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ARQUITECTURA

Densificar


La densificación es un idea o una propuesta de política pública que ha sido promovida por administraciones, expertos y organismos internacionales como una solución al problema de dispersión de las ciudades. El coste de gestión de una ciudad con baja densidad de población y grandes vacíos urbanos es muy alto desde el punto de vista del transporte público, los servicios básicos, la seguridad, la limpieza o simplemente el mantenimiento. Desde un punto de vista de la política urbana, se entienden más eficaces las ciudades más compactas, mejor comunicadas, con mínimos desplazamientos de sus habitantes en su vida cotidiana, de forma que les permita conseguir una mayor eficacia y una mejor calidad de vida.

Para lograr una ciudad más compacta y mejor conectada, la redensificación de los barrios existentes es una estrategia válida. Densificar quiere decir, en términos simplificados, utilizar de forma más intensiva el suelo urbano. Y, por lo tanto, no es apilar viviendas unifamiliares, sino que requiere el desarrollo de modelos más complejos, más mixtos, donde cada fragmento de ciudad, cada barrio sea en el fondo una pequeña ciudad. El modelo moderno de una ciudad segregada por funciones, con cajones estancos por actividades, requiere una transformación en la que usos, funciones, estilos de vida y paisajes urbanos se mezclen procurando escenarios más complejos.

Pero esa transformación tremendamente necesaria para unas ciudades cuyo futuro medioambiental, funcional y social pasa ahora por reinventarse, choca con modelos de gestión obsoletos, con herramientas que procuraron la ciudad moderna, y que difícilmente podrán facilitar nuevos modelos urbanos. En ese sentido, se necesita desarrollar instrumentos jurídicos que den impulso a esa políticas de densificación y mestizaje.

El último proyecto finalizado por el estudio suizo HHF Architekten ejemplifica bien estos mecanismos de densificación urbana. Esta propuesta ha transformado un patio interior en la ciudad de Basilea, descuidado con antiguos muros ruinosos y espacios de aparcamiento, en quince apartamentos y un exuberante jardín al servicio de los vecinos. Al combinar los metros cuadrados “sobrantes” de tres parcelas existentes, el proyecto muestra la capacidad de la ciudad de densificarse al recuperar espacios urbanos en principio inutilizables.

Pero como cabía esperar, el camino no ha sido fácil y ha requerido de nueve años de trámites y de idas y venidas, pero demuestra que es posible densificar el centro de las ciudades si los implicados se reúnen en torno a una misma mesa. Propietarios, vecinos, administración y arquitectos han movido las líneas de tres parcelas para hacer habitable el corazón de una gran manzana urbana. A partir de ahí, los retos del solar se convirtieron en las especificidades del proyecto: la geometría de la parcela, la proximidad a los muros circundantes, la relación con los vecinos, el desnivel, eran tanto el problema como la solución del proyecto. En definitiva, una operativa ya propia de la disciplina arquitectónica más clásica.

Una estructura en forma de cruz da soporte a un volumen construido con expansiones y retrocesos. Dando lugar a una pieza con amplias fachadas que capturan la luz solar y, por otro lado, abre la oportunidad de construir unas plantas amplias con espacios de privacidad y expansiones de la vivienda en exteriores. Esto también crea una serie de patios privados y semipúblicos que ofrecen diferentes modos de intimidad, al mismo tiempo que conectan los dos niveles topográficos del solar, resolviendo el desnivel de la parcela.

Esa topografía particular también tiene un impacto importante en los accesos: la planta baja en una calle da acceso a un estacionamiento para vehículos semi-subterráneo, mientras que la planta baja superior en la calle opuesta permite que los peatones ingresen al edificio desde un gran porche existente.

La fachada de madera de abeto pintada en blanco envuelve un núcleo central y el garaje de la planta subterránea, lo que permite quince apartamentos únicos organizados radialmente alrededor del núcleo. Las variadas tipologías van desde 2,5 a 5,5 habitaciones. Además varias de las viviendas tienen una solución en dúplex, y las superficies de las viviendas es también muy diversa, ofreciendo unidades habitacionales desde los 52 a los 151 metros cuadrados.

Por otro lado, el proyecto ha prestado gran atención al diseño de los espacios exteriores, teniendo en cuenta la jardinería y la vegetación, y no solo en la planta baja. Las terrazas de los apartamentos ofrecen a cada vivienda unos 40 metros cuadrados de espacios ajardinados, dotando a este antiguo patio de la ciudad de cualidades únicas normalmente relacionadas con tipologías propias de las viviendas unifamiliares.

Zonas verdes. La naturaleza ha sido por lo tanto invitada al centro de la ciudad mediante la implementación de zonas verdes tanto en la estructura construida del edificio, como en su entorno a través de plantas y enredaderas que trepan por los muros de contención de los garajes vecinos, así como por las varillas verticales de los balcones que tamizan la fachada y crean una capa vegetal viva alrededor del edificio.

Esta capa vegetal, articulada en los balcones, se plantea como un espacio de amortiguamiento entre lo privado y lo público, como un sitio blando indefinido que será desarrollado con el paso del tiempo por cada uno de los propietarios.

La ciudad se densifica ofreciendo así nuevas posibilidades habitacionales, viviendas amplias y que normalmente estarían en la periferia, pero en el centro de la ciudad y que por lo tanto aumentan la compacidad de la estructura urbana.