10 MAR. 2024 MÚSICA Yin Yin Gotzon Uribe Yin Yin, el aclamado cuarteto holandés de Maastricht, regresa con su tercer álbum de gran expansión sonora titulado “Mount Matsu”. Grabado en su propio estudio de la campiña belga, el disco es un caleidoscopio de sonidos e influencias que se encuentra en algún lugar entre Khruangbin y Kraftwerk, la música surf y la psicodelia del sudeste asiático, el soul del sello Stax y la música disco de los 80, el pop urbano y el folk instrumental japonés (sōkyoku). “Mount Matsu” nos muestra al grupo en su etapa más madura y aventurera hasta la fecha, después de captar la atención generalizada con su álbum debut “The Rabbit That Hunts Tigers” (2019) y su aclamada continuación “The Age Of Aquarius” (2022). Unos primeros discos que fueron el resultado de la química entre sus miembros fundadores, el batería Kees Berkers y el multiinstrumentista Yves Lennertz -que recientemente abandonó la banda-; el cambio de formación del grupo ha propiciado un modo creativo más democrático. Los miembros Remy Scheren (bajo), Robbert Verwijlen (teclas) y Erik Bandt (guitarra) se unieron desde el principio a Berkers en el proceso de composición, haciendo que la música de “Mount Matsu” sea mucho más que una suma de sus caleidoscópicas influencias. El grupo sintió el proceso de creación del disco como una larga pero satisfactoria ascensión, de ahí el título de “Monte Matsu”. La montaña en sí es ficticia, pero en japonés matsu significa pino y es, entre otras cosas, un símbolo de renacimiento y esperanza en el futuro. Sus canciones, en su mayoría instrumentales, siguen profundamente arraigadas en la psicodelia asiática del sureste y el funk de los años 60 y 70 que se van adornando ocasionalmente con armonías vocales que añaden aún más profundidad a su sonido. «Hemos decidido utilizar muy poco la voz, lo que deja mucho espacio a la imaginación del oyente. Puedes dar rienda suelta a tu fantasía mientras escuchas y bailas», dice el batería Berkers. Y, aunque las melodías disco, el funk, la psicodelia y las baladas soul siguen siendo elementos centrales de su identidad sonora, la afluencia de ideas frescas da como resultado una imagen sonora aún más ecléctica y efervescente. Hay momentos en los que el cuarteto coquetea con la pista de baile. Canciones disco como “Takahashi Timing”, “Pia Dance” y “Tokyo Disko” resultan evocadoras. Así como sonidos que bien podrían recordar a una banda sonora de las películas de Tarantino, con ritmos afrobeat, sintetizadores y brillantes toques de guitarra. “Mount Matsu” transporta al oyente hacia una estética más orgánica, de grupo en directo de los años 70. Esto se refleja en el sonido analógico de la banda y en el sonido de su música en directo. También en la calidez vintage de sus sonidos de guitarra, líneas de sintetizadores y los elementos de percusión, que evocan la sensación de estar en el local de ensayo de Yin Yin. Middle Kids La lucha permanente entre la cabeza y el corazón es el tema central de “Faith Crisis Pt 1”, el tercer álbum de los rockeros indie de Sydney Middle Kids. Compuesto en un momento de crisis de fe, cuando la compositora y vocalista Hannah Joy descubrió que las estructuras en las que creía estaban siendo puestas a prueba, el disco expone las dolorosas, frustrantes y desordenadas piezas del puzzle que la vida nos exige completar cada día. Producido por Jonathan Gilmore (The 1975, Beabadoobee), Joy y sus compañeros de banda Tim Fitz y Harry Day expresan con maestría la sensación de sentirse abrumados elevando sus canciones con eufóricas interpretaciones vocales y una sensibilidad pop que dominan.