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IRUDITAN

Campeonatos en piscinas heladas


Una nadadora toca la pared mientras completa una vuelta en la prueba de 200 metros libres durante el Torneo de Natación de Invierno de Memphremagog en Newport, Vermont, donde 122 nadadores participan durante un fin de semana en disciplinas de velocidad –de 25 a 200 metros–, eso sí, evitando las distancias olímpicas de 400, 800 y 1.500 metros por razones obvias. La temperatura del agua está a cero grados y no se permite el uso de trajes de neopreno en esta piscina de aproximadamente 25 metros y dos calles, tallada en un lago congelado cercano a la frontera con Canadá. Los competidores abarcan un amplio abanico de edades, desde los 14 años hasta los 79, y se sumergen en la pileta de hielo con el atuendo habitual de las piscinas de agua caliente: bañadores de una pieza, gafas y gorro, mientras los espectadores, abrigados al máximo, les animan desde el borde. Subidón de adrenalina y frío bestial. Por eso, nada más terminar, los participantes se refugian en un pequeño edificio donde, cubiertos con mantas y toallas, meten sus pies en cubos de agua caliente para recuperar un poco de calor después de colgarse las medallas y recibir su ración de sirope de arce y cecina de res. Hay quienes entrenan durante el año para familiarizarse con la sensación, frecuentando lagos hasta que lo permite el otoño o llenando de hielo la bañera de casa e introduciéndose al más puro estilo de recuperación maratoniano.