandi de Donald Trump, quien ha promediado alrededor de 50 demandas por año durante su vida. Solo puede imaginar las demandas que presentará cuando pierda.

La mayoría de los expertos piensan que los EEUU están más polarizados que nunca. ¿Qué cree que está sucediendo en la política estadounidense en este momento?

El ambiente es ciertamente tóxico, y lo ha fomentado el presidente, que se levanta cada mañana pensando en las cosas más grandilocuentes que puede decir para llamar la atención. El efecto secundario ha sido la polarización de casi todo, incluso si una persona decide izar una máscara para protegerse a sí misma y a sus seres queridos del coronavirus. Esa no debería ser una decisión guiada por la afiliación política, sino por la ciencia.

¿Debemos temer que los dos partidos, cada vez más divididos, estarán cada vez más enfrentados y serán menos capaces de llegar a compromisos?

Intento ser optimista. Creo que una vez Donald Trump deje la Casa Blanca, las relaciones entre los dos partidos solo pueden mejorar. Por supuesto que aún puede hacer daño sin estar en la Casa Blanca, pero no creo que sea tan peligroso.

¿Donald Trump o Joe Biden? ¿Quién es más probable que gane?

Creo que Joe Biden ganará fácilmente. Normalmente no creo en las encuestas de opinión, sobre todo porque los partidarios de Trump dan respuestas inexactas. Pero ha habido muchas encuestas, incluidas las importantes encuestas por estado, que muestran a Biden por delante con grandes márgenes.

 

Iñigo Gorostola: «Kinielan? Bidenen alde, baina minimoa, e! 10 dolar. Gehiago ez»

Iñigo Gorostola Arrieta pilotari durangarrak adeitsu eta natural erantzun die 7k-ren galderei telefonoz. Floridako Fort Lauderdalen kokatua den Dania Jai Alai pilotalekuan jokatzen du eta AEBetan diharduten zesta-puntisten Ijapa sindikatuko lehendakariordea da.

Gorostolak ez dauka dudarik: «Tentsio izugarria dago. Zaila da jakitea giroa baretuko den ala ez, baina esango nuke demokratek irabazten badute denboraldi baterako iskanbila egongo dela, errepublikanoak abisatzen ari direlako ez dutela amore emango. Bestela gertatzen bada eta demokratek galtzen badute, uste dut hauteskunde kontuan behintzat lasaitasun handiagoa egon daitekeela. Gero herriarekin gertatuko dena, hori beste kontu bat da».

Inork ez du zalantzan jartzen aurtengo hauteskundeak oso bereziak direla, ezta?

Bereziak baino, ezberdinak. Nik ez dut sekula ikusi orain bezalako giroa eta tentsioa ez herritarren artean, ez hautagaien artean, alderdi politikoen artean eta, nola ez, telebista ezberdinetako kateetan. Izugarrizko tentsioa dago, kasualitatez tokatu diren gertakizunak ia-ia denak batera gertatu direlako, eta gertakizun horiek zerikusi handia izango dute hauteskundeen emaitzarekin. Argi dago pandemiak kalte izugarriak ekarri dituela mundu osoan eta esan daiteke era batera edo bestera pertsona guztiei eragin diela. Azkenean horrek karga bat sortzen du pertsonarengan, eta tentsioa areagotzen du.

Eta hausnarketa hau gaineratzen du: Sare sozialak ere honelako kasuetan ez dut uste oso lagungarriak direnik, eta argi dago haserre handiak sortu izan direla lagunen artean eta senideen artean azkenengo hilabete hauetan. Presidentea oso polemikoa da eta jada ia 4 urtean egon dira tentsio momentuak. Baina orain gehitzen badiozu arrazismoaren kontua eta gainera pandemiari aurre egiteko modua, ba gauzak larriago jartzen ari dira». Posta bidezko botoari ere begiratzen dio Gorostolak: Nahiko polemikoa da. Beti esaten dute iruzurrak egoten direla boto horiekin, baina baldintza normaletan ez dira hainbeste boto postaz ematen. Gaur egun gertatzen ari denarekin jende asko botoa postaz ematen ari da eta errepublikanoak jada zalantzan jartzen ari dira boto horien segurtasuna. Horregatik uste dut errepublikanoek galtzen badute iskanbila handia egongo dela.

Eta Floridan zer? Sarritan esaten da han egon daitekeela jokoan azken emaitza.

Egia da, Florida oso estatu klabea da. Normalean errepublikanoa izaten da, nahiz eta Obamak irabazi zuen hauteskunde bietan demokratek irabazi zuten Floridan. Oker ez banago, historian zehar Florida irabazi duen alderdiak beti irabazi izan du Hauteskunde Orokorra. Beraz aurtengoa ez da salbuespena izango. Uste dut oso lehia gogorra eta estua izango dela Floridako kontua. Barruak esaten dit demokratek irabaziko dutela, baina argi eta garbi dago ez dela erraza izango; izan ere, Floridan Trumpek lotura asko eta jarraitzaile asko ditu.

Eta nola bizi dute tentsio hori guztia Floridan diharduten euskal pilotariek?

