7K - zazpika astekaria
PANORAMIKA

Subversión

Javier R. Pérez-Curiel recibiendo una lluvia de pelotas de tenis, en una imagen cedida por el propio artista, de esta exposición innovadora que permanecerá en el Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz hasta el próximo 21 de abril.

Al entrar en la sala, la sensación de nuestra pisada cambia. Nos damos cuenta de que todo el suelo está cubierto con trozos de cinta americana. Nuestros pies se posan sobre una superficie plasticosa, a veces resbaladiza o mullida, de color gris plateado. En nuestro paseo encontramos diferentes proyecciones. Vídeos que se repiten en bucle y restos de algo que ha sucedido. Rollos vacíos de cinta, bridas que sujetan cables y taburetes unidos a pedales para tocar la batería. En medio de una de las estancias, una columna hecha con patas de sillas de oficina ensambladas une el techo con el suelo. En una pantalla cercana vemos cómo puede arrastrarse esta columna precaria y entendemos que se desplaza de un lado a otro, proponiendo un juego en el que empujar y recorrer el espacio. Al fondo, en una pequeña sala, las piezas de una batería electrónica están dispuestas en el suelo. En la misma pared, una proyección muestra el sonido que producen varias pelotas de tenis chocando contra ellas. Precisamente al girar la esquina, aparece una máquina de lanzar esas pelotas de fieltro amarillo, como las que se usan para entrenar un golpe o una forma de recibir un saque. Apuntan a una pared en la que tres platos utilizados para percusión parecen esperar a recibir un pelotazo de este robot lanzador convertido en un músico autómata.

Esta descripción responde a la exposición inaugurada a mediados de febrero en el Centro Cultural Montehermoso. El título que da nombre a este proyecto es “ADHD”, el acrónimo en inglés para referirse a Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Una muestra a cargo de Javier R. Pérez-Curiel (Oviedo, 1978), que podrá visitarse hasta el 21 de abril, y que forma parte del programa de proyectos seleccionados en la Convocatoria de Ayudas a la Producción de Proyectos Artísticos 2023.

El artista consigue proponer un espacio nuevo que subvierte los códigos habituales de una visita a una exposición. La galería se convierte en un espacio de experimentación y desafío. El público tiene la sensación de encontrarse con los restos de algo que ha sucedido pero también de que puede volver a activarse en cualquier momento. Elementos que se encuentran a la espera de ser utilizados, arrastrados o golpeados, sugiriendo una tensión desde la creación de expectativa. Se intuye la necesidad del juego, la posibilidad de usar los objetos para mover algo o simplemente para formar parte del mundo al que hemos entrado. Desde una estética precaria, a veces impostada o forzada, el artista nos invita a ser parte de un lugar radical en el que todo puede pasar. Javier retuerce también el rol del registro. Los vídeos recogen acciones sucedidas en la misma sala y parecen incitarnos a hacer lo que vemos. Entendemos que lo verdaderamente importante es lo que sucedió antes de inaugurar la muestra y asumimos que es nuestra responsabilidad, como público, hacer que todo lo que encontramos cobre ahora sentido. “ACDH” es una exposición tan desafiante como divertida. Por una razón o por otra, la visita merecerá la pena.