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CONSUMO

Juego seguro y responsable


La pasión por los juegos de azar y las apuestas se remonta a épocas antiguas –los dados actuales con las seis caras ya aparecían en tumbas fenicias en el año 900 a.C.– y llegan hasta el presente con los juegos online. Como todo en la vida tiene sus riesgos, y por mucha campaña institucional que se ponga en marcha seguirá habiendo quien saque partido o lo pierda todo.

Son actividades que se encuadran en el marco de “Consumo” y tienen sus normas y leyes de protección, y, como en cada época, también sus lemas específicos. El actual dice: “Juega seguro. Juega responsable” y parece inspirado en aquel que decía “Póntelo pónselo” relacionado con la práctica del sexo sin riesgo.

Pero en fin, lo esencial es su regulación, sobre todo adaptada a los tiempos en los que internet hace estragos. Es el caso de la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio que han disparado las alarmas institucionales. En la web oficial del Centro europeo de Consumo* recomiendan que lo más importante es conocer quién es el operador responsable de la oferta de juego por lo que hay que verificar que la oferta de juego está respaldada por un título habilitante.

Los jugadores online deben comprobar también que se utiliza un dominio “.es” ya que es el exigido a los operadores que disponen de licencia y que la dirección URL es segura, es decir, que comience con “https” y contengan el logo de juego seguro.

En caso de problemas se puede reclamar, en primer lugar, al servicio de atención al cliente del operador. Si no se está de acuerdo con la respuesta o tarda más de un mes en contestar se interpondrá una reclamación ante la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) bien sea estatal o autonómica.

Registro de autoprohibidos. Cuando una persona detecta algún problema derivado del juego, una de las medidas de protección que existen en el Estado español es la inscripción en un registro de autoprohibidos, que bloquea el acceso de esa persona a las actividades de juego online. Al darse de alta, la Administración y las empresas prohíben su entrada a estos portales donde se puede apostar o participar en juegos de azar. Se trata de una base de datos en la que pueden inscribirse, de forma voluntaria, las personas que quieren protegerse a sí mismas y a sus familias de los efectos negativos del juego compulsivo. (*cec.consumo.gob.es).