«Tentsioa izugarria da. Baliteke gu bizi garen lekuan hainbestekoa ez izatea, ez garelako hiri handi batean bizi, baina telebistan Estatu Batuetako hiri handi askotan ikusten diren liskarrak benetan tristeak dira. Arrazismoaren kontua oso kontu “ beroa” da gaur egun Ameriketan, azkenengo hilabeteetako gertakizunak direla eta. Orain dela urte bi gertatu izan balira, ba gaur egunerako lasaituta egon zitekeen kontua, baina kasualitatez hauteskunde urtean gertatuta, politikariek derrigor heldu behar diote kontu horri beraien kanpainetan; are gehiago, kirol munduan kirolariak zenbat aldarrikapen egiten ari diren kontuan hartuta».

Hortaz, esan daiteke pilotarien artean giroa nahiko lasai dagoela, ezta?

Uste dut gehiengoak ez diola politikari kasu handirik egiten. Gure eguneroko bizimoduan ez gaitu asko baldintzatzen alderdi bat edo bestea egoteak. Gehienbat da mundu osoa hitz egiten ari delako politikari buruz eta beste kontu gutxi dago telebistan; beraz, normala da horri buruz hitz egitea, baina bestela ez nuke esango inolako beldurrik edo tentsiorik dagoenik gure artean. Gainera, gehienok euskaldunak izanda, kasu gutxi egiten diogu Ameriketako politikari.

Eta kiniela egin beharko bazenu?

Esango nuke Bidenek irabaziko duela. Hori bai, zenbat diru da arriskatu behar den? Minimoa, 10 dolar. Gehiago ez e! Kar, kar, kar… Pandemia etorri aurretik argi ikusten nuen Trumpek irabaziko zuela, baina uste dut pandemiari aurre egiteko moduak kalte egin diola Trumpi eta zaila izango duela horri buelta ematea.

 

Aitor Narvaiza: «Personalmente siento que Trump es un luchador del pueblo americano»

La familia de Aitor Narvaiza emigró de Ermua (Bizkaia) a EEUU cuando el era un chaval que tenía 8 años y se estableció en Elko (Nevada), una ciudad con pasado ferroviario y minero. Tras 23 años de carrera en la oficina del sheriff, Narvaiza fue votado por sus vecinos como el nuevo sheriff del cuarto condado más extenso de los Estados Unidos continentales. Entre otras cosas, apoyó su campaña en la propuesta de que Elko fuera el primer condado de EEUU en convertirse en un «santuario de la Segunda Enmienda» (que protege el derecho a poseer y portar armas).

Narvaiza es además un miembro activo de Elko Euzkaldunak y de la comunidad vasca, muy comprometido en la promoción de los Herri Kirolak, nuestros deportes tradicionales. A su edad, pasados los 50 años, sigue levantando piedras con auténtica pasión y realizando demostraciones en los encuentros y euskal jaias que se organizan en la zona. El sheriff harrijasotzaile de Elko atiende agradecido la propuesta del semanario 7K y aprovecha para saludar de corazón a Euskal Herria, con la que se siente muy vinculado y a la que espera poder visitar pronto.

Para él, lo que está en juego en estas elecciones presidenciales son «los derechos de la gente». En este sentido, Narvaiza defiende que «los estados gobernados por los demócratas han estado ignorando los derechos individuales y actualmente están perdiendo casos en los tribunales. Si Biden es elegido permitirá esa filosofía a nivel de todo el país».

Y por otra parte, no olvida que la economía del condado de Elko se basa en la minería del oro. «Producimos casi el 78% del oro de EEUU y un 5% de la producción mundial. Biden ha demostrado que está en contra de la minería y potencialmente podría destruir aún más la economía de esta zona. Además, también está en contra de la Segunda Enmienda y no defiende a los cuerpos de de seguridad». Narvaiza no tiene duda de que Biden «quitará la capacidad de la gente para defenderse frente a ataques violentos».

Reconoce, no obstante, que «es la vez que más dividido políticamente está el país desde que emigré aquí». E insiste en que no deberían renunciar a cooperar. «Los dos partidos necesitan trabajar juntos y no pelearse entre sí por el bien de la gente de este país», afirma.

Al mismo tiempo, Narvaiza reconoce también que existe una ansiedad sobre la posibilidad de que el proceso electoral pueda ser quebrantado y apunta al aspecto que a él más le preocupa: el servicio postal. «En el condado de Elko se descubrió recientemente que un empleado del servicio postal había destrozado docenas de documentos de inmigración. A nivel nacional hay numerosos informes que hablan de empleados del servicio postal que ya están descartando votos por correo. Personalmente me preocupa que las papeletas no contabilizadas vayan a ser descartadas y que el voto del pueblo no sea contado o escuchado».

