07 JUIL. 2024 Es exactamente la nada y mucho más Secuencia de «In Water», película surcoreana, a ratos desenfocada a propósito, en la que Hong Sang-soo pone el foco en tres jóvenes aspirantes a director, actriz y cámara reunidos para filmar la ópera prima del primero. Mariona Borrull Negar las variaciones en la filmografía de Hong Sang-soo es no ser capaz de distinguir una silla de ruedas de un Ferrari», porque ambos tienen ruedas, escribía yo desde el Festival de Berlín. Trataba de explicar el nervio incontrolable que nos sobrecoge al club de fans del cineasta coreano ante el estreno de sus películas… Cintas que, por la parquedad estética y narrativa, o por recurrir siempre al mismo puñadito de arquetipos e intérpretes (Ki Joobong, Kim Minhee, Park Miso, Ha Seongguk, Kim Seungyun, Shin Seokho, intercambiándose papeles) o, quizás, por prescindir de toda lectura psicológica o simbólica, parecen ser siempre la misma. De hecho, podrían ser la misma película y no pasaría nada, igual que los domingos desembocan todos en una tristeza parecida, aun siendo todos únicos e irrepetibles. Brillante, Hong explora las mil facetas del conflicto humano y, como la vida, trata sobre nada en particular. En realidad, su colaboradora habitual Isabelle Huppert ha reconocido que “afortunadamente” nunca sabe de qué van los proyectos del coreano antes de rodarlos. Tampoco importaría: las películas de Hong trascienden su estructura, a menudo juguetona, o su trama, a menudo nebulosa. Quien conozca las fantásticas “Ahora sí, antes no”, “Sola en la playa de noche” o “En otro país” estará de acuerdo en que este cine, como un milagro, hay que verlo para creerlo. Así que apunten en sus agendas el tándem milagroso del viernes 12 y 19 de julio. Primero, “Nuestro día” pondrá en armonía las jornadas veraniegas de dos grupos absolutamente diferentes: una actriz que tras un rodaje difícil se instala en casa de su buena amiga Jungsoo y su gato, Mío, y un viejo poeta, Hong, que no quiere saber nada y que recibe huraño la visita de una joven documentalista. “Nuestro día” avanza simplísima y feísta como la línea de Miró, y habla con claridad del pesar (sobre las espaldas) que supone ser un referente, un autor. Es el autorretrato de un maestro que crea desde la verdad de su propio agotamiento e intrascendencia. ¡Nada que ver aquí! Nada de cuentos. De hecho, en “In Water”, que se estrena una semana más tarde, Hong renuncia incluso a la posibilidad de ver claro: si a partir de media película ven la imagen fuera de foco, sepan que no es cosa del proyector. En “In Water”, Hong mira a tres jóvenes aspirantes (un director, un cámara y una actriz) que se reúnen para ayudar al primero a filmar su ópera prima. Pero las ideas no llegan, y el dinero y la comida son tan escasos que el drama ocurrirá detrás -o antes- que la película que ruedan. Qué contar, entonces, si no es el complejo juego de caracteres entre quienes somos, lo que hacemos y de quienes nos rodeamos. Si no es, en definitiva, lo que importa de verdad, lo que pasa alrededor del cine.