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IRUDITAN

Entre orcas

Fotografía: Olivier Morin | AFP

Sumergido en las profundidades del fiordo de Kvaenangen, en aguas oscuras y gélidas que no pasan de los 3°C, este hombre mira a la cámara desde la isla Spildra, al norte del Círculo Polar Ártico, mientras comparte un buen rato con las orcas. No es cualquiera. Se llama Arthur Guérin-Boëri, es el pentacampeón de apnea dinámica –conocida también como buceo libre o freediving– y alguien que atesora unos cuantos récords mundiales, capaz de nadar más de 100 metros en inmersión total y aguantar varios minutos sin respirar. Pero esta vez su propósito está lejos de los rendimientos deportivos porque Guérin-Boëri quería explorar el mundo submarino y descubrir otros aspectos, aunque las condiciones fueran extremas. Entre acantilados helados, a más de 15 metros, observó bailar a un par de orcas de nueve toneladas que buscaban arenques y no se sintió rechazado por ellas. «Avanzan sincronizadas en una especie de ballet. Me gustaría seguirlas pero es imposible, van muy rápido», comentó emocionado. Carnívoras, las orcas están entre los mayores depredadores marinos. Se las conoce con el sobrenombre de ballenas asesinas, y no son ni ballenas –pertenecen a la familia de los delfines oceánicos– ni asesinas, al menos con los humanos.