Preguntado por si alguna vez había estado tan polarizado el ambiente en Estados Unidos, confirma la existencia de un choque. «Sí. En mi opinión el país está viviendo un choque generacional de ideologías. La generación que viene siente que tiene derecho a todo sin trabajárselo. Cuando emigramos a EEUU, mis padres a base de trabajar mucho y duro se ganaron todo lo que tiene la familia y no tuvieron ninguna limosna. Mis padres me dieron esa filosofía y yo se la he trasladado a mis hijos. El trabajo duro vale la pena, tiene recompensa».

¿Quién ganará? Si habría que apostar, ¿por quién lo haría? Narvaiza no esconde sus preferencias: «Personalmente siento que Trump es un luchador en favor del pueblo americano en su conjunto y no en favor de los grupos de interés».

 

Kirmen Uribe: «Ameriketako Estatu Batuak ez dira Trump»

Kirmen Uribe (Ondarroa, 1970) idazlea putzuaren beste aldean bizi da familiarekin, New York hiriko Upper West Side auzoan. Gaztetatik New York zalea, ondo ezagutzen ditu hiriko giroa eta undergrounda, hartuta dio pultsua. Hiri basa da New York, lehiakorra, kultua, boteretsua, aurrerazalea. Eta oso hauskorra ere bada, hamaika aldiz ikusi den bezala; Dorre Bikiekin eta birusaren sarraskiarekin, esaterako. Nola ikusten da Trump-Biden lehia New Yorketik? Zer-nolakoa da hango giroa? Zeinek irabaziko du? Horretaz guztiaz eta gehiagoz idaztera gonbidatu dugu Kirmen Uribe, suelto eta libre idaztera, eta, gogo onez, motza bezain mamitsua den egoera baten erradiografia eskaini digu, hausnarketarako gonbidapena:

«Estatu Batuak ez dira Trump. Estatu Batuak dira, baita ere, Malcolm X, Marx anaiak, Angela Davis, sufragistak, Bob Dylan, Patty Smith, Nirvana, Nina Simone, Spike Lee, Geronimo edo Louise Glück, azken Literatura Nobel sariduna. Estatu Batuetan gertatu zen martxoaren 8koa, Estatu Batuetan jazo zen ekainaren 28koa, Estatu Batuetan eskubide sozial eta zibilen aldeko borroka etengabea izan da eta da. George Floyd afro-amerikarra poliziak hil eta gero bizi izan ziren protestak ez ziren gertatzen 60ko hamarkadatik. Milaka eta milaka jende kalean, edozein ordutan, arrazakeria gelditzeko eskatuz.

Estatu Batuetan ez da Europak eskaintzen duen babes publikorik. Horrek jende xehearen bizitza zailagoa egiten du, baina era berean gizarte kontzientzia handia dago, gihar soziala oso sendoa da. Hemen bizi naizen hiru urteetan, ikusi dut estatubatuarrak etengabe mugitzen direla osasun sistema sendo baten alde, berdintasunaren alde (“Me too” mugimendua hemen eratu da), LGTBQ+ kolektiboen eskubideen alde eta klima aldaketa salatuz. Horretan aitzindari dira. Estatu Batuak hori ere bada.

Ifrentzua hori bada, aurkia ere badago, erdialdeko estatuetan batez ere, bizitzari beldurrez begiratzen dion aldea. Pribilegioak galdu nahi ez dituzten zuri eta gizonezkoena. Kristautasunaren oso ikuspegi estua dutenena. Hortik edaten du Trumpek. Bere boto-emaileak batez ere dira ikasketarik ez duten langile zuri eta gizonezkoak, globalizazioaren eta deslokalizazioaren ondorioz lana eta ilusioa galdu dituztenak. Nonbait, iraganeko mundu idealizatu batean amesten dutenak. Ez da gauza arraroa munduan, Europako eskuin muturrak ere horra begiratzen baitu.

Tentsio handia ikusten dut gizartean. Eta halako urduritasun bat, Trump gainetik kentzeko. Lortuko da, seguruena. Ezkerrak Biden-i emango dio botoa. Ez da etxean geratuko, Hillary Clinton-ekin gertatu zen bezala. Ezker osoaren babesa du hautagai demokratak. Ez Biden oso aurrerakoia delako, orain dagoena kentzeko baino. Hain gaizki egin ditu gauzak Trumpek. Pandemiarekin, inprobisazioa, zientziaren ezeztapena eta iritzi aldaketa eguneroko ogia izan dira. Baina ez horretan bakarrik. Arrazismoaren aurrean sua itzali beharrean egur gehiago bota du, langabezia tasak ohi ez bezain altuak dira, biztanleen erdiek ez dakite nola ordainduko duten hileko errenta.

Bidenek irabaziko du, baina susmoa dut horrek ez duela iraultza handirik ekarriko. Trumpen triskantza gelditzea, hori izango da bere helburu behinena. Zentzuduna izatea, horrekin nahikoa. Alderdi Demokratako ezkerrak pauso garbiak eskatzen ditu osasun sisteman, klimari dagokionez, hezkuntzan… baina aldaketa horiek denak geldo joango dira. Egun, Trump kentzea da helburua. Eta gero, Bideni bultza egin beharko zaio, betiko lekutik, kaletik, protesta eginez. Nola bestela aldatzen dira gauzak?».