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SORBURUA

Hiedras pequeñas


A pesar de la mala prensa que tiene la hiedra no da ningún problema cuando trepa por un muro si este es sólido y no tiene fisuras. Tampoco son peligrosas para los árboles, ya que no se alimentan a su costa. Solo hay que tener cuidado cuando el árbol es muy joven por si no aguanta el peso; en cualquier caso, en un árbol no deberá subir más de 2 ó 3 metros, por el contrario el néctar de sus flores atrae a las abejas.

Entre los cuidados necesarios, cada primavera hay que añadir abono rico en azote para sostener su vegetación, mejor que sea de difusión lenta. También podar, lo que significa cortar al final del invierno las hojas quemadas. Evitad hacerlo más tarde para no molestar a los pájaros y animales pequeños escondidos entre sus ramas y procurad que el agua de lluvia llegue a su interior. Para diseñar formas atractivas con una hiedra trepando sobre un muro hay que dejar ramas con pocas hojas.

Escogiendo la variedad apropiada podemos plantar una hiedra en cualquier lugar y situación. Así, para un jardín pequeño es ideal la “Buttercup”, de amarillo pálido todo el año, que se incrementa con el sol y crece lentamente. Es apropiada para un lugar pequeño o una rocalla y algo delicada por lo que necesita claridad pero no sol intenso. El “Goldchild”, que es verde mate en el centro y el resto amarillo, a la sombra se vuelve de color crema. Resulta útil como cubre suelos por su denso follaje y plantada con vivaces, a las que no dará sombra, se consigue un conjunto de colores atractivos.

El “Kolibri” es el más usado en las floristerías por sus hojas pequeñas moteadas, sin embargo, como todas las hiedras con manchas amarillas es sensible al frío y a las corrientes de aire. “Shmrock”, muy apreciada como cubre suelos y para cubrir bolas en topiario, es una trepadora de fácil cultivo. También fuerte y vital es la “Konigers Auslese”, con sus hojas bicolores que tienen forma de patas de pájaro. Utilizada como topiario para cubrir figuras en soportes de alambre, no hay que usarla como cobertora de suelos. La más rustica “Deltoidea”, con hojas verdes acorazonadas, es la mejor para crecer contra un muro. Por último, para un tiesto y asociada con flores, escoged la hiedra en miniatura “Spetchley”, de hojas verde oscuro y lento crecimiento. Evitad la sombra para que las hojas no se hagan grandes y pierdan su originalidad.