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INCERTIDUMBRE Y OPORTUNIDAD

23J: Convocatoria audaz, responsabilidad colectiva, apertura incierta

Pedro Sánchez adelantó las elecciones generales, que se celebraron en pleno verano, y continúa de presidente. (John Thys | AFP)

Parecen cosas de un pasado lejano, pero las elecciones municipales y autonómicas de mayo no fueron buenas para el PSOE en el Estado. Más bien al contrario. Tras la cita, un PP al alza se disponía a cocer a fuego lento a Pedro Sánchez para las elecciones generales previstas para fin de año, pero el presidente del Gobierno español cortocircuitó la cocción subiendo la apuesta: adelantó las elecciones al 23 de julio, recuperó la iniciativa e hizo lo que mejor sabe hacer: sobrevivir.

El PP ganó las elecciones, pero la alianza con Vox, a escasos meses de las elecciones al Parlamento de Gasteiz, hizo imposible a Alberto Núñez Feijóo buscar al PNV para llegar a la Moncloa. Sin los de Abascal en la ecuación, no hubiera sido descabellado, pero los números son los que son. El gallego es víctima de su dependencia de Vox, lo que podría hacer pensar a alguien en Madrid que la idea de desgajar la derecha en dos no fue quizá la mejor.

El escenario dejó la puerta abierta a que Sánchez intentara el triple salto mortal con tirabuzón. Porque ni él ni el mediocre estreno de Sumar contaban tampoco con los números suficientes. La izquierda española no puede frenar a la derecha si no es con el apoyo del independentismo vasco y catalán. Es una lección que Sánchez da signos de haber entendido, al menos en parte. El desarrollo de la legislatura dirá hasta qué punto.

La oportunidad para abrir debates profundos sobre la configuración del Estado es real, porque la única opción de Sánchez para no entregar el poder a la extrema derecha es buscar el apoyo de EH Bildu, PNV, Esquerra y Junts, que ha aprovechado la coyuntura para girar a posiciones más pragmáticas y salir del ostracismo político. La relativa facilidad con la que se ha abierto camino la Ley de Amnistía para el independentismo catalán, por la que nadie apostaba antes de las elecciones, es buena muestra de ello. También, claro está, el giro de guion operado en Iruñea. Bienvenidos a la legislatura de la incertidumbre, la amenaza y la oportunidad.