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CONSUMO

La cuesta de septiembre


E l tiempo vuela y en vacaciones más. De vuelta a la realidad casera toca prepararse para la nueva singladura de curso, tan incierta como las anteriores, por lo que habrá que tomar nuevas medidas para evitar ahogarse solo con oír las previsiones de otoño.

La vuelta a clase va a suponer un desembolso importante, y más con la subida de la papelería, el transporte, comedores y textil, que según las federaciones de familias rondará un 25 o 30%. Y esto sin conocer aún las novedades que traerá la nueva ley de educación, ni a qué industria del sector reflotará o hundirá. En cualquier caso, y como siempre, lo pagará el eslabón más débil.

Los consumos básicos y necesarios, ya bastante tocados, siguen bajo la espada de la inflación y si no caen nuevas medidas paliativas para las familias, no aguantarán. Claro que con la nueva Ley sobre la prevención de pérdidas y desperdicio alimentario los desembolsos en el capítulo de manutención serán menores, ya que parece, que, de entre todos los actores de la cadena alimentaria, el consumidor (como último eslabón) es quién no mira en gastos.

De los otros consumos tan necesarios como el comer, como son la electricidad y el gas, los gobernantes tendrán que cambiar su discurso porque las facturas son impagables por mucho que practiquemos el decálogo del ahorro. A no dudar que hay que ser medioambientalmente responsables, y además porque nos la estamos jugando a futuro muy cercano, pero los efectos del libre mercado son peores que un tsunami. Así que toca aferrarse a los poquitos precios regulados que nos quedan, léase las tarifas de último recurso (TUR) del gas y la electricidad luego llamadas de forma eufemística de “precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC)”.

Desde la UE se avecinan tormentas hasta la primavera próxima. Para cerrar esta amarga vuelta a la normalidad, quienes tengan hipotecas del tipo “interés variable” sepan que el euribor está que se sube y las cuotas mensuales igualmente. Existen fórmulas para paliar el sangrado de la economía doméstica como puede ser una novación de la hipoteca con el mismo banco, y sino una subrogación de la hipoteca a otro banco.